El juez frena al exdirector de comunicación de la RFEF al cargar contra Hermoso: "Responda las cuestiones con claridad, no con chulería"

La segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra el expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales por el beso no consentido que dio a Jenni Hermoso tras la final del Mundial se ha desarrollado con tanta tensión, que el juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández Prieto, se ha visto obligado a interrumpir en varias ocasiones tanto a la teniente fiscal de la Audiencia, Marta Durántez, como al que era director de comunicación de la federación entonces, Pablo García Cuervo, al que recordó que comparecía como testigo y no mostraba respeto a quienes le interrogaban: "Basta ya de estas contestaciones, responda las cuestiones con claridad, no con chulería".

El magistrado, que llegó a preguntar a la teniente fiscal de la Audiencia por qué había propuesto testigos en cuyo testimonio no confiaba, ya había tenido que frenar a García Cuervo cuando declaró que no se fiaba de Jenni Hermoso, porque la consideraba una persona "influenciable" y "manipulable", y cuando intentó tutear a la fiscal: "El tuteo lo deja para la calle". Pero hasta llegó a responder a la abogada que ejerce la acusación en nombre de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), María José López, que si se hubiera preparado el juicio sabría responder la pregunta que le acababa de formular.

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El juicio se desarrolló entre rifirrafes del juez con la fiscal y reproches a los testigos, que, aunque habían sido llamados por las acusaciones, era evidente que sus simpatías estaban con las defensas. Todos ellos, menos el actual seleccionador nacional, Luis de la Fuente, se vieron obligados a abandonar la Federación tras lo sucedido, lo que incluso ha sido comentado por García Cuervo, que ha culpado a Hermoso y a otras jugadoras de la carta que produjo su destitución en septiembre de 2023.

Tanto el que era vicesecretario general y director de integridad, Miguel García Caba, como el propio García Cuervo respondieron a todas las preguntas a la defensiva, en lo que el magistrado calificó de "interrogatorio de locos". El primero defendió el informe de integridad con el que el equipo de Rubiales trató de justificar en un primer momento el beso de Rubiales, señalando que no estaba "protocolizado" y su única intención era derivarlo al área de la federación que correspondiera.

A García Cuervo el juez tuvo que pedirle que respondiera "en castellano sin eufemismos", cuando trataba de eludir mencionar el beso y reprochaba a la fiscal si debía explicar a qué se refería con "situación". Se atribuyó la autoría del comunicado que desde el departamento de prensa se hizo tras lo ocurrido sin haber hablado con ella. Explicó que utilizó las declaraciones que "voluntariamente y libremente" había hecho ella misma a la Cadena Cope, en las "que quitaba hierro" al beso, porque querían "detener esa bola de nieve".

Para ello se la hizo bajar del autobús y se le enseñó el comunicado que había redactado, "bajo la supervisión" del propio Rubiales. Aseguró que si ella lo hubiera rechazado, no lo habrían distribuido. "Una persona de 34 años si dice sí es sí y si dice que no, no se habría sacado", aseguró. La propia Hermoso admitió que lo despachó con un "haced lo que queráis", por el hartazgo que le producía la situación.

El testigo resaltó que se lo mostró en presencia de otros dos testigos y rechazó volver a hablar con ella, porque no se fiaba. "Considero que es una persona bastante influenciable y manipulable y puede cambiar de opinión", lo que llevó al magistrado a recriminarle sus palabras. Para entonces ya le había tenido que decir que a un testigo no le corresponde valorar la prueba, que eso corresponde al juez.

También declararon el entonces subdirector de comunicación, Enrique Yunta, y el psicólogo de la selección femenina, Javier López Vallejo. El primero coincidió con la responsable de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, en situar a De la Fuente en el despacho de Rubiales en el gabinete de crisis que se creó en torno al beso.

Explicó que Rubiales fue "interpelando" a Patricia Pérez para cambiar sus respuestas en el informe de Integridad. Eran las que él mismo había preparado según el cuestionario que le había enviado García Caba y que se cambiaron como Pérez propuso. Durante la primera sesión del juicio, la testigo calificó de "encerrona" la reunión a la que se la citó en el despacho de Rubiales para que respondiera al informe de integridad encargado a García Caba, con el que se intentó zanjar sin consecuencias el beso, y en la que situó al actual seleccionador nacional, Luis de la Fuente.

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Ante el tribunal, De la Fuente negó haber asistido a ese encuentro y solo dijo haber estado en el despacho de Rubiales para comer porque tenía que cerrar los detalles de la convocatoria para un próximo encuentro de la selección. Ello le ha valido que la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, le señalara que existe "el falso testimonio".

Por su parte, Vallejo declaró que en el despacho de Rubiales se leyó el informe de integridad y lo consideró coherente "con lo vivido" durante el Mundial, en el que acompañó a la selección como psicólogo. Señaló que, tras hablar también con Jenni Hermoso, consideró el beso compatible con "un acto de amistad y de efusividad" y hasta creyó que no tendría trascendencia.