Balonmano | División de Honor Femenina
El Mecalia Guardés ejerce de líder
El equipo de Seabra refuerza su posición con un gran triunfo en la pista del segundo clasificado | En un partido marcado por las pérdidas, sus últimos quince minutos fueron impecables

María Sancha lanza a portería durante el partido de ayer. | FDV
21 Costa del Sol Málaga (14+7): Gabriela Clausson (5), Nayra Solís (1), Marta Regordán, Estela Doiro (2), Eli Cesáreo (2), Soledad López (4), Sonora Solano (p.), Estitxu Berasategi, Rocío Campigli, Patricia Lima, Laura Sánchez, Bárbara Vela, Isa Medeiros (1), Merche Castellanos (p.), Laura Anorh y Joana Resende (6).
26 Mecalia Atlético Guardés (14+12): África Sempere (1), Jazmín Mendoza (2), Blazka Hauptman (2), Cecilia Cacheda (3), María Palomo, Pali Fernández (5), Míriam Sempere (p.), Cristina Cifuentes (2), Carme Castro, Elena Amores (4), María Sancha (3), Ania Ramos (4), Itziar Martínez y Yanet Rodríguez (p.).
Marcador cada cinco minutos: 2-0, 4-3, 7-7, 9-8, 10-10, 14-14, 15-16, 17-16, 18-17, 19-21, 20-24 y 21-26.
Árbitros: Antonio Javier García y José Antonio Huertas. Amonestaron con tarjeta amarilla a los locales Eli Cesáreo y Jesús Gallardo (entrenador) y excluyeron con dos minutos a las locales Estela Doiro, Patricia Lima, Isa Medeiros y Joana Resende y a las visitantes María Palomo e Itziar Martínez.
Incidencias: Partido de décima jornada de la Liga Guerreras Iberdrola, disputado en la Ciudad Deportiva Carranque (Málaga). Antes de comenzar el encuentro se guardó un minuto de no juego a modo de gesto de repulsa a la agresión ocurrida en el Sanxenxo – Rasoeiro.
El Mecalia Guardés se lo cree. El tiempo dirá hasta dónde lo lleva la temporada y cómo será capaz de gestionar los obstáculos que salgan al camino, pero el equipo de Ana Seabra se comporta con la madurez de quien tiene preparadas las piernas y la cabeza para afrontar cualquier reto. Ayer dio un golpe de autoridad al superar al Costa del Sol Málaga (segundo clasificado) en su pista y afianzarse en el liderato. Sucedió en un partido extraño, igualado, marcado por las constantes pérdidas en los dos equipos, pero en el que las guardesas acabaron por desquiciar a un Costa del Sol que se vio impotente para superar la defensa gallega y entró en barrena frente a un rival que voló en el último cuarto de partido. Sempere cerró la portería, Cecilia Cacheda ordenó siempre que se bailase la pieza correcta y la velocidad de ejecución de Pauli Fernández, Ania Ramos, Elena Amores o Jazmín Mendoza hicieron el resto. Al final la victoria, por un margen de cinco goles, tiene un premio extra porque en una Liga tan igualada inclina a favor del Guardés el goal average que puede tener su incidencia de cara a los más que probables dobles o triples empates.
El Guardés supo manejar con habilidad los diferentes escenarios en los que tuvo que competir. Resistió en el complicado primer tiempo, cuando las cosas no salían, y no dejó pasar su oportunidad cuando las cosas se pusieron de cara y las piernas del cuadro andaluz comenzaron a flaquear. El arranque fue complicado. En los primeros siete ataques visitantes hubo tres lanzamientos errados y cuatro pérdidas. Casi ocho minutos tardó el Guardés en anotar el primer gol (un penalti de Sempere) pero no dejaron que el Costa del Sol lo aprovechase. Era cuestión de apretar los dientes y convertir en un problema cada ataque rival, que tuviesen que ir al límite en el lanzamiento o en el pase. De ahí las pérdidas, los errores que se multiplicaban y la estrechez en el marcador (4-4 en el minuto 11). No era mal plan para Ana Seabra que el partido se moviese en el ambiente algo disparatado de errores y algo de descontrol que suelen aprovechar luego con sus acciones fugaces gente como Pauli. El Guardés, sin lanzadoras lo que le obliga siempre a llegar a seis metros, tiene dos opciones: o mastica mucho la jugada para forzar una vía de agua a base de desgaste o lo hace de manera impulsiva. Y ahí ha aprendido a moverse para desgracia de quienes se enfrentan a ellas. La igualdad presidió ese primer tiempo hasta el 14-14 (descanso).
En el arranque del segundo tiempo el partido tuvo un par de momentos delicados. Primero cuando el Guardés cogió una ventaja de dos goles (14-16) y atacó para ampliar esa renta con el Málaga dando síntomas extraños. Fallaron ese ataque y aquello fue como una bombona de oxígeno para las andaluzas que firmaron un parcial de 4-0 en los peores momentos del Guardés que estuvo diez minutos sin anotar. Pero como le sucede cuando las cosas no funcionan, el equipo nunca se aparta del plan ni baja los brazos. Repondieron entonces con su mejor versión y esta vez no hubo respuesta enfrente. Sempere cerró la portería, la defensa anuló la zona central y el Málaga perdió el sentido. Sufrían para anotar frente a un Guardés que de la mano de Cecilia Cacheda aprovechó la pasividad defensiva del rival para encontrar pasillos por los que hacer sangre. Entraron en los últimos diez minutos con dos goles de ventaja (19-21) pero el partido ya no existía. El Málaga estaba por estar ante un ciclón que iba y venía por la pista. El líder había ejercido de tal.
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