Fútbol | Segunda RFEF

El Coruxo deja escapar dos puntos

El equipo vigués cede un empate ante el Marino al recibir el gol del empate en el último minuto del descuento | Juan Serrano había adelantado a los de O Vao

Los jugadores del Coruxo celebran su gol.

Los jugadores del Coruxo celebran su gol. / Marta G.Brea

Raúl Rodríguez

Vigo

1 CORUXO: Alberto; Johan, Borja, Guido, Naveira; Borja Domínguez, Willy Ibáñez (Samu Araújo, minuto 86); Álex Pérez, Álex Rey (Fer, minuto 75), Añón (Andriu, minuto 75) y Serrano (Nacho Fariña, minuto 61).

1 MARINO: Dennis; Dailos, Álex, Orfila (Morcillo, minuto 85), Borja; Pinin (Maxim, minuto 91), Nacho Matador (Diego Díaz, minuto 83); Óscar Fernández (Álex Alemán, minuto 67), Lora, Óscar (Álex Arias, minuto 67) e Isma Cerro.

GOLES: 1-0, minuto 24:_Serrano. 1-1, minuto 93: Diego_Díaz.

En una semana, el Coruxo ha pasado de la euforia de lograr un punto gracias a un gol en el tiempo añadido, a perderlo de la misma forma. El equipo vigués había hecho lo más complicado ante el Marino, un rival directo en la lucha por la permanencia. Cuando acariciaba los tres puntos que le permitían abrir una ligera brecha sobre la plaza de play out de permanencia, y sobre el descenso, encajaron un gol que eleva el partido del próximo sábado ante el Escobedo, al grado de «dramático».

El partido de ayer ante el Marino comenzó igualado, con el balón circulando de un área a la otra sin que ninguno de los dos equipos fuera capaz de articular alguna buena jugada. El Coruxo intentó juntar la línea defensiva y la medular para frenar la salida del balón de los asturianos. Sin embargo, el Marino estaba cómodo subiendo el balón por las bandas. De hecho, dispusieron, mediado el primer tiempo, de dos buenas ocasiones para adelantarse en el marcador.

Primero fue Isma Cerro, que no llegó por muy poco para rematar un balón en largo. Dos minutos más tarde fue Óscar Fernández, quien obligó a Alberto a meter una mano salvadora que evitó el gol.

Y como el fútbol siempre es caprichoso, mediado el primer tiempo, el Coruxo saca un balón de banda, a la altura del medio del campo, lo recibe Serrano quien sorprendió a Dennis, algo adelantado, con un gran remate que trazó una parábola diabólica para alojarse cerca del palo más alejado. Un golazo.

Alex Rey despeja el balón durante el partido de ayer.

Alex Rey despeja el balón durante el partido de ayer. / MARTA G. BREA

El tanto le hizo mucho daño al conjunto asturiano, que a partir de ese momento perdió la intensidad que había mostrado hasta ese momento. El Coruxo no fue capaz de aprovechar la circunstancia pero, por lo menos, consiguió marcharse al vestuario con ventaja en el marcador.

Tras el paso por los vestuarios, el Marino siguió organizando su juego por las bandas, ante un Coruxo que desde el primer momento le cedió el centro del campo. Por suerte, el equipo entrenado por Javi Fernández se mostró muy firme en el trabajo defensivo. Si en la primera parte juntaba las dos líneas a la altura del medio del campo, es la reanudación lo hizo por delante de su área grande.

El Marino tenía el balón, pero no le llegaba para crear peligro ante la portería de Alberto. Por su parte, los vigueses esperaban recuperar un balón para salir con velocidad a la contra. Si en el primer tiempo era Serrano el jugador más adelantado, en la segunda era Álex Rey quien presionaba a los jugadores asturianos para recuperar el balón.

La tuvo el Coruxo mediado el segundo tiempo, pero el balón iba demasiado rápido y no llegaron a rematar.

Al Coruxo se le complicaron las cosas cuando a dieciocho minutos para el final, Álex Pérez vio la segunda cartulina amarilla y, por lo tanto, fue expulsado. En la primera, Álex derribó a un rival que se marchaba hacia la portería. El problema fue que cinco minutos más tarde, cometió una falta en el medio del campo, y desplazó el balón cuando el árbitro ya había pitado la falta. Una equivocación grave que dejó al equipo con un jugador menos en la recta final del encuentro y con ventaja en el marcador.

Lógicamente el Marino apostó por el ataque. Manel Menéndez, su técnico, cambió primero las dos bandas para darle frescura, y a medida que se acercaba el final del encuentro metió mucho más jugadores arriba, dado que el Coruxo ya había dejado de buscar un segundo gol.

A pesar de lo complicada que estaba la situación, el Coruxo seguía mostrando una buena imagen defensiva, y no dejaba que los asturianos pusieran en apuros a Alberto. El partido se prolongó cuatro minutos, y esa fue la perdición para los vigueses.

Cuando faltaba un minuto, se repitió la jugada del gol del Coruxo, pero esta vez al revés. Fue Diego Díaz quien se hizo el balón en el centro del campo, y al ver a Alberto adelantado le pegó una volea que se coló por la escuadra de la portería viguesa.

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