Susana Rodríguez vive anclada en lo alto del podio. La viguesa sumó ayer en Abu Dabi su quinto título mundial de triatlón en la categoría PTVI (discapacitados visuales) tras un gran duelo con la joven italiana Francesca Tarantello, que ofreció una gran respuesta, pero que fue incapaz de poner fin a la tiranía que Susana Rodríguez ejerce en su categoría. No pierde un título Mundial desde el año 2018 cuando inició en Gold Coast (Australia) este ciclo triunfal que solo se cortó en 2020 ya que el certamen fue suspendido debido a la pandemia. Cuatro Mundiales seguidos, dos Europeos consecutivos y en el medio, el oro olímpico de 2021 en Japón.

Abu Dabi fue escenario de su último gran triunfo que le sirvió para poner el punto final a una temporada en la que nadie fue capaz de hacerle frente. En la cita sufrió de manera considerable porque la viguesa confesó haber sufrido mucho en el tramo final del año y por si fuera poco en el reconocimiento del circuito los días antes sufrió un pequeño accidente que la lastraba antes de la salida. No sería el último de los problemas a los que se enfrentaría en la competición ya que durante el primer segmento, el de la natación, sufrió numerosos golpes e incluso algún agarrón. De hecho, completó la natación con un tiempo algo discreto y lejos de la italiana Francesa Tarantello, de solo veinte años, que en su primer Mundial ofreció un gran rendimiento y salió la primera del agua con cierta ventaja sobre la viguesa. Susana Rodríguez se vio obligada a remontar si quería mantener su entorchado mundial. Y a ello se afanó junto a su guía Sara Loehr. Sobre la bicicleta ya fueron las mejores y estrecharon el cerco sobre la italiana, a la que finalmente hicieron doblar la rodilla pese a su fuerte resistencia. Susana Rodríguez ganó con un crono de 01:08:11 con solo treinta y dos segundos de ventaja sobre la italiana que en su primera gran aparición internacional se subió al segundo cajón del podio y anuncia batalla de cara al futuro. Completó el podio la inglesa Alison Peasgood que acabó a casi tres minutos de la viguesa.

Susana Rodríguez abandona la zona de meta en silla de ruedas. // FDV

Fruto del esfuerzo que la triatleta gallega tuvo que hacer para asegurar el triunfo fueron las imágenes a la conclusión de la prueba en las que hubo de ser atendida e incluso por precaución abandonó la zona de meta en silla de ruedas asistida por los médicos de la competición. “Estoy muy contenta con el resultado porque ha sido un año muy complicado”, dijo a la conclusión la triatleta gallega, que iniciará el próximo año la carrera hacía París como principal favorita de su categoría teniendo en cuenta sus resultados recientes. Susana Rodríguez, que se ha ganado el reconocimiento mundial gracias a sus resultados deportivos pero también por su capacidad para compatibilizar su carrera deportiva con su trabajo como médico, tuvo dudas después del oro olímpico en Tokyo sobre si debía continuar otro ciclo más o relajarse. Finalmente decidió seguir la carrera en busca del segundo oro olímpico de su carrera en una categoría en la que en los últimos años no ha encontrado rival. Una joven italiana emergió ayer como potencial amenaza, algo que a la viguesa solo le servirá para apretar aún más los dientes. La corona mundial parece bien atornillada a su cabeza.