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natación en aguas abiertas

Las costuras del mar

Aitor de Luis afronta mañana los 42 kilómetros de ida y vuelta entre Alicante y Tabarca - Es su primera gran travesía desde el asalto fallido al canal de La Mancha, que piensa reintentar

Aitor de Luis, en un entrenamiento en Meira, con la camiseta de Fegadace.

Aitor de Luis, anfibio y tenaz, retoma su aventura. El vigués afronta mañana, en Alicante, su primera gran travesía a nado desde que fallase en su asalto al canal de la Mancha en 2019. Este reto entre la ciudad levantina y la isla de Tabarca, de 42 kilómetros en el ida y vuelta, es de hecho fin y medio. Importa en sí y como preparación de su revancha. “No sé cuándo será, pero volveré al canal”, promete.

De Luis jamás se ha liberado de esos 35 kilómetros entre Dover y Calais, que le martillean el alma. “Al subirme al barco estaba tan vacío que no sentí nada”, revelaba aquel verano de 2019. Abandonó tras 14 horas y media de nado. El viento y el oleaje le habían obligado a recorrer 51 kilómetros en zigzag por las gélidas aguas. La costa francesa, que había llegado a acariciar a apenas un par de kilómetros, se le negaba en el horizonte. El patrón le mandó subir al barco y él, aunque a disgusto, obedeció.

El vigués se había contentado desde entonces con pruebas más asequibles en Galicia o de menor distancia, como una de 12 kilómetros en Bilbao. Organizador de la Batalla de Rande que une As Cíes con San Simón, fueron colaboradores de este evento los que le han propuesto una travesía que dispara nuevamente distancia y nivel.

De Luis, durante la travesía del Canal de la Mancha

RC7 es el club alicantino con el que De Luis mantiene excelentes relaciones, de ayuda recíproca. Cada año lo invitan a la Romería Solidaria a Nado Santa Faz, de 10 kilómetros, que se celebra en abril. Él los convida a la ría de Vigo. El agua une lo que la tierra separa.

Varios socios de RC7 decidieron estrenar una ruta. Consistiría en cruzar de Alicante a la isla de Tabarca y el regreso. En el acrónimo del trayecto, Altabal. Así bautizaron además a la asociación que crearon Javier Varó, Salvado Martínez, Marcos Romano, Salvador Ferrández, Álvaro Nevado y Rapha Miche. Los cinco primeros se lanzaron al agua en noviembre de 2019. Los cuatro primeros completaron el recorrido. Nevado tuvo que retirarse. Miche lo conseguiría dos años después. Son los únicos que lo han logrado.

Aitor de Luis pretende, por tanto, ser el primer foráneo que conquiste este viaje y tornaviaje. “Los de la asociación Altabal me lo ofrecieron para ayudarme en el reto de volver al canal de La Mancha. No sé cuándo podré. Es muy caro y yo necesito ayuda. Económicamente me es inviable y más con la que nos ha caído a todo el mundo”, explica a la vez que se reafirma en su proyecto anglofrancés: “Mi idea es regresar e intentarlo en tres o cuatro años”.

Será una espera activa. Se centra en lo inmediato. Será a las cinco de la mañana, sábado, dos horas antes de que rompa el alba, cuando salga desde la playa de San Gabriel, en las inmediaciones del puerto de Alicante. Nadará hacia el sur, costeando, hasta alcanzar el cabo de Santa Pola. Se abrirá entonces ligeramente hacia el este, ya en el brazo de mar que separa el litoral de Tabarca. Tocará tierra y ‘desnadará’ de inmediato lo trazado. Ha estimado que pondrá pie nuevamente en San Gabriel tras entre doce y catorce horas de brazadas, cuando ya haya comenzado a anochecer.

Ruta Alicante-Isla de Tabarca

“La dificultad es la distancia”, detalla Aitor de Luis. “Corriente no suele haber. Es más el viento de poniente que me puede frenar o alejar de la costa. La temperatura se prevé buena, de 20 o 21 grados”. Existe otro peligro emboscado: las medusas. “No suelen ser habituales en esta época”, matiza el vigués, que nunca viste neopreno salvo que la reglamentación de turno así lo obligue. En este caso, ya que reto individual, ha podido escoger y su piel desnuda estará expuesta a esos latigazos. Pero no se preocupa demasiado. Miembros de RC7 compondrán el equipo de apoyo que irá monitorizando su estado desde una embarcación. “Ellos llevan medicación por si acaso me pican y me produce alguna alergia. La gente del Mediterráneo está más acostumbrada que nosotros”.

Aitor, con Cristina Calviño

Aitor, con Cristina Calviño

A De Luis le ilusiona la identidad de quien ejercerá de juez; en última instancia, el que decidirá si en algún momento hay que recogerlo del agua. “Tengo el lujo de contar con Jorge Crivillés”, exclama. El alicantino ha completado la Triple Corona (canales de Bristol, La Mancha y del Norte; este último, entre Irlanda y Escocia). Es también el primer español que ha conquistado el desafío 7 Océanos. Solo 19 personas antes que él habían realizado con éxito los siete recorridos de mayor dificultad del planeta: estrecho de Cook (Nueva Zelanda), canal de Tsugaru (Japón), canal de Malokai (Hawái), Santa Catalina (California) y estrecho de Gibraltar, además de los canales de La Mancha y del Norte.

Crivillés y De Luis, aunque diferentes en experiencia, se imitan en el sentido solidario. Si el levantino ha publicitado causas oncológicas en sus travesías, el vigués firmó hace dos años un convenio con la Federación Galega de Dano Cerebral (Fegadace), en la que se integran asociaciones locales como Alento. Este año organizó en Vilaxoán una primera experiencia para personas con esa patología. Y siempre acude a las pruebas con la bandera y la camiseta de la institución. En Alicante, a donde se desplazaba hoy, quedará con los representantes de la agrupación Adacea.

Han sido dieciséis semanas de entrenamiento específico; de 110 a 115 kilómetros mensuales de media. Aitor, federado por el Náutico, trabaja en la piscina universitaria. Su empresa, Instinto Deportivo, le ha facilitado la flexibilidad de agenda. En los fines de semana se adiestraba en aguas abiertas. Mañana culmina ese camino y al tiempo se reinicia otro que habrá de llevarlo a los acantilados blancos de Dover. Todo surge y vuelve al mar. Todo el mar lo conecta en sus costuras.

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