Fútbol

Con una Champions bajo el brazo

Jonathan Giráldez celebra con su mujer y su hijo recién nacido la primera corona continental como técnico jefe del Barça femenin

Jonathan Giráldez, con su mujer y su hijo, en Eindhoven. |  // YVES HERMAN

Jonathan Giráldez, con su mujer y su hijo, en Eindhoven. | // YVES HERMAN / Laia Bonals/Redacción

Laia Bonals/Redacción

El Barça vuelve a ponerse a sentarse en el trono europeo. El conjunto de Jonatan Giráldez ha conseguido remontar un 0-2 adverso en la primera parte para batir al Wolfsburgo con dos dianas de Patri como revulsivo y una de Rolfö (3-2). Las azulgranas vuelven al lugar del que nunca hubieran querido irse y suman la segunda Champions de su historia tras demostrar que de los errores se aprende. Para el entrenador vigués supone la culminación de su esforzado camino hacia la élite. Y con una participación decisiva. Su discurso en el descanso se destaca como esencial en la reacción azulgrana.

No ha sido una final precisamente sencilla. El enfado de Jonatan Giráldez fue mayúsculo tras el gol de Pajor en el minuto 3. El técnico, siempre paciente y sobrio, estampó su chaqueta contra el asiento antes de gritar con ímpetu a sus futbolistas. No le gustaba lo que estaba viendo. Lo que no sabía aún el entrenador azulgrana es que las cosas iban a ir a peor. Popp anotó el 0-2 en el 37.

Rolfö reveló algunos detalles del discurso de Giráldez en el descanso: “Hablamos de que habíamos hecho una gran primera mitad. Teníamos que continuar, creer en nosotras misma y seguir el plan de partido”.

El olívico explicó con más detalle qué les dijo a sus jugadoras en el vestuario para remontar el encuentro: “Eran dos cosas. Primero, cómo crear más ventajas y evitar transiciones con la colocación de Mariona y Salma en nuestro campo cuando teníamos la pelota. En segundo lugar, a nivel de carácter, en las cabezas de todas las jugadoras debía haber optimismo. Teníamos que estar convencidas de que podíamos y merecíamos ganar el partido”, añadió.

El fútbol acompañó a las palabras cuando se reanudó el juego. La que capitaneó fue la que siempre pasa desapercibida. Patri Guijarro, el faro azulgrana, correcta y organizadora, resucitó a un Barcelona en jaque mate. Primero en el minuto 48, después de una genialidad de Graham Hansen, que se deshizo de dos defensas en un abrir de cerrar de ojos para servir un centro milimétrico al pie de Patri. La de Palma remató con delicadeza y celebró con rabia. Estaban más cerca. A los dos minutos, volvió a ser Patri la que remató un centro de Aitana Bonmatí colándose totalmente sola en el área del Wolfsburgo.

Tras el empate, los dos conjuntos recuperaron fuerzas, adormeciendo un partido que se estaba volviendo frenético. Contemporizando, sin prisa, pero sin pausa, el Barça se plantó en terreno rival por imposición. Y, tras insistir, Rolfö hizo realidad los deseos de todo el barcelonismo en el minuto 70.

“Hemos demostrado personalidad, carácter y ambición. De ahí que hayamos remontado el partido”, explicó el técnico gallego en declaraciones a TV3. Y se mostró emocionado por la presencia de su pareja y de su hijo recién nacido en las gradas: “Debe ser la persona más pequeña de todo el campo. No sabíamos si podrían venir él y su madre, pero han venido todos. Ha sido fenomenal. Estoy muy contento de que puedan estar aquí”.

“Es difícil explicar todas las emociones que siento ahora mismo. Las últimas semanas han sido muy importantes por razones personales”, confesó el joven, de 31 años, que afrontó la aventura de Cataluña con valentía. Giráldez, que habla en perfecto catalán, ya había ganado la Champions como ayudante de Lluis Cortés en 2021 y lo sustituyó tras su dimisión. Giráldez ha mantenido el dominio de la liga española, con dos títulos, y se ha recuperado del disgusto de la final de Turín en 2022, manteniendo siempre la adhesión del vestuario.