A Sangriña, pista de los milagros

Ya se sabía que para el Aula Valladolid, pese a su victoria por seis goles en el partido de ida, le iba a resultar muy complicado resistir la magia de A Sangriña, el lugar en el que cualquier cosa es posible. El Mecalia Guardés le devolvió la misma diferencia de goles y se llevó la eliminatoria por el hecho de haber marcado más goles como visitante. De hecho, hubo cierto desconcierto tras el pitido final porque los dos equipos por segundos dudaron de cómo debía resolverse la eliminatoria.

Para el Mecalia Guardés es una alegría inmensa y también un desahogo porque el equipo se ve ahora entre los cuatro primeros y en la carrera aún por discutir el título de Liga, algo que pareció en peligro después del mal partido de ida en el que perdieron por seis después de verse en algunos tramos nueve abajo.

Al Guardés le costó tomar la iniciativa en el primer tiempo. A cinco minutos del final el partido aún estaba equilibrado, pero el parcial de 3-1 en los últimos cinco minutos permitió llevar el duelo 11-9 al descanso y sobre todo levantar las primeras dudas en el equipo castellano. Y en el segundo tiempo el Guardés salió en tromba, dispuesto a llevarse la eliminatoria a lo grande. Mediado el segundo tiempo ya ganaban por siete goles y el trabajo (una parte) estaba hecha. Ahora se trataba de conservarlo, de no bajar la guardia. En los últimos cinco minutos el la tensión podía con todo el mundo. El Aula Valladolid llegó a atacar en el último minuto para ponerse a cinco goles, pero se equivocaron y ahí el Guardés pudo respirar. Otro milagro ya era realidad.