Baloncesto

Toda una vida estaría contigo

“Tengo un cariño especial a esta ciudad”, asegura en su regreso a Vigo Alba Torrens, que inició su carrera profesional a las órdenes de Méndez en 2006

Torrens, Méndez y Carrera, los excélticos de la selección. |  // A. VILLAR

Torrens, Méndez y Carrera, los excélticos de la selección. | // A. VILLAR / A.A.

A.A.

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Alba Torrens lo pregunta y Miguel Méndez se lo confirma. No existía Navia, inaugurado en 2010, mientras la balear vistió la camiseta céltica (2006-2009). El próximo jueves, en el partido del Trofeo Ciudad de Vigo contra Italia, sí pisará un territorio conocido. En el Central se inició su leyenda. También su relación con el técnico, que hoy la dirige en la selección y bajo cuyo mando, en el Ekaterinburg, ha conquistado Euroligas. Pabellones se han alzado y han sido demolidos desde que ambos entablaron su prolífica sociedad. “Empecé mi carrera con Miguel y tiene muchos números de que la acabe con él”, bromea Torrens. Vigo, en resumen, como prefacio y epílogo, en cierto modo, del relato de la mejor jugadora española de la historia.

Torrens no ha necesitado el viejo parqué del Central. Las nostalgias se le refrescaron ya en Peinador. “Cuando aterricé fue una sensación muy especial. Me vinieron muy buenos recuerdos. Tengo un cariño especial a esta ciudad, a la gente. Estoy muy contenta de estar aquí”, asegura. “También me alegré mucho por el ascenso del Celta y por todo lo que significa para la gente. Fue una alegría para todos los que hemos estado aquí”.

Torrens conoció el baloncesto profesional como celeste. El club presidido por Paco Araújo ya no poseía el músculo financiero que le había permitido ganar títulos. Méndez y el director deportivo, Carlos Colinas, que ocupaban sus veranos con las selecciones inferiores, aprovecharon sus agendas para apostar por jóvenes talentos. En la cantera ya estaba Tamara Abalde y se reclutó a Laura Nicholls. En años posteriores llegarían más de ese perfil, como la brasileña Damiris Dantas.

“Miguel ha sido una persona muy importante en mi carrera deportiva. Es una de las personas que más me ha ayudado, que me sigue ayudando y me está enseñando cómo jugar a baloncesto”, ensalza Torrens. “Es un ejemplo por la manera en que lo hace. Siento que es una suerte haber compartido con él tantos momentos y espero que aún queden unos cuantos más”. Admite que el estratega olívico afronta una tarea ardua en la selección: “No es un momento fácil. Somos muy conscientes de ello. Venimos de un verano sin competir. El Eurobasket es un reto duro. La palabra reto lo define bien. Nos centramos en el día a día, en cómo podemos prepararnos de la mejor manera posible. A partir de los primeros partidos veremos dónde nos situamos. Lo afrontamos con ganas de trabajar e ilusión, pero siendo realistas”.

Méndez no oculta su felicidad, ejerciendo de embajador de Vigo. “Estoy encantado de estar aquí y de traer a la gente de mi familia, la que trabaja conmigo todos los días, a mi ciudad. Nos están tratando muy bien y estamos teniendo muy buena suerte con el clima, que ha sorprendido a todos mucho. Espero que vengan a visitar Vigo no solamente cuando haya que ver las luces de Navidad, sino que lo aprovechen los 365 días del año. Vigo es una de las cunas del baloncesto femenino español y hacía tiempo que la selección no estaba aquí”.

Méndez se siente un privilegiado por haber entrenado en varias etapas a quizá la más grande; si existe discusión al respecto, “a ella le preocupa poco esto”, precisa el seleccionador. “Cuando le preguntaron cuál había sido la canasta más importante de su vida, contesto que la había metido una compañera, Anna Cruz. Eso define a Alba. Era una jugadora fantástica hace 20 años y se ha convertido en una mujer muy madura, que es capaz de adaptarse a cualquier situación en el campo. En Ekaterinburg era capaz de dejar espacio a las estrellas que teníamos y también liderar una ‘final four’ y en diez minutos meter 15 puntos. Hace el trabajo que tiene que hacer. Habla de una madurez increíble que, si tengo que ser sincero, no sospechábamos hace tantos años, cuando todos los esfuerzos se dirigían a sujetar esa imaginación que tenía jugando. Siempre ha tenido esa educación deportiva que le han dado sus padres. Es una familia que se refleja en lo que ella hace en la pista, con ambición y una gestión perfecta de su carrera”.