Hockey sobre patines - Liga Gallega

La luz del sur

El Traviesas, que compite en Sénior Masculina contra once rivales de la provincia de A Coruña, ha levantado vuelo y aspira a la final a cuatro

El Traviesas posa tras el último partido de Víctor Castell; un portero catalán que se ofreció a jugar mientras su novia, la gala Solene Voltzenlugel, militaba en el Ponteareas. Han vuelto a Francia por motivos laborales. Un rayo de luz ilumina a Isma, “pichichi” del equipo. “Estás tocado por Dios”, bromearon sus compañeros.

El Traviesas posa tras el último partido de Víctor Castell; un portero catalán que se ofreció a jugar mientras su novia, la gala Solene Voltzenlugel, militaba en el Ponteareas. Han vuelto a Francia por motivos laborales. Un rayo de luz ilumina a Isma, “pichichi” del equipo. “Estás tocado por Dios”, bromearon sus compañeros.

Armando Álvarez

Armando Álvarez

El Traviesas H.C. cae y se levanta, sin cesar en el empeño. Es el destino del hockey sobre patines vigués. El club acarició el ascenso a OK Bronce la pasada temporada. Cayó en la última instancia, en un Carme abarrotado. Tuvo que asimilar la tristeza. Su plantilla experimentó los vuelcos propios de la vida y el amateurismo. Arrancó la temporada en plena digestión. Pero ya ha reaccionado. El pasado sábado derrotaba al líder, Compañía de María, por 4-3. La quinta victoria consecutiva. La final a cuatro vuelve a estar a su alcance. Intentarlo es su condena y su redención.

La ciudad acogió durante un cuarto de siglo el mejor torneo del mundo. El Vigo Stick llegó a disponer de representantes en OK Liga masculina y femenina. El Traviesas se le vinculó a partir de 2001 como filial; a la postre, reserva y refugio. Este club ha mantenido encendida la fe olívica tras la desaparición de la entidad principal.

Final de la pasada temporada entre el Traviesas y el filial del Liceo.

Final de la pasada temporada entre el Traviesas y el filial del Liceo. / JOSE LORES

Ha sido una década dura. No resulta sencillo sobrevivir sobre patines en tierras meridionales. Una de las muchas fronteras invisibles que cruzan Galicia. Como el Rin que divide Europa entre vino y cerveza, el Ulla comprime al norte el hockey y al sur, el balonmano. Los niños del Traviesas disfrutan Ponteareas como único destino cercano –el club ponteareano puede presumir de su equipo en OK Plata femenina–. “Desde benjamines tenemos que viajar”, se resigna Jorge Urdiales, entrenador de los adultos. En la liga sénior no les queda ni ese alivio. Sus rivales en la categoría son los coruñeses Compañía de María, Dominicos, Borbolla; los santiagueses Compostela, Raxoi y Berenguela; el carballés Lubiáns; Cambre, Ordes, Oleiros y Ferrol. El Traviesas es un rayo de luz, colándose entre nubes. Un aventurero solitario.

Muchos de sus contrincantes son, además, segundas escuadras. El Dominicos juega en OK Plata. El Liceo posee un filial en OK Bronce junto a los mayores de Lubiáns, Ordes y Raxoi. El Traviesas aspira a regresar, en algún momento, a liga nacional masculina. Creyó poder lograrlo la pasada temporada. Los nervios le sobrepasaron en la final, precisamente ante el filial liceísta, que ganó por 1-8.

“Ese final de la temporada nos lastró. Se notó en la Copa. Tuvimos sensación de desgaste”, asegura Antón Viladrich, legendario portero (Vic, Tona, Vigo Stick), que reapareció tras años retirado para ayudar a la chavalada. “Esta temporada empezamos dubitativos, quizá un poco por autopresión por lo que conseguimos el año pasado y los objetivos que nos marcamos para este, que es repetir e intentar superarlo, quedando campeones. Le hemos ido cogiendo el ritmo a la competición y el equipo está bien”.

Jorge Urdiales y Marina Pérez.

Jorge Urdiales y Marina Pérez. / JOSE LORES

“Hubo también muchos cambios en la plantilla: trabajos o estudios fuera, lesiones... Una plantilla grande pasó a ser justita”, evalúa Jorge Urdiales, que comparte la dirección del equipo con la coordinadora del club, Marina Pérez. “Hemos ido de menos a más a lo largo de la temporada. Nos costó encontrar el juego del año pasado pero por fin parece que lo hemos logrado”.

La secuencia de victorias en la segunda vuelta ha permitido al Traviesas ascender de la séptima a la cuarta plaza; en puesto, por tanto, de final a cuatro a falta de cuatro jornadas. Cierto que los rivales restantes se cuentan entre los más potentes: Compostela, Ordes, Berenguela y Dominicos, además de un partido atrasado con el Borbolla. “De los implicados, tenemos el calendario más difícil con diferencia”, sostiene Urdiales.”Tal y como se puso la liga, la sorpresa sería llegar a la F4. Ahora estamos en un buen momento y con opciones, pero puede pasar cualquier cosa”.

Viladrich se muestra más optimista. “Sí que hay opciones de ascenso. Es una liga muy complicada. En 6 o 7 puntos estamos media docena, todos en un puño, exceptuando al líder. Todos tenemos posibilidades de estar en la ‘final four’. Hay que ir con calma e intensidad en cada partido. Son cinco finales lo que nos queda”, recuerda. “Si nos clasificamos, tendremos muchas posibilidades. Serían dos partidos a vida o muerte. Dependemos de nosotros mismos”.

El Traviesas, que pronto recuperará a David Echarren (“un baluarte”, lo define Viladrich), no organizaría esta vez la fase. Ningún club lo ha solicitado. Si no se presentan candidaturas, la Federación Gallega asumirá la sede, en A Coruña, liberando a los vigueses de la presión del anfitrión y a la vez incrementando el reto de buscar la gloria en territorio extraño. En realidad, ni siquiera es seguro que pudiesen aceptar la plaza de OK Bronce. “Económicamente no sería viable sin más ingresos. Es la eterna cantinela de los deporte minoritarios. Ha subido todo, peajes, gasoil, alquileres... Afrontar una competición nacional supone una inversión muy fuerte en un solo equipo del club. Habría mucho que valorar”, confiesa Urdiales.

Ninguna penuria los detiene. Una vez más, caer y levantarse. Prima el camino. “Lo más importante que conseguimos el año pasado no fue el subcampeonato, sino que a día de hoy tenemos mogollón de gente en el pabellón partido tras partido y que los chavales del club muestran una ilusión brutal”, aclara Viladrich. “Eso nos empuja a seguir haciendo grandes cosas”.

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