A las 11.00, entre la niebla, el periodista Terio Carrera empezaba la cuenta atrás para la edición más especial y populosa de la 15K do Atlántico Banco Mediolanum. Especial por llegar a la número diez; populosa porque entre las dos distancias y la andaina se superaban con mucho los 1.000 participantes. Dos salidas en lugares diferentes; una, la larga, con el monasterio de Oia de fondo y la otra, de 7,5 km, quince minutos más tarde, desde la parroquia rosaleira de Pontecelo. A las 10.00 horas, la andaina comandada por el padrino, Álvaro Pino, había arrancado hacia el puerto de A Guarda.
Salida muy rápida para los más de 600 atletas de la 15K, con dos hombres que marcaban el ritmo, Álvaro Prieto y Carlos Porto, abriendo distancia con Emilio Pérez. Por detrás, ilustres como Dani Bargiela y Elías Dominguez, y ya tras ellos, la enorme Esther Navarrete.
Sería en la parte final de la carrera cuando Porto decidía dar el tirón, cruzando la meta con un registro de 48:08. Trece segundos después lo hacía Prieto, siendo tercero Emilio Pérez, que tuvo que hacer un último esfuerzo para que no le alcanzase un Bargiela al que le quedaban fuerzas para luchar por el bronce. No lo obtendría por 10 segundos. Apenas unos minutos después, asomaba ya Esther Navarrete, que ganaba con 52:55, siendo la novena de todos. Con 56.51 era segunda Eva Piñel; el bronce, para Begoña Domínguez, con 58.36.
En cuanto a la carrera “especial” de 7,5 km por el décimo aniversario, la victoria masculina correspondió a Josué Moreno (24:41). con José Antonio Burgos y Felipe Veiga siendo 2º y 3º. En féminas Ana Alonso, firmaba 32:01, con más de dos minutos de diferencia sobre Alejandra Sanromán y Julia Sampedro.
Como todos los años, la 15K do Atlántico ha tenido su parte solidaria, a través del proyecto Mediolanum Aproxima. Se han recaudado ya más de 6000 euros para la Asociación Española contra el Cáncer y aún queda una semana para seguir donando. Al final el Banco Mediolanum aportará la misma cantidad que la que se haya conseguido.
Tras la competición, atletas, familiares y aficionados comentaban lo vivido en una de las pruebas más bonitas del calendario popular por su entorno. Hubo tiempo para algún último baño de la temporada en las frías aguas de puerto de A Guarda.
