Soplan tiempos de cambio en el balonmano femenino gallego. El Porriño volvió a imponerse en un derbi seis años y medio después de su anterior victoria sobre el Guardés. Una deuda pendiente desde hace setenta y ocho meses que finalmente quedó ayer saldada. Un triunfo con un regusto especial para las de Isma Martínez que llegaban a la cita con el equipo cogido con pinzas por la plaga de bajas que asola su vestuario esta temporada. Pero encontraron soluciones dentro de la estructura del club y sus jugadoras con mayor jerarquía aparecieron en el momento justo para dejar sin respuesta a las guardesas.

El Mecalia vive un tiempo de dudas en el que le cuesta ser consistente durante sesenta minutos. Lo es solo a ratos. En Porriño jugó una primera parte notable, pero acabó el choque desnortado, víctima de sus continuos errores, de sus pérdidas, de sus errores en el lanzamiento (acierto de Estela Carrera en muchos momentos) y de la caída en su intensidad defensiva. Hasta el descanso habían dominado el partido aunque el marcador no lo reflejaba con exactitud por obra y gracia de Paulina Buforn que sostuvo al Conservas Orbe Rubensa con un irrepetible monólogo. Ella lo fue casi todo en su equipo ante un Guardés que mostró más recursos e ideas para atacar. La buena defensa del equipo de Abel González en el centro –el Porriño jugaba cojo debido a la ausencia de una extremo izquierdo, algo que condicionaba mucho su ataque– fue un tormento para las de Isma Martínez que solo encontraron a Buforn como solución. Ella solucionó el atasco con la ligera ayuda de Maider en el extremo derecho y les permitió engancharse a un partido que perfectamente dirigido por Pali Fernández dominaba el Guardés más en el juego que en el marcador. 11-12 al descanso con siete goles de Paulina Buforn, clave en que su equipo llegase con vida al segundo tiempo.

Paulina Buforn, durante el encuentro de ayer. // RICARDO GROBAS

Pero todo se removió después de que el Guardés saludase al segundo tiempo con el gol de Sandra Marques que le permitía disfrutar de su máxima ventaja en el partido (11-13). Lo que sucedió a partir de ese momento fue la prueba de cómo funcionan los equipos en función de sus dinámicas. El Porriño se enrabietó en busca de soluciones y el Guardés se empeñó en repetir los problemas que le están haciendo vivir una temporada complicada. Paulina Buforn siguió castigando con sus goles y asistencias, pero a su alrededor fueron emergiendo otras figuras esenciales. Una de ella fue la joven Carmen Castro, talentosa extremo de su cantera, que dio descanso a Maider y volteó el marcador con dos goles consecutivos. No fue la única gran noticia que reció Isma Martínez porque también surgió el brazo de Micaela, la dirección de Malena –favorecidas las dos por la bajada en intensidad de la defensa guardesa– y las paradas de Estela Carrera que jugó un segundo tiempo deslumbrante. Ella fue la encargada de amargar a un Guardés que se estrelló contra ella y contra sus continuas pérdidas. Un parcial de 4-0 a favor de las locales llevó el partido a un 15-13. Se sostenía a duras penas el equipo miñoto en el partido, cegado de cara a la portería contraria incluso jugando alguna superioridad en la que fue incapaz de sacar partido. El Porriño interpretó bien el momento del choque. Faltaba un cuarto de hora, pero tenían la ocasión de romper la cuerda que sostenía al Guardés agarrado al choque. Micaela les dio la puntilla con dos goles consecutivos que llevaron el partido a un 18-14. Amagaron las visitantes con una reacción tras anotar dos goles (20-18 a falta de seis minutos), pero Isma Martínez pidió tiempo y transmitió el mensaje necesario en ese momento: “Todo está yendo, solo es un problema puntual en el lanzamiento”. Y así fue. Prelchi, que fue un martirio en la pelea en los seis metros, y Malena anotaron los goles (22-18) que certificaban la victoria del Conservas Orbe Rubensa ante un Guardés que en veinticinco minutos del segundo tiempo solo había sido capaz de anotar seis goles. Culpa del buen trabajo de la defensa local, de Estela Carrera y de sus propios fantasmas. Setenta y ocho meses después el Porriño estalló de felicidad después de un derbi y confirmó el cambio de tendencia en el balonmano femenino gallego.

Ficha técnica

C.Orbe Rubensa: Estela Carrera, Micaela Casasola (5), Alicia Campo, Malena Valles (3), Inés Hernández, Aitana Santomé, Ariana Portillo, Maider Barros (3), Sarai Samartín, Paulina Buforn (9), Carmen Prelchi (1), Carme Castro (3), Marta Groba, Lucía Méndez, Fátima Ayelén y Begoña Otero.

Mecalia Guardés: Marisol Carratú, África Sempere (1), Sandra Marques (6), Giselle Menéndez, Ángela Nieto (4), Pauli Fernández, Cristina Cifuentes, Patricia Lima (4), Celia López, Elena Amores (1), Carla Gómez (1), María Sancha (1), Julia Nuez, Daniela Moreno (2), Aroa Fernández, Miriam Sempere.

Marcador cada cinco minutos: 2-2, 4-4, 6-7, 9-8, 10-11, 11-12, DESCANSO, 13-13, 15-13, 18-15, 20-16, 21-18, 24-20.

Árbitro: José Carlos Friera y Andrés Rosendo. Excluyeron a Aitana Santomé, Sarai Samartín y Carme Castro por el Porriño y a África Sempere, Sandra Marques, Ángela Nieto, Patricia Lima y Carla Gómez por el Mecalia.

Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de la Liga Guerreras Iberdrola disputado en el pabellón de Porriño en medio de un gran ambiente. Casi lleno.