Balonmano

El Porriño irrumpe en Europa: tanta espera, tanto frenesí

El Conservas Orbe Zendal afronta su debut histórico en la European Cup, “que mucha gente ha sembrado”, con poco tiempo de preparación

Plantilla y cuerpo técnico del Conservas Orbe Zendal, ayer en el Municipal.

Plantilla y cuerpo técnico del Conservas Orbe Zendal, ayer en el Municipal. / MARTA G. BREA

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Lo trascendente y lo inmediato, lo histórico y lo coyuntural, se conjugan verbalmente en el Municipal louriñés. Han pasado 37 años desde la fundación del Club Balonmano Porriño, hoy emblema y orgullo de la localidad; 28 desde el primer ascenso a División de Honor de su primer equipo femenino y 14 desde que regresó a esa categoría para no descender más, en una trayectoria ascendente. Este camino alcanza esta tarde (20:30) un hito: el debut internacional. La primera eliminatoria de la EHF European Cup contra el campeón italiano, el Brixen Sudtirol, se completará el domingo (12:30) en el mismo pabellón gracias a un acuerdo entre entidades. Siendo tan esperado, el doble enfrentamiento llega con escasa preparación específica. No lo ha permitido el intrincado calendario.

Esa misma combinación de tiempos se desarrolló el pasado 25 de junio. Aunque con derecho a participar en la tercera competición continental, la directiva temió que deberían renunciar como ya había sucedido en 2014. Todo se alineó financieramente cuando quedaban pocas esperanzas y el club acabó inscribiéndose a falta de dos horas para que concluyese el plazo.

El presidente, Abel Estévez, y el entrenador, Isma Martínez, lo celebraron casi con alivio. Ambos coincidían en que era “el paso lógico, uno más” en la hoja de ruta que se había seguido durante las últimas temporadas, refrenda Isma. “Gracias al trabajo del club se ha podido dar. Nos tiene que servir para seguir creciendo. Mi idea es clara, siempre mejorar, e iba a ser complicado mejorar el año anterior si no jugábamos en Europa”.

Ambos cosen, en su valoración, lo actual y lo pretérito. “Para nosotros, como club, es muy importante y el premio a casi 40 años de historia”, comenta Abel. “Debemos afrontarlo como una fiesta. Recogemos frutos que mucha gente ha sembrado; antiguas directivas, antiguas plantillas...”. A muchos de ellos se les homenajeará durante el descanso del choque dominical. Ese día habrá además actividad gastronómica (degustación de callos) frente al pabellón. “Para disfrutar de algo más que un partido”, explica el presidente. Isma añade que este logro “muy significativo” ha incluido a la cantera, que es el tuétano del Porriño: “Vivir esto con jugadoras que has dirigido desde alevines o infantiles es diferente a como lo pueda sentir otro entrenador”.

Plantilla del Conservas Orbe Zendal Porriño.

Plantilla del Conservas Orbe Zendal Porriño. / Marta G. Brea

La EHF European Cup, creada en 2000, se ha convertido en un territorio propicio para el balonmano femenino español. El Rocasa Gran Canaria encabeza su palmarés, con tres títulos. Logró el primero en 2016. Los otros dos, en 2019 y 2022. Málaga ganó el trofeo en 2021 y Elche, el año pasado. En total, cinco de los últimos ocho y cuatro de los últimos cinco –en 2020 se suspendió por la pandemia–. Sólo falta el de 2023. El Mecalia perdió aquella final contra el turco Konyaaltı (23-17 en A Guarda, 33-20 en Antalya). “Es muy ilusionante. No nos ponemos techo”, comenta Abel. “En principio los equipos españoles siempre llegan a las últimas rondas de esta competición. Tenemo que ir viendo cómo van los sorteos. La idea es encarar esta eliminatoria contra el campeón de Italia con la mayor ambición”.

Las circunstancias que rodean este primer asalto no son las más propicias. La temporada femenina se ha desarrollado a saltos y parones desde que arrancó el 31 de agosto. Isma no pudo trabajar la semana pasada con seis de sus jugadoras; tres concentradas con la selección española y otras tres con la argentina. La situación pasó factura el martes, en la reanudación liguera, con largo viaje en autocar hasta La Rioja y tropiezo –el primero– ante el Grafometal (29-22). “Nos ha hecho bastante daño haber estado separadas. No lo habíamos vivido nunca y nos tenemos que adaptar rápido. Son jugadoras muy jóvenes. Es lógico que su concentración disminuya cuando viene la llamada de una selección o están tanto tiempo fuera de casa”, argumenta el entrenador. “Veníamos avisando de que no acabábamos de jugar del todo bien. No fuimos mejores en ningún momento y en ninguna fase del juego. Nos tiene que servir. El grupo está concienciado para que nos sirva. Además de ser una derrota dolorosa, nos ha obligado a recapacitar, reflexionar y corregir cosas. Seguro que ya se verá este fin de semana”.

Cuando el domingo concluya la eliminatoria, el Orbe Zendal habrá disputado tres partidos en seis días. El cuerpo técnico lo había planificado. “Jugar tan seguido, con una plantilla corta, puede ser un problema. Pero la carga de minutos de las jugadoras no está siendo grande. Pensábamos en lo que nos venía. A veces a las jugadoras eso les cuesta entenderlo. Quieren jugar siempre. Pero no hay cuerpo que lo aguante si no es con una rotación coherente”.

Isma ha podido analizar al Brixen Sudtirol: “Es un rival difícil, bien montado. Tiene su principal virtud en la transición ofensiva, especialmente en su lado izquierdo y en primera fase de contraataque. Nuestro repliegue, tanto el preventivo (no perder balones, acabar situaciones con lanzamiento) como el de primera fase, tiene que ser eficaz. Tenemos que prestar atención. Manejan recursos en el lanzamiento exterior, jugadoras con bastante gol, una buena pivote… Nos exigirá estar concentradas y volver a juntarnos”.

No ha habido tiempo, en cambio, para inculcar ese escrutinio a su plantilla. Solo “a grandes rasgos” la sesión de ayer, de vídeo y pista, desde el regreso de Logroño. “Confiaremos mucho más en nuestro modelo de juego que en el planteamiento estratégico que podamos hacer”, acepta Isma.

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