Al Lóstrego le sobraron unos segundos

Al Lóstrego CF le sobraron siete segundos del tiempo real para llevarse los tres puntos y colocarse como el mejor equipo de la segunda parte de la tabla. Los buscó siendo fiel a su filosofía (solidez atrás y velocidad arriba) pero se quedó con la sensación agridulce de haber realizado un buen partido sin premio.

En realidad, el choque ofreció cuatro momentos significados que pudieron cambiar, tanto a favor como en contra, el rumbo del partido. El primero, en un balón largo de Alba Torres que cogió a la zaga gondomareña despistada porque María Jiménez, velocísima, recibía, volaba y ante la salida de Ángela asistía de zurda a Laura Mosquera, que a portería vacía hacía lo imposible. Sí, la tiraba fuera. Era el minuto 14.

El conjunto que prepara Gabi Couñago reaccionó, se asentó y poco a poco, se fue haciendo con el duelo. Avisó en los minutos 27 y 28 de forma clara. Primero, con un lanzamiento de “Ade” González desde los tres cuartos de campo, intentando sorprender a una adelantada Lucía Ameal. Se le fue rozando el palo su golpeo inteligente. Y al minuto siguiente, un centro de Carla Carballo acababa con un derechazo seco y duro de Izard. También fuera por centímetros, a la derecha de Ameal.

Y de las advertencias se pasó al gol. A balón parado, en una falta directa lejana, “Peque” tiró de galones. La capitana buscó el centro de la portería y una excelente y potente parábola. Lo demás, la estatura de la portera local, la guardesa Ameal, cuyo salto fue insuficiente para tocar el cuero, entrando entre el larguero y sus manoplas. Ni es el primer gol ante una guardameta de menor estatura que la media -ya ha habido varios- ni será el último. En esta categoría, cada técnico acepta y maneja ese hándicap como sabe, quiere y puede.

El Lóstrego se iba al descanso con ventaja y, sobre todo, sabiendo que llevaba el peso del partido tras el susto de lo que pudo ser el 1-0. Importante para un equipo que empezó mal el campeonato y que ha demostrado que, pese a la marcha de dos titulares al Celta (su portera e Irene), importaba más el bloque, la filosofía propia, el esquema y… recuperar a la lesionada “Peque”. Con ella, la zaga es más rocosa, más sólida, y a balón parado aporta también otras soluciones.

El tercer momento clave en campo compostelano llegó en el minuto 73. “Ade”, notable, dio el pase perfecto casi en el punto de penalti para la llegada de Alejandra, pero en el regate Ameal estaba magnífica para abortar la ocasión y lo que podía ser el 1-2 se quedaba en nada. El problema es siempre el mismo: cuando perdonas, pagas. De haber matado el partido se pasó a unos minutos sin gran control. Los peores para cualquier entrenador, porque de la nada puede llegar un gol en contra.

Y así fue. La cuarta situación relevante concedía tablas. Un saque de esquina botado por Jiménez que no acertaron a despejar las azules, un segundo centro de la malagueña que rebotaba en Tamara descolocando a Ángela… y, en el segundo palo, llegaba Torres para fusilar pese a la estirada de la portera de Soutomaior. Empate. Luego, cuatro minutos de descuento ya sin opciones a nada. Miel en los labios y segundo empate consecutivo.