Ha bordeado el Valinox Novás la perfección. Acarició el pleno de victorias en la primera vuelta. La ha clausurado, sin embargo, con el primer empate. Descansará la próxima semana imbatido, sabiéndose líder y bien encaminado hacia el grupo de ascenso. Han pesado más esas alegrías que el mínimo disgusto. La plantillla celebró el punto en el vestuario con igual entusiasmo que los siete triunfos. No han perdido aún esa capacidad de maravillarse con sus propios logros, como un niño que descubre el mundo. No debieran. Tal ilusión los alimenta.

Supo bien porque costó. El Pabellón de los Sueños contradice su nombre. Es una cancha de una sola grada y colores mortecinos, como una nave industrial. Y tal naturaleza tuvo el juego. Fue un partido fabril, de sudor y cadena de montaje, sin espacio para la imaginación.

El Valinox se había movido en guarismos cortos con la misma comodidad que en los largos en los precedentes. Esta vez no fue por estrategia o ajedrez, sino por confusión. Los dos equipos se enredaron en circulaciones espesas, pérdidas gratuitas y perdones en el lanzamiento. Solo los porteros se lucieron.

Trives regresaba a la cancha en la que se retiró como jugador y se estrenó como técnico. Exhibió mayor variedad que su sucesor en el Alcobendas, Javier Suárez. Su Valinox estiró o comprimió el acordeón de su 6.0 según conviniese, aunque en ocasiones le salió tan profundo que se abrió por los extremos. También empleó puntualmente el 5.1, que fue la única receta de Suárez. Ya en los primeros minutos ambos ataques se enredaron en esas defensas. Se suponía que por aclimatación y estudio. En realidad se condensaba el tono general.

El Valinox dominó la primera mitad con ventajas escasas, de 6-9 en la máxima. Manu Martínez timoneó al equipo como un martillo en la primera línea para que Iglesias Aymerich se colase después por las grietas en el relevo de centrales. Los rosaleiros disfrutaron cuando conectaron con Flores en seis metros, probaron el doble pivote y ensancharon el campo. Pero el Alcobendas, que había encadenado tres derrotas consecutivas, se aferró a su extremo derecho para seguir vivo.

Su terquedad obtuvo premio tras el descanso. Un parcial de 3-0 volteó el marcador (13-12). Lo interrumpió García Lloria dando la cara; se la ofreció al lanzador rival para provocar su exclusión. Las inferioridades, cuatro locales y seis visitantes, desempeñaron un papel fundamental. El Valinox había recuperado el resuello con el 13-14 pero regaló dos balones convertidos a portería vacía.

Esta vez no tuvieron los de Trives su clásico acelerón en el cuarto de hora final. Sí mantuvieron siempre la iniciativa desde el 15-16 en la sucesión de igualadas. Las dos conjuntos se ametrallaron sus deslices (como los penaltis fallados por Oriol y Aymerich) más que sus aciertos. Con 18-18 y 40 segundos, Trives preparó una última jugada. Difícilmente habrá ordenado el tiro desmañado que le salió a Oriol. Lloria detuvo también el último lanzamiento centrado de De la Rubia y el Valinox se mostró satisfecho con un empate que posiblemente ni siquiera les penalice de cara a la próxima fase a menos que el Alcobendas comience a escalar en la tabla.

Alcobendas     18

Alejandro Pereiro; De la Rubia, Mario Nevado (5), Velasco, López Boyarizo (2), Lozano (1), José María Gutiérrez, Crespo (1), Fernando Nevado, Gimeno (4), Fuentes, Fernando Gutiérrez, Khattab (1), García Berardi (1), Castellano (3), Echevarría.

Valinox Novás   18

García Lloria; Santomé (2), Flores (2), Iglesias (3), Dacosta (4), Leiras, Sánchez (1), Trigo, Manu Martínez (1), Gil, Trifkovic (3), Castro, Teixidor (2), Brais.

Parciales: 0-1, 4-5, 5-7, 6-9, 8-9, 10-11 (descanso), 11-12, 13-12, 13-14, 15-15, 17-17, 18-18. Árbitros: Mauro Montero y Alberto Murillo. Excluyeron a los locales Mario Nevado, Lozano y Crespo (2) y a los visitantes Manu Martínez, Trifkovic, Teixeidor y Trigo, que vio la tarteja roja por tres exclusiones en el minuto 45. Incidencias: Pabellón de Los Sueños.