Tenis

Muerte súbita a la Davis de Piqué

Cinco años después, el castillo de naipes del exfutbolista se ha venido abajo

Presentación de Madrid como sede la Copa Davis. |  // FERNANDO ALVARADO

Presentación de Madrid como sede la Copa Davis. | // FERNANDO ALVARADO / Jaume Pujol-Galcerán

Jaume Pujol-Galcerán

Gerard Piqué estaba convencido que había encontrado la fórmula perfecta para reactivar la Copa Davis cuando logró que su empresa Kosmos tomara el control del centenario torneo con un acuerdo con la Federación Internacional de Tenis (ITF) en la que se comprometía a pagar 3.000 millones de dólares durante un contrato de 25 años. Cinco años después el castillo de naipes de Piqué se ha derrumbado de un soplo al no poder hacer frente al canón anual de los 40 millones prometido en la asamblea general de la ITF, celebrada en Orlando en agosto de 2018, tras el voto favorable del 71,43% (325 sí, 130 no y 4 abstenciones o nulos).

Deuda con los jugadores. Kosmos sumaba pagos potenciales de alrededor de 900 millones de euros solo en concepto de canon. Una coyuntura que, teniendo en cuenta la facturación registrada en las primeras tres ediciones, volvían el proyecto inviable. La federación se ha tenido que hacer cargo este año de los premios de 10 millones pactados por la empresa de Piqué con los jugadores, además de los impuestos que no se habían pagado. La ITF se negó a renegociar el canon fijo, que ya se rebajó a solo 10,2 millones en 2020, por la pandemia del coronavirus, y a 19,7 millones en 2021. En 2022, Kosmos debía pagar 32 millones, otros 36 en 2023 y 44 para 2024.

Un formato nuevo. En el terreno deportivo tampoco ha funcionado como se esperaba la Davis. En 2019 se concentraron a los 18 mejores equipos durante una sola semana, a doble jornada, con eliminatorias reducidas a tres partidos, al mejor de tres sets (dos individuales y un doble). Era una ruptura de la fórmula tradicional de eliminatorias a cinco partidos, a cinco sets, que se jugaban desde su creación en 1900.

La restructuración fue criticada por federaciones importantes como las de Australia, Gran Bretaña o Alemania, que ya habían votado en contra en Orlando en 2018. En Madrid muchas eliminatorias se jugaron casi sin público y con partidos que acababan a altas horas de la madrugada. La victoria de España y la presencia de Rafael Nadal permitió maquillar la situación, aunque no las quejas. “La nueva Copa Davis es el mayor chiste del mundo. La ITF ha vendido su competición por la plata y solo la plata, una vergüenza”, decía el extenista y empresario rumano Ion Tiriac, propietario del Masters 1.000 de Madrid. En 2020 se suspendió por el coronavirus y en 2021 se cambió de escenario para jugarse la final en el Madrid Arena con dos fasesde grupos en Madrid, Innsbruk, y Turín, buscando mayores ingresos y audiencias de televisión.

Patrocinio a la baja. No se han conseguido los ingresos esperados en patrocinadores. El principal es Rakuten, cuyo propietario es amigo personal de Piqué, pero no iba a ampliar su contrato para 2024. Junto a la empresa japonesa los otros en 2022 eran Juvé&Camps, LaLiga, Lexus, Cervezas Victoria y Quadcode y Socios. Kosmos esperaba ingresos extra con un contrato con Dubái para celebrar la final de 2022 pero la negociación se rompió al no poder asegurar la presencia de los mejores tenistas, que se negaban a desplazarse a ese país por el exceso de kilometraje al final de la temporada. La situación forzó el cambio de sede a Málaga, aunque eso tampoco hizo que vinieran los mejores. La Junta de Andalucía aportó 6 millones de euros; la diputación, 2,5 millones y el ayuntamiento de la ciudad andaluza, 1,5. La Generalitat valenciana pagaba 2,5 millones para organizar esas dos temporadas una de las cuatro fases de grupo clasificatorias para la final.

El futuro de la competición. La ITF mantendrá el calendario de la Copa Davis y el formato actual en 2023, en el que Kosmos seguirá colaborando en la organización. A lo largo de este año, la ITF deberá buscar nuevos patrocinadores. A partir de 2024 está abierta a consultas con la ATP, que se ha integrado en el comité ejecutivo, además de los responsables de los Grand Slam, las propias federaciones y los jugadores. Una de las fórmulas que se barajan es que se celebre cada dos años, como sucede con la Ryder Cup de golf, en una fase repartida en grupos de cuatro equipos y con eliminatorias de ida y vuelta en cada país.