El Madrid certificó una victoria tan necesaria como áspera. Un partido tuvo que ser resuelto por un testarazo de Militao y un derechazo de Kroos ante un Cádiz más agrio que afilado que le puso emoción al final con el gol de Lucas Pérez. Así se cierra la Liga hasta el último día del año, cuando se disputará la 15ª jornada, con el Barça líder tras ver cómo el Madrid se dejaba ir al divisar el Mundial en el horizonte.

Los de Ancelotti llegaban señalados tras el revolcón sufrido en Vallecas, donde los rayistas retrataron la indolencia de los blancos. Lo que invitaba a pensar que los amarillos sufrirían las iras de los blancos antes de cerrar el cuaderno liguero. Con Benzema dimitido desde hace semanas y Vinicius en el ojo del huracán por ese perfil bronco que está mostrando en las últimas jornadas, los locales salían con un once notable. Kroos y Modric dirigían el tempo, con Tchouaméni pasando la escoba, y arriba los brasileños alternaban con el incontenible Valverde.

Le valía al Cádiz el empate, por lo que priorizó no destaparse en defensa nunca. Pero eso no fue una coartada para sacarse el balón de encima. Los de Sergio lo trataron bien y lo manejaron con gusto para conservarlo y hasta dar algún susto, como el zapatazo de Espino que besó el larguero de Courtois por arriba a los diez minutos. El Madrid estaba pesado, lento.

Subieron los locales una marcha, pero aún no le llegaba. Y a falta de acelerarse futbolísticamente, Vinicius se fue calentando con los recados de los rivales. Y los gaditanos no se los ahorraron. El brasileño se fue del partido y se dedicó a encararse y buscar a los rivales y al árbitro. Su lenguaje corporal y sus gestos hacían presagiar, después de ver la amarilla en una trifulca con Fali, que no aguantaría mucho en el campo. La olla hervía cuando llegó el gol del alivio para los blancos en una segunda jugada en un córner mal defendido por los visitantes que cabeceó Militao a la red.

Con ventaja en el marcador y las revoluciones rebajadas tras el paso por el vestuario en el descanso, el Madrid se acomodó al partido con el balón en los pies ante un Cádiz que seguía sin destaparse pero no perdía la cara al ataque. De hecho, Courtois salvó un remate de Sobrino que iba hacia adentro y el Madrid desperdició una contra de manual en la que Iza Carcelén abortó un disparo de Valverde.

No terminaba de afilarse el Cádiz, por más que entrasen Ocampos y Bongonda. El Madrid lo aprovechó en el minuto 70 cuando una segunda jugada en un córner, como el primero, terminó con una tremenda volea de Kroos. Ancelotti lo celebró efusivamente en el banquillo, consciente de que su equipo está en un momento de juego plomizo en el que le cuesta cerrar los encuentros. Lucas Pérez animó el final aprovechando un error de Courtois, pero el Cádiz murió en la orilla. Le acabó faltando ambición, aunque pudo empatar en la última con un cabezazo de Espino.