Balonmano - División de Honor Plata Masculina

Triscaidecafilia en O Rosal

El magistral Barros, dorsal 13, conduce al Valinox a la victoria

Los jugadores locales celebran su victoria.

Los jugadores locales celebran su victoria. / Valinox Novás

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Valinox Novás  30

Gil, Santomé (1), Flores, Diego Pérez, Dacosta (4), Hermida (1), Barros (11), Leiras (6), Aladino, Manu Martínez (3), Rivas (1), Guteras, Laguna (3), Teixidor.

Trops Málaga   24

Soriano, Arca (1), Escobedo 86), Consuegra, Melgar (4), Soler, Villamarín, Villarreal, Petter (1), Portela, Camas, Manuel Díaz (2), Barderas, Diego Pérez (5), Alberto Castro (5).

Parciales: 4-2, 6-3, 9-4, 11-6, 13-9, 15-13 (descanso), 17-16, 19-19, 22-20, 24-21, 26-22, 30-24. Árbitros: Jorge Muras y_Tomás Fernández. Excluyeron a los locales Dacosta, Hermida, Leiras, Aladino y Laguna y a los visitantes Escobedo, Petter, Portela (2), Soriano, Pérez y Castro. Incidencias: Lleno en el Municipal.

No existe el miedo al número 13 en O Rosal, eso que se conoce como triscaidecafobia. Se intuye, al contrario, una filia que pronto desembocará en manía si Denys Alessandro da Silva Barros repite actuaciones como la de este sábado. El primera línea brasileño, fichado este verano, impartió una lección magistral. Lideró al Valinox en sus bonanzas y lo refugió en sus crisis. Martilleó la portería del Málaga –anotó once goles– y aprovechó después el pánico que provocaba para alimentar a sus compañeros. La primera victoria del curso lleva su firma.

Estaba ansioso el equipo local, tras las derrotas ante Puerto Sagunto (24-31) y Amenabar (35-30). César Armán supo canalizar esas energías y transformarlas en el impulso inicial. El Valinox remedió los desajustes defensivos que lo habían sentenciado en esos duelos. Bordeó incluso la perfección en el primer cuarto de hora, con una intensidad en el 6.0 bien aplicada, sin exclusiones. La confianza que se autoinyectaba atrás le permitía después masticar con paciencia las jugadas. El 11-6 reflejaba incluso con escasez el dominio local.

Pero las dinámicas siempre obedecen en balonmano a una química delicada, que puede variar en cualquier momento. Joaquín Soler exigió agresividad en la defensa a los impares, aunque fuese a costa de abrirse. Paulo Dacosta se ganó los dos minutos por protestar. Se fallaron un par de lanzamientos claros. Y el Málaga llegó a atacar para empatar antes del descanso.

No lo logró (15-13), pero completó su remontada en la reanudación; concretamente en el minuto 38 (17-18). El partido había adquirido un mayor velocidad. En estático, al Valinox le pesaba la carencia de un lateral zurdo –a la espera de que Ahmed Elkhouga arregle sus papeles y cubra el hueco que dejó Linhares–. Barros se ofreció como remedio.

El brasileño había sido el principal productor desde el arranque, pero fue en ese instante de zozobra en el que confirmó su personalidad. Sus goles devolvieron la delantera al Valinox Novás, aplacando la rebelión sureña. Todo comenzó a mejorar desde la seguridad que él ofrecía. Barros aprovechó el sobremarcaje para alimentar tanto al pivote como a los dos extremos, especialmente a Leiras cruzando pases al flanco contrario. Y Héctor Gil regresó a la portería para neutralizar las últimas acometidas rivales.

Ya no tuvo el Málaga moral suficiente en un ametrallamiento mutuo de exclusiones. Desde el 20-20, el último empate, pequeños parciales llevaron la diferencia del Valinox hasta el 26-22, que tanto Armán como sus jugadores supieron gestionar para regalarse un triunfo celebrado calurosamente en la caldera de O Calvario. Aunque recién comience la temporada, los rosaleiros ya sabe lo difícil que es reponerse de las dinámicas negativas. El Trops Málaga, aunque con bajas, venía de empatar en Pontevedra (24-24) y convencer ante el Antequera (27-25). En el autobús de vuelta, ellos sí habrán lamentado la maldición del trece.

Tracking Pixel Contents