“Sen balonmán non hai paraíso”, afirman los carteles publicitarios que el Valinox Novás ha desperdigado por las cunetas del Baixo Miño, aprovechando la estancia del actor Miguel Ángel Silvestre (Sin tenas no hay paraíso) en el sur gallego por causa de un rodaje. Del paraíso han sido expulsados los humanos, que afrontan huérfanos la encrucijada de la eternidad. El infierno está en los detalles, se dice. Esos mismos detalles conducen al cielo. El Valinox se ha encaramado al liderato en solitario del grupo A. Encadena tres victorias en el mejor arranque de su historia en Honor Plata. La última se produjo ayer a costa del Ikasa Boadilla, penúltimo, que ha sufrido tres derrotas. Los rosaleiros acumulan un +5 en el diferencial de goles; los madrileños, un -7. Nada excepcional distingue ambos extremos; no, desde luego, en el partido de ayer. Un penalti parado por Lloria, una circulación afortunada de Hermida... Los detalles, tan mínimos y a la vez tan geológicos.

La afición rosaleira se entusiasma. Apenas sigue también invicto el San Pablo Burgos, que ha descansado una jornada en esta categoría impar. El Valinox disfruta de la transición dulce entre Álvaro Senovilla y Samuel Trives. Avanza con paso firme hacia el grupo por el ascenso; a asegurarse, que es lo prioritario, un sexto año consecutivo en la segunda categoría. Queda mucho, sin embargo, antes de cruzar esa frontera. Solo el Zamora ha parecido inferior a los otros ocho inquilinos del grupo en este arranque. La igualdad obliga a exprimir virtudes y camuflar defectos, que tantas veces comparten cuna.

Circulación del Novás. ALBA VILLAR

El Valinox presume de su primera línea. El regreso de Pedro Iglesias Aymerich, arquitecto por oficio civil y mentalidad balonmanística, asegura el dinamismo. Manu Martínez, eterno capitán, no ofrece síntomas de decadencia. Otros como Trifkovic poseen buen brazo. La primera línea maneja y la segunda, aguarda. Es la distribución natural. Pero a veces la primera línea, en la soberbia del manoseo, se cree la única.

Le sucedió al Valinox, que se empecinó en los cruces del eje en la primera mitad. Los rosaleiros, que habían ganado los dos primeros partidos 24-22 y 22-23, aceptaron otro ritmo en el intercambio febril de aciertos y pérdidas que propuso el Boadilla. Ya Trives había advertido que los madrileños nunca se rinden aunque el marcador amenace con aplastarlos. Para ellos resultó relativamente sencillo recuperarse del 4-1 de salida para llegar a situarse 13-15. El Valinox taponó la herida al descanso (15-15).

Manu Martínez, frenado en el aire. ALBA VILLAR

Trives había ido pulsando teclas, tanto en la portería como en el sistema defensivo. El técnico fue alternando el 6.0 básico con el 5.1 que envía a Dacosta de adelantado, tan profundo en los penúltimos que llega a convertirse en 3.3. El Valinox no se mostró tan consistente como en los anteriores choques, pero sí de manera puntual. Pero sobre todo mejoró en su lectura ofensiva, activando a Flores en el pivote para arrancar penaltis y a Hermida en el extremo derecho. El vigués apareció de manera providencial, sobre el abismo del pasivo. También su paisano Lloria, a quien hay que aguardar siempre, incluso en sus actuaciones más nubladas. Con 28-26 detuvo un penalti crucial.

El Ikasa Boadilla se había mantenido en liza, siempre entre uno y tres goles de distancia, gracias a la conexión entre el central Santos y el pivote Holst. Pero Trives administró bien sus recursos desde el 27-26; tantos los tiempos muertos como a los seres vivos. El entrenador local se había reservado a Aymerich durante buena parte del periodo para sacarlo bien oxigenado en los últimos cuatro minutos. Ni siquiera pareció sufrir el Valinox. Porque el placer y el dolor, que tanto pueden asemejarse, obedecen igualmente a los detalles.

Valinox Novás 30

Lloria; Dorado, Santomé (1), Flores, Aymerich (8), Dacosta (3), Hermida (4), Sánchez (1), Trigo (1), Manu Martínez (5), Hector Gil, Trifkovic (3), Castro (3), Teixidor (1).

Ikasa Boadilla 28

Rey; Vaccarezza, Bellanger, Feijoo (1), Del Olmo, Medina (1), Holst (6), Marazuela, Ramírez (3), Barroso (3), Salgado, Pérez-Chirinos (4), Echevarria (6), Santos (1), Prado, Rodríguez (3).

Marcador cada cinco minutos: 4-2, 6-5, 8-7, 10-10, 13-14, 15-15 (descanso), 17-17, 20-18, 26-24, 28-26, 30-28. Árbitros: Albert Pérez y Daniel Toro. Excluyeron a Dorado, Flores y Trigo y a los visitantes Ramírez y Rodríguez. Incidencias: Municipal de O Rosal. Lleno.