Entrevista | Raquel Carrera Pívot de la selección española

“Lo del Celta fue una alegría inmensa, como si también hubiese ascendido yo”

“Quiero seguir creciendo y alcanzar mi mejor versión”, asegura la ourensana en su regreso a Vigo tras ser MVP de la Liga

Raquel Carrera, ayer en Navia.

Raquel Carrera, ayer en Navia. / ALBA VILLAR

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Raquel Carrera supone un enredo en sus magnitudes. Apenas recién salida de la adolescencia, a sus 21 años, acumula un palmarés colectivo e individual que requeriría arrugas. Se asoma al mundo desde sus 1.88 centímetros con la misma sencilla naturalidad, mirando desde arriba igual que aquella niña que soñaba desde abajo. Se ha convertido en un coloso y resulta inevitable recordarla pequeña. La ourensana, criada inicialmente en el Pabellón, se mudó a Vigo con 13 años. En 2016, con 14 años, 11 meses y 1 día, debutaba con el primer equipo; la más joven en la historia del Celta. Cuando el Valencia la fichó en 2019 –para cederla inicialmente al Araski–, ya había deslumbrado y acariciado en dos ocasiones el ascenso. Ahora ha regresado a Navia como estrella de la selección española. Acaba de ser nombrada MVP en la final liguera ganada por el Valencia. En 2021 ya se había erigido como heroína en la conquista de la Eurocup. Tanto ha escrito y es escaso en tanto que escribirá. Es realidad y es promesa. La propia Alba Torrens dice de su compañera en el Valencia: “A su talento une una manera de leer el juego, de jugar a baloncesto, que es poco común a su edad. Ella está gestionando muy bien todo lo que está pasando. Para nosotros es una jugadora muy importante. En la selección jugará a lo que ha jugado toda la temporada. Es verdad que a veces se nos olvida la edad que tiene. Muestra una serenidad y un temple que pocas jugadoras tienen”.

–¿Qué sintió el miércoles, en el primer entrenamiento de la selección en Vigo, al pisar la cancha de Navia por primera vez en cuatro años?

–Es como volver a casa, a esos inicios que tuvo aquí en el Celta. Para mí siempre es guay.

–Fue su adolescencia, una etapa clave a nivel vital y deportivo en muchos sentidos.

–Maduré tanto fuera como dentro de la pista. Para mí fue el inicio de querer ser profesional. Supe que quería ser jugadora de baloncesto, que quería dedicarme a esto.

–En realidad, usted y su familia ya habían tomado una decisión difícil cuando decidieron que se trasladase de Ourense a Vigo con tan solo 13 años. Iniesta, por ejemplo, recuerda cómo lloraba en La Masía. ¿Le queda algún recuerdo amargo por las renuncias que implicó esa apuesta? ¿Todo ha cobrado sentido en perspectiva?

–El primer año es complicado. Con 13 años, vivir sin tus padres, fuera de casa, en un sitio que no conoces, se me hacía difícil. Pero siempre tuve a mi madre ahí, que venía cuando lo necesitaba. En ese primer año fue importante para mí que ella estuviese aquí. Y al final me ayudó para estar aquí hoy con la selección.

–Cierto que en Vigo también tuvo “madres sustitutas”…

–Siempre estuve con Laura Alonso, mi compañera de piso durante cuatro años. Fue como mi madre aquí. Mis compañeras me ayudaban en la pista y Cristina Cantero, mi entrenadora, también fue muy madre dentro y fuera.

–Y en esta cancha de Navia, hace tres semanas, se estaba celebrando un ascenso a Liga Femenina que usted acarició en un par de ocasiones junto a Anne Seniosain, que lo ha podido disfrutar.

–Estuve muy pendiente. Me vi el primer partido. En el segundo coincidió que estaba yo jugando también, la semifinal de Liga. Para mí fue una alegría inmensa, como si hubiese ascendido yo también. Esos pasitos que habíamos ido dando antes también sirvieron para ganar aquí en Vigo.

–Advertía Miguel Méndez que al Celta le aguarda un año muy complicado. Como recién ascendido, debe reunir financiación y llega tarde al mercado. ¿Qué le espera al equipo en la máxima categoría?

–La competición es complicada para todos. La liga española es ahora mismo de las más competitivas. Es una liga dura. Hay que estar preparado. Todos los partidos son difíciles. El Celta tendrá que competir.

–Usted acaba de ganar esta Liga. El Valencia culmina de alguna manera el proyecto que ha concebido Juan Roig. Y que usted y el Celta, al bordear el milagro en la final por el ascenso de 2018, en una Fonteta abarrotada, como mínimo pudieron aplazar.

–Me lo recuerdan de vez en cuanto. Estuvimos a punto de llevarnos ese ascenso que al final logró Valencia, que es muy buen proyecto. Estos cinco años le han llevado a ganar una Liga y una Eurocup, con un crecimiento continuo del club. Apuestan mucho por nosotras.

–Usted ha sido MVP de la final. En 2021 ya decidió el título de la Eurocup con dos tiros libres muy recordados. Tiene ángel.

–Me gusta mucho competir. Tengo el gen competitivo siempre a tope. Cuando estás en una plantilla como la de Valencia, rodeada de compañeras tan veteranas y buenas como las mías, todo resulta más fácil.

–“La clave es que no se lo crea”, ha dicho Cristina Cantero. A usted se la señala desde hace tiempo como la elegida para liderar el recambio generacional. Le llueven elogios. La rodea mucho ruido. No sé si es necesario un esfuerzo consciente para “no creérselo”.

–Con 21 años, lo que busco es seguir creciendo. Miro a la Euroliga, miro a las jugadoras, y quiero ser como muchas de ellas. Quiero alcanzar mi mejor versión siempre. Sí, una de las claves es no creérselo y seguir trabajando día a día.

–Miguel Méndez estaba de acuerdo con Cantero. Pero a la vez reconoce que en este Eurobasket, por las bajas de Ndour, Etxarri y Araújo: “Necesitamos que sea ya referencia”.

–Todas las interiores tenemos que dar un paso adelante ahora mismo. Las bajas de Astou, Irati y María son de las que se notan. Pero creo que el equipo está preparado. Y hay jugadoras que podemos dar ese paso adelante.

Raquel Carrera.

Raquel Carrera. / ALBA VILLAR

–La selección se perdió el último Mundial. Llega el Eurobasket. España ha ganado tres de los últimos cinco. Pero es un cambio de ciclo, las ausencias… El seleccionador apunta a asegurar plaza en el Preolímpico como objetivo realista.

–Lo que España ha hecho en estos últimos años ha sido increíble, impresionante. No es algo común, que se tenga que repetir cada año. Lo hemos normalizado. Todo es muy bonito. Todo el mundo quiere ganar. Pero es muy complicado. Por nosotras, ojalá. Todo el mundo quiere llegar a la final y ganarla. Nosotros luchamos por competir desde el trabajo diario.

–Aún quedan representantes de la generación dorada como Silvia Domínguez… Y sobre todo Alba Torrens, probablemente la mejor jugadora de la historia del baloncesto español o al menos en ese debate figura.

–Sin duda. Este año también he estado con ella en el Valencia y ha sido una de las claves para que yo haya podido sacar ese nivel, ese pasito adelante. Tener una jugadora así, que ha vivido tanto, que se ha medido a rivales tan buenas, te ayuda. Estar rodeada de gente así es lo que te impulsa a crecer como jugadora.

–La etapa anterior de la selección fue muy exitosa. Pero tuvo un final tormentoso, dentro pero sobre todo fuera de la pista. A Miguel Méndez le toca pilotar una transición compleja.

–Miguel nos conoce. Sabe qué podemos dar cada una. Ha estado muy pendiente de todas durante toda la Liga. Nos ha seguido en todos los partidos. Creo que conseguirá sacar la mejor versión de cada jugadora en el Eurobasket.

–Méndez, Paula Ginzo, Miguel… Con María se habría completado el acento gallego de este combinado.

–Estamos muy contentas. Siempre estamos orgullosas de Galicia, nuestra tierra. Y cuantas más jugadoras vayan saliendo, mejor se hablará de nuestra cantera y nuestro baloncesto.

–Un tema recurrente en cada verano: WNBA. New York Liberty posee sus derechos. ¿No se lo ha planteado de momento por priorizar la gestión de esfuerzos? ¿No le interesa?

–Sí que es algo que me he planteado y una experiencia que me gustaría vivir. Es una de las mejores competiciones junto con la Euroliga. Lo que priorizo es mi equipo, el Valencia, y la selección. Si en algún momento no competimos o tenemos descanso algún verano, me gustaría probar la WNBA. Pero siempre que compita a nivel nacional priorizaré la selección.

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