El Porriño no se reconoce

A Isma Martínez y a sus jugadoras les va a costar olvidar la terrorífica tarde de ayer. Tienen un mes de parón para hacerlo porque el Conservas Orbe Zendal se marcha a las vacaciones después de ofrecer con diferencia su peor partido de la temporada. Un suplicio de una hora en la que fueron superadas de forma incontestable por el Beti Onak ante la inacción de su dramático ataque que ofreció un rendimiento impropio de lo que venía siendo este equipo.

El choque era importante porque ofrecía al Porriño la posibilidad de irse al parón con un buen sabor de boca enganchado al grupo de cabeza (con Costa del Sol, Guardés o Bera Bera...) y dejar lejos al grupo alternativo en el que el Beti Onak es uno de sus grandes exponentes. Nada de eso sucedió porque el cuadro louriñés no se encontró en toda la tarde. El 3-3 a los diez minutos de juego fue el último síntoma de vida que ofrecieron. Todo lo que vino a continuación resultó un despropósito en el que solo mínimamente puede salvarse la portería y pequeños momentos defensivos. El gran problema llegó a la hora de atacar porque es complicado hacerlo de manera tan errática acumulando fallos en el lanzamiento con constantes pérdidas. Isma Martínez, que no daba con la tecla, pareció intuirlo cuando pidió su primer tiempo muerto con el 8-4. Tampoco estaba el Beti Onak bordando el juego, pero era la inercia confusa del Porriño la que le permitía verse en esa situación. Pero lo que vino a continuación fue aún peor porque los cuatro siguientes ataques del equipo se fueron al limbo sin llegar ni tan siquiera a lanzar. El Beti Onak, que no estaba precisamente en su mejor momento, se vio tranquilamente con la misma diferencia al descanso (12-8).

Confirmación del desastre

El partido aún estaba en juego pese el terrible primer tiempo y eso era una luz de esperanza para el Porriño que en los primeros ataques de la reanudación dejó claro que no había solución alguna. Más pérdidas, más lanzamientos claros mal ejecutados...el equipo lejos de hacerse fuerte en la adversidad se marchó por completo del partido y entró en un desquiciamiento general que llevó a Isma Martínez a pedir otro tiempo muerto con el 15-9 en el marcador cuando aquello tenía poca solución. Eligió incluso vaciar portería en ese tramo de partido y aquello solo trajo más problemas porque el Beti Onak agigantó la diferencia y se fue por encima de los diez goles. En el Porriño nada funcionaba y la ausencia de Casasola y de Buforn (tres goles entre ambas, lo que es una anomalía absoluta) convertía en una quimera la ilusión de apretar el marcador. El partido ya estaba decidido desde mucho antes y el Porriño ni había abierto la boca para revolverse contra aquella situación. Un paso atrás importante en sus aspiraciones y ahora un mes por delante para meditar.

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