El Madrid tropieza con el Girona con Benzema priorizando el Mundial

A palos

El partido salió divertido, como no podía de ser de otra forma. Modric y Castellanos dispusieron de ocasiones para inaugurar el marcador, pero no afinaron la mirilla. Los catalanes la tuvieron con un testarazo de Valery que besó el palo de Courtois a los veinte minutos. Carletto desconfiaba en la banda ante el descaro de los 'gironins', que se cerraban atrás tupidamente, pero administraban con mucho criterio la pelota cuando la recuperaban. Había dinamismo y determinación ofensiva en los dos y el público lo agradecía. Restaba saber si los visitantes sorprenderían traduciendo su arrojo en ventaja o si la pegada demoledora del Madrid resolvería por la vía rápida el combate. Rodrygo avisó sacando astillas al palo a los 22 minutos y Míchel ordenó a Aleix y Oriol Romeu vigilar más los latigazos desde fuera del área. 

El Madrid no pisaba el acelerador a fondo y esa condescendencia permitía al Girona mirar adelante. En el minuto 37 un balón largo del portero Gazzaniga a la espalda de Carvajal terminó con Valery sirviendo un pase de la muerte a Yangel Herrera, que reventó la pelota haciendo temblar la estructura del Bernabéu y el larguero de Courtois. Otro aviso, otra ocasión perdida. Así se llegaba al descanso. Con el partido muy entero y el Girona lamentando no haber mandado a la lona al Madrid.

La coartada de Benzema

La cuestionable baja de Benzema, que tras ganar el Balón de Oro se reserva para el Mundial de Qatar con la coartada de una sospechosa "fatiga muscular" que le ahorra los compromisos domésticos de club, es enormemente dañina para un Madrid huérfano en ataque. Todo el ataque llega de cara a la zaga contraria, sin referencias en el área para los compañeros ni para los centrales rivales. Y eso hace más sencillo el trabajo para defensas escalonadas que colapsan los pasillos como la que dispuso Míchel. Apretaban la marcha Vinicius y compañía, pero no terminaban de generar peligro real.

Gol y penalti de VAR

Ancelotti escudriñó en su banquillo en busca de algo de pólvora y echó mano de Asensio, único argumento que suma en los últimos partidos saliendo como revulsivo. En las filas catalanas Riquelme salía por un Couto maltrecho tras un costalazo feo que le propició Kroos. El partido comenzaba a ponerse incómodo para los locales hasta que una jugada trabada en la multitudinariamente poblada área visitante terminó con un pase de Valverde que se hizo largo a Rodrygo pero al que llegó Vinicius para empujar a gol y desatascar el marcador. Resoplaba aliviado Ancelotti con un tanto insospechado que premiaba más la insistencia que la clarividencia blanca. Restaban veinte minutos y ahora el Girona se veía forzado a descuidar su guardia para marcharse en busca del empate.

Toni Kroos acabó expulsado. EFE

El Girona se animaba a jugar con la ruleta rusa con un triple cambio cuando en el minuto 78 el VAR llamaba a Melero López para advertirle de una mano de Asensio en el área que Stuani, recién salido al campo, clavaba en la red. Empate con diez minutos por delante. De la ruleta rusa catalán al zafarrancho madridista. Carletto miraba a su alrededor y se lamentaba de no tener a qué aferrarse. La coartada de Benzema, la falta de un relevo para Karim, la dimisión de Hazard, la indolencia de Mariano... Demasiados contratiempos que gestionar y pocos recursos disponibles. El italiano dio minutos a Mariano, que sirvió un pase a Rodrygo que marcó en el 88, pero Gazzaniga tenía la pelota controlada contra el suelo y el árbitro lo anuló. El partido terminó con un empate merecido por la producción de ambos durante el choque.

La tenacidad de Girona y la distracción del Mundial, que le restó la participación de Benzema, provocaron el tropiezo de un Madrid plomizo que se deja dos puntos y mantiene el liderato por un punto en un encuentro que se prometía cómodo y terminó por convertirse en un sudoku indescifrable.