La jugadora del Barcelona Alexia Putellas se alzó con el Balón de Oro femenino por segundo año consecutivo, por lo que se convierte en la primera jugadora que repite en el galardón creado en 2018. Putellas, ganadora de la liga española y finalista de la Liga de Campeones, en la que fue declarada mejora jugadora, se impuso a rivales como su compatriota Aitana Bonmatí y sus compañeras en el Barcelona Fridolina Rolfo (Suecia) y Asisat Oshoala (Nigeria), la francesa Wendie Renard, ganadora de la Liga de Campeones con el Lyon, la inglesa Beth Mead o la alemana Alexandra Popp.

La futbolista de Mollet del Vallés, de 28 años, ha ganado las dos últimas ediciones. En 2018 ganó la noruega del Lyon Ada Hegerberg, al año siguiente la estadounidense del Reing FC Megan Ripione y en 2020 el premio no fue otorgado a causa de la pandemia.

“¡Madre mía!” Ni ella se lo podía creer. A Alexia le salió del alma esa expresión cuando subió lentamente, sigue lesionada, los cinco escalones camino de recoger su segundo Balón de Oro. No juega Alexia desde hace meses. Mucho meses. Ni pudo estar en la Eurocopa. Ahora ni siquiera, aunque estuviera bien, podría jugar con España. Pero es tan buena, extraordinariamente buena que sobrevive incluso a esa grave lesión que padeció en julio pasado.

“Cuando me rompí la rodilla el 5 de julio pensé que no estaría aquí” admitió recordando con exactitud, jamás lo olvidará, el día en que todo se apagó. Pero su fútbol, genial, inteligente y astuto, queda por encima de todo, incluso de lesiones tan graves. No hay nadie en el mundo que tenga esa capacidad para ser decisiva desde cualquier rincón del campo, mientras esa rodilla no se quebró en un mal apoyo que le envió al quirófano. Ahora, muy a su pesar, se le ve más en las galas que en el césped. No hay mayor tortura para Alexia, capaz como ha sido de transformar el fútbol viniendo anónimamente desde aquella plaza del ayuntamiento de Mollet del Vallès, su pueblo.

Apenas tres años tenía entonces, sin saber entonces que acabaría instalándose en la cima, derribando barreras que parecían indestructibles. Con la pelota pegada siempre a sus pies,oteando el paisaje con su mirada panorámica hasta que esa rodilla se rompió. Ayer, en París usó hasta tres idiomas (castellano, catalán e inglés) para lanzar un mensaje elegante y velado a la Federación Española tras elogia a la inglesa por su excelente organización de la Eurocopa. Luego, ella se emocionó. “Va bien la recuperación, pero echo mucho de menos el fútbol. Mucho”.