El IES Coruxo podría renunciar a su plaza en Segunda División B. La directiva se lo plantea debido a la falta de apoyos. Asegura que el Concello no ha cumplido sus compromisos. “Se están buscando alternativas. Nos consta que la tercera categoría del fútbol sala español es un proyecto muy atractivo en otros lugares, pero no en Vigo”, lamentan los dirigentes de forma mancomunada.
IES Coruxo, Vigo F.S. y Vigo Sporting se fusionaron en 2020. El primer equipo, dirigido por Lucas Fernández, logró el ascenso en 2021 y ha conquistado dos permanencias consecutivas. Patrocinado durante todo este tiempo por Ganomagoga, la empresa se encuentran en proceso de venta y ha finalizado su apoyo. La directiva aclara que “lo de Ganomagoga no afecta para nada a esta situación” y que “la dependencia de subvenciones públicas es muy pequeña en relación con los otros equipos de la categoría. El club es capaz de generar un importante porcentaje de su presupuesto con recursos propios y privados. Sin embargo, para crecer hace falta más”. Añaden: “Con la ayuda que hay, a día de hoy, es imposible estabilizar un proyecto en Segunda B o intentar conseguir un ascenso a Segunda División A”.
La directiva del IES Coruxo acusa directamente al Concello de Vigo, asegura sentirse “engañada” y que “se ha jugado” con su “tiempo y patrimonio. Según su versión, en una reunión presencial tras el ascenso, responsables municipales garantizaron que en Segunda B se triplicaría la subvención que percibían en Tercera. “No solo no sucedió eso sino que recibimos menos cantidad cuando en la nueva categoría hay un coste muy superior”. Según sus cuentas, perciben “menos de 10.000 euros”, de los cuales dedican “sobre unos 4.000” al pago de instalaciones municipales. Lo que resta “no llega ni para pagar los arbitrajes”.
“La única razón por la que el proyecto continuó es porque tenemos un grupo de jugadores que compiten de forma totalmente altruista por amor y pasión. Destaca el sentido de pertenencia de los jugadores hacia un proyecto que ha sido el de una familia pero que por razones obvias debe replantearse”, comentan en relación al propietario de Ganomagoga, Cándido González, cuya hija y yerno han formado parte de la junta del club.
Los dirigentes mencionan también su estructura de cantera y sus logros, a la par que critican los baremos del Concello que priman el volumen de licencias sin considerar categoría ni gastos. Y recuerdan que ante la imposibilidad de garantizar el Central para un Campeonato de España, tuvieron que organizarlo en Porriño.
“Ante esta situación la directiva se replantea si merece la pena luchar por un proyecto que no tiene recorrido ni interés por parte de la ciudad”, opinan los dirigentes, que mencionan los éxitos obtenidos por su cantera. Concluyen: “El fútbol sala no interesa. Solo hay que ver al agravio económico que sufre en comparación con otras modalidades”.