Zamora tiene una rima golosa, que igual se aprovecha para el patrocinio de su equipo de balomano (Enamora) que para condensar en el refranero el esfuerzo que exige aquello que merece la pena. No se ganó Zamora en una hora, se dice a cuenta del sitio que a Sancho II le costó la vida. Y es exactamente el tiempo que tuvo que emplear el Valinox Novás en vencer la resistencia castellana. Una hora de emoción a flor de piel y ajedrez subterráneo.

El triunfo final merece la pena, aunque en realidad en lo anímico. Es la paradoja del sistema de competición. El Zamora llegaba penúltimo, igual que se fue. Bajo la batuta de Fran González había iniciado una reacción. Al Valinox, líder gracias al descanso del Nava, no le valen los puntos porque los consiguió. Ya que aleja al Zamora aún más del grupo de ascenso, se aleja a sí mismo de arrastrar ese botín.

No echaron cuentas los hombres de Trives. Tras casi un mes de descanso, les importaba entusiasmar a un Calvario a rebosar. La afición ayudó a masticar el hueso. Fran González traslada desde el banquillo la sabiduría que practicaba como primera línea. El ex de Octavio, Teucro, Frigo, Carballal y Reconquista, dirán que asturiano pero gallego, hace virtud de la necesidad. Carente de lanzadores, su Zamora zumba como las abejas.

Trives no le anduvo a la zaga en el duelo de pizarra. El Valinox ensayó toda su panoplia defensiva en la primera mitad: 5.1, 6.0 y 3.3. Lloria y Doval, canterano del Seis do Nadal, intercambiaban paradas. Ritmo, ritmo, ritmo. Cada equipo gozó de distancias máximas de dos goles hasta el 17-14, reducido a 17-15 al descanso.

Trives pulsó cuerdas en el planteamiento ofensivo. Reunió a sus centrales, Manu Martínez y Pedro Iglesias Aymerich. Y el Valinox pareció soltar amarras con el 23-17. Podía pronosticarse un final tranquilo. Nunca es tan sencillo. Abel apostó por el 5.1 y cortocircuitó esa fluidez.

En el territorio del detalle, los hubo decisivos. Pablo Castro anotó desde el centro del campo a portería vacía, aprovechando un cambio tardío, con 25-24. Héctor Gil detuvo un siete metros con 28-27. Trigo, pese a un esguince de tobillo, aparcó su condición de especialista defensivo para anotar dos goles providenciales. Cuando se fue excluido, a falta de 2.30 minutos, irrumpió Germán Hermida con un robo en defensa y dos tantos de angulación imposible.

Aún terqueó el Zamora, que robó un balón y forzó un pasivo para pasar de 30-27 a 30-29 en un suspiro. Quedaban 30 segundos. Trives pidió tiempo muerto para aquietar los nervios. Pablo Castro culminó la jugada que el entrenador había dibujado y Torres ya solo pudo edulcorar la derrota.

Valinox Novás   31

Lloria; Dorado (1), Santomé, Flores (2), Iglesias (5), Dacosta (2), Hermida (3), Leiras (1), Sánchez (3), Trigo (2), Martínez (6), Gil, Trifkovic, Castro (2), Teixidor (3), Brais.

Zamora Enamora 30

Doval; Torres, Pérez (1), Ruiz, Cubillas (6), Elola (7), García (2), Maide (4), Carballo (1), Rodrigo (1), Horcajada (4), González (2), Dos Santos, Mach, Bellia.

Marcador cada cinco minutos: 2-4, 6-7, 8-8, 10-10, 1413, 17-15 (descanso), 19-16, 23-17, 24-22, 25-23, 28-26, 31-30. Árbitros: Abel Juncal y Ángel Mateos._Excluyeron a los locales Leiras, Sánchez y Trigo y a los visitantes Rodrigo, Dos Santos y Bellia. Incidencias: Municipal de O Rosal. Lleno.