Balonmano | División de Honor Femenina

El partido que nunca existió: derrota del Orbe Zendal en Elche

El cuadro porriñés, lastrado por el pasado e ilusionado con el futuro, distó de su mejor versión

Una jugadora local se dispone a lanzar.

Una jugadora local se dispone a lanzar. / Atticgo Elche

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Vigo

21-16

Atticgo Elche - Orbe Zendal

ATTICGO ELCHE: Morales, Carratú, Agulló (2), Oppedal (4), Méndez, Gasco, Flores (1), Benítez, Martín-Buró, Prelchi (1), Berbabé (3), Rubio (2), Ignjatovic (1), De Abreu (3), Figueiredo (3), Solla (1).

ORBE ZENDAL: Rosalez, Palomino, Zhukova, Bono (2), Casasola, Valles, Santomé, Aroa (2), Barros (4), Samartín (3), Buforn, Bengoetxea (4), Laguna (1).

PARCIALES: 2-0, 2-1, 6-3, 8-3, 11-6, 12-7 (descanso), 13-7, 15-10, 15-11, 18-12, 20-14, 21-16.

ÁRBITROS: Miguel Martín y Ernesto Ruiz. Excluyeron a las locales Agulló, Martín-Buró, Prelchi,_Ignjatovic y Solla, y a las visitantes Aroa y Bentoetxea

Así de efímero es el presente que en ocasiones no existe. No le importaba este martes, desde luego, al Orbe Zendal, encajonado entre un pasado que le lastraba las piernas y un futuro que enciende su ilusión. Compareció el equipo porriñés sobre la cancha del Esperanza como un fantasma; ni muerto ni vivo; ni invisible ni sólido; tibio y traslúcido.

El Elche, vigente subcampeón liguero, había faltado a la fase final de la Copa. Lo había eliminado el Elda en pleno marasmo ilicitano. Arrancó con espanto la temporada para las de Joaquín Rocamora, que llegaron a flitear con las mazmorras de la clasificación. Pero se han curado la fragilidad. El Zendal Orbe las visitaba en plena remontada. Ya son sextas. La inercia de la lógica que determina su plantilla.

Pesó más, con todo, ese emparedado louriñés entre compromisos. Este partido estorbaba. Lo emplazaron el martes para ganar algunas horas de preparación de las semifinales de la EHF European Cup –este domingo, ida en Porriño ante el Hazena checo–. Con apenas 48 horas y un viaje de tren desde la final copera si la hubieran alcanzado. Haber caído en semifinales no amplió en exceso el margen.

Como esperaba Isma, el Elche marcó territorio desde el inicio con una defensa adelantada, agresiva, liderada por la pontevedresa Solla. Tocaban mucho las locales, en frecuencia e intensidad, prolongando siempre los contactos. Las visitantes pecaban de horizontalidad en la circulación y flojedad si es que llegaban a lanzar. Su primer gol (2-1) llegó al filo del minuto 10. Para lograrlo tuvo que vaciar portería Isma y atacar con siete, a ver si así empujaba el 6.0 local a seis metros.

Empleó Isma ese recurso cada cierto tiempo. También ordenó un 5.1 tras el descanso. Nada funcionó en exceso. El Elche, tampoco una fantasía en ataque, al menos había construido una ventaja desde su flanco derecho. El 12-7 al descanso, sólo mitigado por Sarai, se amplió hasta el 15-8.

Los penaltis se fallaba. El balón se atascaba en las contras. Buforn y Casasola se sentían mustias. Aunque amagó el Orbe con reaccionar, nunca se acercó a menos de 4 goles, lo que ayer se antojaba un océano. Morales frustró bajo palos sus últimos asaltos. Este miércoles, nuevo viaje en tren, pero para regresar a casa, sin tiempo de lamentarse. El sueño europeo les demandará que, esta vez sí, vivan en el momento.

Tracking Pixel Contents