El Rápido pasa de perdonar a ser perdonado

El Rápido fue de más a menos en A Lomba, planteando un bonito duelo en la primera mitad para irse diluyendo y dedicarse a defender el punto ante un rival directo en la lucha por los primeros puestos.

El partido comenzó con un Rápido volcado sobre la puerta de Manu Táboas. En tan solo tres minutos, los vigueses habían generado otras tantas ocasiones de gol. El intenso inicio visitante se fue relajando con el paso de los minutos, y eso permitió al Arosa coger aire y hacerse con la pelota. El encuentro era de poder a poder entre dos equipos que aspiran a estar en los puestos altos. Intensidad, velocidad y verticalidad era lo que ofrecían ambas escuadras. Tan solo faltaba el tanto, que se le resistía a ambos.

A medida que el campo iba pagando las lluvias de los últimos días, el juego se fue haciendo mucho más espeso, con ambos equipos enzarzados en una guerra en el centro del campo en la que el Arosa tenía una ligera ventaja, pero que no servía para crear ocasiones.

El regreso de vestuarios fue eléctrico para un Arosa que, en los primeros minutos, asedió la meta de Pereiro sin éxito. Pronto el encuentro se convirtió en un auténtico ida y vuelta, un correcalles sin un dominador claro y sin ocasiones claras.

El Arosa dio un paso adelante y comenzó a embotellar al Rápido en su área. Luisito metió toda su artillería para tratar de llevarse los tres puntos. El Arosa comenzó a colgar balones, pero se encontró con un muro, la defensa del Rápido, que repelía una y otra vez los centros.

Ya con el tiempo cumplido, llegaría la expulsión de Gastón Cellerino. El delantero había sido reclamado desde el banquillo para ser sustituido por Jorge Maceira, pero se entretuvo tanto que el árbitro interpretó que estaba perdiendo el tiempo, mostrándole la segunda tarjeta amarilla y dejando al Rápido con un hombre menos en el descuento.