Balonmano-Copa de la Reina

Clasificación remediada, sufrimiento irreversible

El Orbe Zendal sobrevive a su nefasto día en el lanzamiento ante un Gijón meritorio

Zhukova defiende a Loidi.

Zhukova defiende a Loidi. / LNE

Armando Álvarez

Armando Álvarez

19-23

Gijón - Orbe Zendal Porriño

MOTIVE.COM MARKET GIJÓN: Raquel, Calvo, Kjellemo, Valdivia (2), Rivas (2), María González, Aída, Chigozie (3), Alicia, June (5), Mora, Jerónimo, Nayla, Margit, Pascual, Nayara.

ORBE ZENDAL PORRIÑO: Palomino, Zhukova (3), Bono (2), Casasola (3), Campo, Valles (3), Santomé, Barros, Samartín, Buforn (7), Bentoetxea (2), García-Navas, Moreno (3), Laguna..

PARCIALES: 1-2, 2-4, 5-5, 8-7, 9-8, 10-11 (descanso), 12-13, 12-14, 16-17, 16-18, 19-20, 19-23.

ÁRBITROS: Gayoso y Gómez. Excluyeron a las locales Rivas, Chiagozie, Loidi y Jerónimo y a las visitantes Zhujova, Valles y Bengoetxea. Roja directa a María González en el minuto 7.

Había priorizado Isma Martínez, en este primer tramo de la temporada, lo irreversible de los torneos del KO, doméstico y continental, sobre lo remediable de la fase regular liguera. En Gijón, el Orbe Zendal remedió su mal partido en el último suspiro. Lo irreversible es el susto que empacaron en el autobús de regreso. Claro que en marzo, en Granollers, cuando se dispute la fase final de la Copa de la Reina, será sólo un vago recuerdo.

Ganó el Orbe Zendal 19-23; una victoria escasa y aún así, excesiva. Atacó el Gijón con 19-20. Su lanzamiento se fue al palo y la pivote, tras capturar el rechace, se apoyó en el área antes de anotar. Luego Paulina Pérez Buforn agitó dos veces su zurda mágica para aliviar la pesadumbre. Pudieron perder las louriñesas ante un rival al que en Liga, el 11 de enero, habían avasallado (30-14). El sufrimiento es su castigo.

Ya había advertido Isma que al Gijón, penúltimo, le habían pesado sus carencias en el pivote, solucionadas con el fichaje de Nayla. Y aún mandó Alfredo Rodríguez a circular por seis metros a Ghiagozie, duplicando la apuesta. Su herida era ahora su fortaleza.

No flaqueó en defensa el Orbe, con todo. Pecó en ataque, desaprovechando el ímpetu inicial de Santomé. Los errores de lanzamiento en situaciones francas , especialmente desde los extremos, más tres siete metros fallados, acabaron lastrando la dinámica de juego. Tampoco se rentabilizaron las exclusiones locales –roja directa a María Álvarez por estrellar un penalti en la cara de Palomino–.

Así que el partido se enredó en un baile apretado, que el Orbe Zendal ya no supo desanudar. Sus propias exclusiones lo impidieron tras el descanso, cuando intentó aplicar un ritmo frenético, liderado por Valles, que explorase el cansancio de las figuras asturianas. Del 12-15 más esperanzador se pasó a un 16-16.

El entrenador local pareció suicidarse atacando con siete. Cegó sus propios espacios más que agrietar la defensa louriñesa. De hecho, Bengoetxea anotó a puerta vacía el 18-20. Pero el Orbe insistió en complicarse la existencia. Isma ordenó una mixta sobre Loidi, que ya había ensayado en el primer tiempo, el Gijón desperdició su mejor oportunidad y en las filas gallegas respiraron. El Conservas Orbe Zendal concluye enero vivo en tres competiciones.

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