Tenis

El circuito, bajo sospecha

El año tenístico, más allá de los resultados, ha estado marcado por los positivos de Jannik Sinner e Iga Swiatek. Los dos casos se han saldado con sanciones mínimas, lo que ha provacado que se alcen voces críticas.

Sinner, abrazado por el capitán del equipo italiano, tras ganar  la Copa Davis. |  Jorge Zapata

Sinner, abrazado por el capitán del equipo italiano, tras ganar la Copa Davis. | Jorge Zapata

Daniel Gómez Alonso

«Hemos tenido dos positivos en el top-300 y los dos vienen de los números uno. Claro que puedes tomar una mala pastilla accidentalmente, pero es sorprendente». Hace escasos días, Adrian Mannarino, uno de los tenistas más carismáticos del circuito más allá de su discreto ránking, habló del terremoto que han supuesto los casos de dopaje, «accidental» según la Agencia Mundial Antidopaje, de Jannik Sinner e Iga Swiatek en un año en el que el tenis ha visto como su credibilidad, en cuanto a la limpieza, quedaba en entredicho.

«Hace tiempo que dejé de creer en Papá Noel.Estoy dispuesto a darles el beneficio de la duda, pero todo sigue siendo muy sorprendente. Me veo a mí mismo, con 36 años, cojeando cada vez que me levanto de la cama: si compito contra jugadores de 20 a 25 años que encima no están limpios, todo se vuelve mucho más difícil», reflexionaba Mannarino, poniendo palabras a lo que muchos piensan en el circuito. Cada vez más van en la misma línea que Mannarino, poco convencidos de cómo se trataron los casos que marcaron 2024. Tanto Swiatek como Sinner fueron castigados con sanciones mínimas.

El primer positivo que se conoció este año fue el de Sinner, actual número 1 del mundo. En el mes de marzo, el italiano se sometió a un control rutinario antidopaje que dio positivo por clostebol, un esteroide anabolizante. La ITIA (Agencia Internacional de Integridad del Tenis) abrió una investigación que determinó la involuntariedad del tenista de ingerir la sustancia, que mejora el rendimiento deportivo y, por tanto, prohibida. Dicha sustancia, según informo su propio equipo, llegó a parar al organismo de Sinner durante el tratamiento que recibió de su fisioterapeuta, ya despedido, que «compró un producto de venta libre en una farmacia italiana para curar un corte en su dedo». La explicación fue suficiente para la ITIA, que cerró el caso haciéndolo público en agosto y determinando que Sinner perdería el dinero (320.000 euros) y los puntos (400) logrados en el Masters 1.000 de Indian Wells, donde dio positivo.

Meses después llegó el caso de Swiatek. La polaca dio positivo por trimetazidina, una sustancia utilizada en tratamientos cardíacos, en un control realizado el 12 de agosto. Según indicó la ITIA, la sustancia llegó a su cuerpo a través de la contaminación de un medicamento de melatonina que usaba regularmente para combatir el jet lag y los problemas de sueño. La ITIA, después de entrevistarse con la jugadora y su entorno y de llevar a cabo investigaciones y análisis en dos laboratorios acreditados por la AMA (Agencia Mundial Antidopaje), aceptó que el positivo se produjo de manera no intencionada al contaminarse por la ingesta de dicho medicamento, y resolvió el caso con un mes de sanción para la polaca, del que en ese momento ya había cumplido 22 días al haberse ausentado de los torneos de Seúl, Pekín y Wuhan.

Como en el caso de Sinner, el positivo de Swiatek se hizo público meses después de detectarse.Los procesos estuvieron faltos de cualquier transparencia, lo que generó muchas incógnitas. Simona Halep criticó que lo que a su juicio fueron dos casos idénticos, como el suyo y el de Swiatek, se saldaran con dos resoluciones tan diferentes, siendo ella sancionada cuatro años (fue reducida a 9 meses). “Perdí dos años de mi carrera, me pasé muchas noches sin dormir con pensamientos, ansiedad, preguntas y respuestas... pero se hizo justicia. Resultó que era una contaminación y que el pasaporte biológico era un invento», se lamentó la rumana.

Nick Kyrgios siempre está dispuesto a encharcarse

- «No tengo nada personal contra Iga. Solo creo que debería haber igualdad de condiciones para todos y eso es lo que me molesta», afirmó, poniendo en duda la involuntariedad de los actos de Swiatek y de Sinner. «Luego este tipo se está frotando crema por todo el cuerpo que le da (refiriéndose al italiano) una aura loca. No es justo», expresó Kyrgios, al que le gustaría cruzarse con Sinner en el Open de Australia. «Haría que todos los presentes se le echaran encima y se convirtiera en un auténtico caos”.

El caso es que las formas de la ITIA, al menos en el caso de Sinner, no gustaron a la Agencia Mundial Antidopaje, que apeló para que se reabra el caso, al entender que Sinner sí que debe de tener parte de responsabilidad en su positivo. Y en ello está, tras recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). «En la decisión se consideró que no había culpa de Sinner, pero nuestra posición es que el deportista sigue siendo responsable hacia quienes le rodean, así que este es el punto legal que se debatirá», explicó Olivier Niggli el director general de la AMA, que solicita un período de inelegibilidad de entre uno y dos años.

Será, por tanto, el TAS el que decida en este 2025. Mientras tanto, la temporada se iniciará como acabó, con Swiatek y Sinner en lo más alto (la polaca bajó recientemente al puesto número dos) mientras algunos en el tenis tratan de pasar página y otros siguen poniendo el foco en un caso que para nada ha quedado en el olvido. «La integridad en el tenis en estos momentos está en entredicho. Todo el mundo lo sabe pero nadie quiere hablar de ello, es horrible». ha reiterado Kyrgios.

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