Las dos caras: del dolor insoportable, a la gloria infinita

Las dos caras: del dolor insoportable, a la gloria infinita | AP

Las dos caras: del dolor insoportable, a la gloria infinita | AP

Los Juegos Olímpicos son una sucesión de imágenes que quedan para siempre, donde se mezclan sentimientos y se alternan el dolor y la gloria. Ayer hubo un par de episodios relevantes. Por un lado el sufrimiento de la japonesa Ute Abe, actual campeona olímpica que fue eliminada en segunda ronda y cuyos gritos de dolor helaron la sangre del recinto. Su entrenador tuvo que sacarla del tatami y llevársela mientras ella solo era capaz de gritar y llorar. Y al otro lado, la explosión de la francesa Pauline Ferrand Prevot (Reims, 32 años) que ya tiene completo un brillante e inigualable palmarés al conquistar la medalla de oro olímpica de bicicleta de montaña. Una legión de paisanos le esperaban en la meta para completar una imagen que parece un anuncio del Gobierno francés.

Las dos caras: del dolor insoportable, a la gloria infinita

Las dos caras: del dolor insoportable, a la gloria infinita

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