El Barcelona logró ayer darle la vuelta al partido en El Sadar, y con diez jugadores tras la expulsión de Lewandowski a la media hora de juego, y asegura el liderato durante el parón (1-2). Por su parte, Piqué fue expulsado durante el descanso del partido por increpar al árbitro, Jesús Gil Manzano. En su último partido, se dirigió al colegiado nada más acabar el primer tiempo y, ante la negativa de este a iniciar una discusión, lo persiguió muy airado hasta el túnel de vestuarios. Al reanudarse el encuentro se conoció que Piqué, suplente en este partido, había sido expulsado.

Por otra parte, un grupo de aficionados ultras del Barcelona protagonizaron ayer por la tarde incidentes violentos en los que hubo varios heridos. Los agresores portaban palos y lanzaron bengalas que obligaron a los bomberos a intervenir, además de varios agentes de la agentes de la Policía Municipal y la Policía Nacional. Según indicaron varias fuentes, unos radicales del Barça llegaron al bar Taberna Ezpala, situado en la calle San Juan Bosco, portando bates de béisbol y otros utensilios con los que rompieron las lunas del local y destrozaron parte del mobiliario interior. En su ataque, los violentos agredieron a los clientes a quienes, al parecer, golpearon y lanzaron bengalas. Entre los heridos, uno tenía una posible fractura en un brazo y otro sufría una rotura de la nariz.