Entrevista | Carlos Álvarez Presidente del Celta Femxa Zorka

«Confío plenamente en Carlos y Cristina»

El Celta Femxa Zorka viste de luto. Directivos, técnicos y jugadoras asimilan que el club regresa a Liga Challenge dos años después del ascenso. Serán horas de contrición y de diseño del nuevo proyecto. Existen ya certezas. Carlos Álvarez, que pensaba abandonar la presidencia, continuará y quiere también mantener a Carlos Colinas como director deportivo y a Cristina Cantero como entrenadora. Los tres deben conducir al equipo de vuelta a la máxima categoría.

El presidente del Celta baloncesto, Carlos Álvarez

El presidente del Celta baloncesto, Carlos Álvarez / Marta G. Brea

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Vigo

¿Cómo se encuentra en estas horas posteriores al descenso?

Estoy jodido, pero era una de las previsiones que teníamos. Tal y como se había dado la temporada, sabíamos que podía ocurrir esto. Aún tenía esperanzas pero no se dieron los resultados. La culpa es nuestra por no haber hecho los deberes; por no haber conseguido esa décima victoria, que tuvimos cerca en muchos partidos. Ahora lo recordamos pero ya está. Sólo cabe pensar ya en el futuro, en qué planteamiento vamos a hacer para la temporada que viene y empezar a trabajar sobre ello. Ya hemos hablado con los patrocinadores. Tengo la constancia de que Abel Caballero continuará con la subvención. A ver si somos capaces de volver al sitio que merecemos por historia, aunque la historia sirva de poco, y por afición. La ciudad de Vigo merece un equipo en máxima categoría del baloncesto femenino.

¿Cuál es entonces ese primer mensaje sobre el proyecto?

Igual que otros años no he querido meter presión, este año digo desde el principio que tenemos que salir con el propósito de intentarlo. Sé que es muy difícil, pero tenemos que intentar hacer un equipo para ascender.

¿Tiene ya claro el diagnóstico de esta temporada?

Tengo que analizarlo con Carlos (Colinas, el director deportivo) y Cristina (Cantero, la entrenadora), aunque ya lo venimos hablando durante toda la temporada. Hemos hecho cambios en el equipo; unas veces porque lo necesitábamos o porque hubo una jugadora, como Maxwell, que en Navidades nos dijo que se quería ir. Ante esas cosas tampoco podemos hacer nada. Está claro que hemos fallado deportivamente y el deporte es lo que tiene; unas veces ganas y otras pierdes. Ahora lo que hay que hacer es no volver a cometer los errores que hemos cometido y construir una plantilla quizás más competitiva.

Los hechos han demostrado que no se logró el progreso que se pensaba después de la pasada permanencia.

Claro. La verdad es que subimos el presupuesto para la primera plantilla en un 30 por ciento. En la pretemporada tuvimos una ilusión tremenda por haber hecho una plantilla que creíamos muy redonda. Después de toda la Liga hemos visto que no tenía la fuerza mental necesaria. Sí la tuvo el equipo del año pasado, aun siendo de peor calidad, entre comillas. Cuando damos un salto importante en el presupuesto y nos esforzamos al máximo, no tenemos el acierto del equipo. Y mira que Cristina lo intentó por activa y por pasiva.

¿El tándem Carlos Colinas-Cristina Cantero sigue siendo intocable para usted? ¿Aún tiene que hablar con ellos?

Hablaré con ellos, lógicamente, pero lo he dicho en todos los años anteriores: mientras yo sea presidente, voy a contar con ellos, a no ser que ocurra una auténtica desgracia o tengan una oferta y se vayan. Todos tenemos derecho a que nos salgan las cosas mejor o peor. Confío en ellos plenamente. Sé el trabajo que hacen. En ese aspecto, no se me puede reclamar porque siempre les he dejado su espacio y nunca les he recriminado nada. Al revés, desde la junta directiva siempre hemos intentado aportar lo mejor dentro de nuestras posibilidades. Nunca los hemos cuestionado y mientras yo sea presidente, van a estar conmigo.

Aunque lo tendrá que analizar con los técnicos, ¿piensa en una remodelación integral del equipo o cree que podrán mantener a alguna jugadora?

Viendo cómo está el panorama, claro que hay jugadoras que nos interesaría mantener pero hay que ser realistas: pocas jugadoras quisieran jugar en Liga Challenge. En principio, confío en quedarme con nuestra capitana, Sara Vidal, si ella quiere, y en la incorporación de más niñas de la cantera, que tienen que dar un paso al frente. Y hacer un equipo competitivo a todos los niveles, aunque eso ya le corresponde a Carlos y Cristina. Igual que hay jugadoras que no han querido venir al Celta porque somos un club poco fiable en Liga Femenina para los agentes, en Liga Challenge somos fuertes y tenemos que estar en la parte de arriba. A ver si tenemos más posibilidades de fichar lo que realmente queremos. Yo sé realmente las dificultades que ha tenido Carlos para fichar, lo que ha intentado, cómo… Cuando hay jugadoras que prefieren jugar en el País Vasco, por ejemplo, no puedes hacer nada.

¿Siente por tanto que vuelven a la casilla de salida o que les puede favorecer esa inercia de venir de Liga Endesa?

Nosotros descendimos en 2012 porque Paco (Araújo, el anterior presidente, fallecido en 2016) tomó la decisión por un tema económico. Para nosotros era imposible seguir en Liga Femenina. En los primeros años de Liga 2 intentamos arreglar la situación y llegar a donde estamos. Hoy somos un club económicamente viable y vamos a seguir luchando por que así sea. Las circunstancias ahora son distintas. Cuando casi ganamos a Valencia en la final por el ascenso de 2018, no hubiéramos podido aceptar la plaza. Hoy sí podemos y tenemos que luchar por volver.

En estos dos años se ha visto un pabellón de Navia lleno, con un ambiente eléctrico. ¿Qué respuesta de la afición espera?

No lo sé, pero una de las cosas buenas que hemos logrado desde el club ha sido atraer a la gente. La afición es lo mejor que tenemos. No nos la merecemos. Tenemos que luchar por ella para volver a la máxima categoría.

¿Cómo se ve usted de energía para afrontar este nuevo reto?

Tenía pensando marcharme este año. Me voy a jubilar dentro de un par de meses (Carlos Álvarez es galerista). Lógicamente ayudaría al club en lo que pudiese, pero la vida son ciclos y los ciclos pasan. Ya llevo nueve años como presidente, han sido muy intensos, muy duros, y bien merezco un descanso. Pero quiero muchísimo a este club y entiendo que ahora no es el momento de irme. Mañana la gente me podrá pitar o me pueden echar, no digo que no, pero creo que en la junta directiva todos pensamos igual. Voy a intentar seguir como mínimo un año más para devolver al equipo a la máxima categoría. Después ya hablaremos.

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