ANÁLISIS

Los 10 motivos que explican el fracaso del Real Madrid esta temporada

Son muchos los motivos que explican el descalabro de un Real Madrid que, con la incorporación de Mbappé a un bloque que había ganado Liga y Champions, aspiraba a comerse el mundo

Carlo Ancelotti y Vinicius, durante un partido del Real Madrid.

Carlo Ancelotti y Vinicius, durante un partido del Real Madrid. / Juanjo Martín / EFE

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Madrid

Ya está. El alirón liguero del FC Barcelona frente al Espanyol confirma lo que ya se intuía desde hace algunas semanas: el Real Madrid cerrará la temporada 2024/25 sin conseguir ninguno de los tres grandes títulos, algo que no le ocurría desde hace cuatro años. Ni Champions, ni Liga, ni Copa, sin que la conquista de la Supercopa de Europa y la Intercontinental sirvan de consuelo. Y a expensas, eso sí, de ese nuevo Mundial de Clubes que orgánicamente ya se contabilizará en la próxima campaña, pues la llegada de Xabi Alonso por Carlo Ancelotti ejerce de punto y aparte.

Son muchos los motivos que explican el descalabro de un Real Madrid que, con la incorporación de Mbappé a un bloque que había ganado Liga y Champions, aspiraba a comerse el mundo. En muchas de las razones de la decepción blanca que enumeramos a continuación subyace un denominador común: una planificación deportiva errónea y hasta soberbia que pone el foco en los despachos. La inminente llegada de Alexander-Arnold y Huijsen es, en parte, un 'mea culpa' entonado por Florentino Pérez y sus principales ejecutivos deportivos.

Los males del Real Madrid nacieron el 21 de mayo de 2024, cuando Toni Kroos anunció su retirada del fútbol profesional tras la Eurocopa de ese verano. Contaba el club blanco con que el alemán continuaría un año más y que sería Luka Modric quien saliera del equipo. Finalmente, fue al revés, dejando el '8' un vacío en el centro del campo que ni el croata, ya veteranísimo, ni Ceballos fueron capaces de subsanar. No fichar un sustituto natural de Kroos fue el primer grave error de la planificación blanca.

Kroos se despidió del Real Madrid tras levantar la Champions.

Kroos se despidió del Real Madrid tras levantar la Champions. / Ian Walton / AP

Las lesiones han masacrado al Real Madrid durante toda la temporada, especialmente en defensa. Carvajal, Militao y Alaba casi no han podido jugar; Mendy ha entrado y salido constantemente de la enfermería; Ceballos y Camavinga cayeron cuando más les necesitaba el equipo... Una plaga que alcanzó su clímax el miércoles contra el Mallorca, partido al que el Madrid se presentó con 11 bajas. Y así, claro, es muy difícil poder competir por los títulos importantes.

Dani Carvajal, el día de su grave lesión.

Dani Carvajal, el día de su grave lesión. / Bernat Armangue / AP

El Madrid ya mostraba importantes carencias en enero, más tras el 2-5 que le endosó el Barça en la final de la Supercopa. Sin embargo, el club decidió no acudir al mercado, pese a que Carvajal y Militao tenían roto el cruzado, la recuperación de Alaba se dilataba por encima de lo esperado y Rüdiger arrastraba molestias desde hacía semanas. La austeridad impuesta desde los despachos desesperó a un Ancelotti que se quedaba sin recursos y le ha acabado saliendo muy cara al Real Madrid.

Carlo Ancelotti, durante un entrenamiento en Valdebebas.

Carlo Ancelotti, durante un entrenamiento en Valdebebas. / SERGIO PEREZ / EFE

El primer curso de Kylian Mbappé se recordará como el mejor estreno goleador de un futbolista en la historia del Real Madrid. Lleva ya 40 goles, una cifra irreprochable, pero Florentino Pérez persiguió durante años al francés para algo más importante que ser un 'killer': ser el líder del Real Madrid. Y, en esa faceta, Mbappé no ha estado a la altura. A excepción del último clásico, no ha ejercido el liderazgo en los partidos importantes y su desidia defensiva ha arrastrado a algunos de sus compañeros. La sombra de su ídolo Cristiano Ronaldo es todavía alargada.

Jude Bellingham en la primera mitad y Vinicius Junior en la segunda fueron los dos grandes protagonistas del exuberante Real Madrid de la temporada pasada. El inglés ha pasado de 23 goles a 13 y el brasileño, tras un gran arranque de curso que se agotó cuando no le dieron el Balón de Oro, apenas suma cuatro tantos en los cuatro últimos meses de competición. No han terminado de mezclar con Mbappé y 'Vini' cada semana que pasa es mirado con más recelo en el vestuario por sus actitudes en el campo. Mención aparte merece un Rodrygo que se ha borrado y que apunta a salir del Madrid en las próximas semanas.

Jude Bellingham y Vinicius Junior.

Jude Bellingham y Vinicius Junior. / MOHAMMED BADRA / EFE

Lo recordaba Ancelotti este miércoles tras la remontada contra el Mallorca: "Al no tener un delantero centro como el año pasado en estos partidos se sufre más para marcar". Apelaba el técnico a la ausencia de Joselu, un ariete puro de área al que el Madrid ha echado mucho de menos durante muchos partidos de la temporada. El gallego anotó 18 goles el curso anterior y fue un valioso recurso para partidos encallados, por su fortaleza en el juego aéreo. Endrick, además de ser aún muy joven, es otra cosa.

Joselu, tras su recordado doblete contra el Bayern.

Joselu, tras su recordado doblete contra el Bayern. / JUANJO MARTIN / EFE

Sabía el Real Madrid que esta podía ser una temporada de récord de partidos, con hasta 72 si llegaba a la final de sus siete competiciones. Ya ha jugado 60, que serán seguro 65, y la cifra alcanzaría los 69 si el equipo blanco llega a la final del Mundial de Clubes. Una locura global a la que nadie pone freno y que, unida las lesiones (causa y consecuencia de sus problemas), han provocado una sobreexigencia de muchos futbolistas. Valverde lleva 57 partidos (rozando los 5.000 minutos de juego), el que más, y otros ocho jugadores superan ya los 50.

Se había acostumbrado el Real Madrid en los últimos tiempos a que cuando el fútbol no funcionaba, lo hacía la mística. Especialmente en Champions y en el Bernabéu. Pero hasta eso ha perdido el conjunto blanco esta temporada, más allá de fogonazos como el que impidió el alirón azulgrana este miércoles. Si hubo un punto de inflexión claro en esta temporada, ese fue el 3-0 contra el Arsenal, que dio cuerpo a las malas sensaciones que venía transmitiendo el equipo. Por una vez, los milagros le han sido esquivos al Madrid.

El gol de Saka en el Real Madrid-Arsenal.

El gol de Saka en el Real Madrid-Arsenal. / EP

Ha sido esta la temporada en la que el Real Madrid le ha declarado definitivamente la guerra a los árbitros. El conflicto ha saltado de su TV oficial al campo y las ruedas de prensa, con el amago de boicot a la final de Copa como momento culmen del sainete. Muchos jugadores han acabado desquiciados con los árbitros, como demostró Rüdiger en La Cartuja, con aquel intento de agresión que le ha costado seis partidos de sanción. La campaña contra "la mugrienta Liga Negreira" se la he vuelto en contra al Madrid.

Todos estos factores se podrían haber solventado, al menos en Liga y Copa, si enfrente hubiera tenido a un Barça disfuncional, como le ocurrió el curso pasado o hace tres. Pero el Madrid se ha encontrado con un Barça vigoroso y renacido de sus cenizas de la mano de Hansi Flick. Ha perdido los cuatro clásicos de la temporada, con un sonrojante balance goleador de 16-7.

La que debía ser la Liga de Mbappé ha terminado siendo la de Lamine, Pedri, Raphinha y compañía.

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