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“Me encanta la competencia”

Támara Echegoyen, satisfecha con el bronce mundial, agradece el pulso con Patricia Suárez por París

Támara Echegoyen y Paula Barceló, en Enoshima. CJ GUNTHER

El bronce pudiera saber insípido a quien ha catado la gloria. Para Támara Echegoyen, en cambio, el tercer cajón del podio la reafirma en el acierto de su decisión. La patrona gallega, tras varios meses de reflexión, ha decidido afrontar su cuarto ciclo olímpico. Paula Barceló, su tripulante balear, la convenció de que París 2024 podría curarles de la amargura de Tokio 2020. En las gélidas aguas canadienses de Halifax, con escaso recorrido previo, se han probado a sí mismas que siguen al máximo nivel competitivo. Es solo el primer paso hacia la cita francesa. Pero un paso firme, seguro en su hoja de ruta.

A Támara Echegoyen ya nadie podrá arrebatarle el oro de Match Race conquistado en Londres 2012. Tampoco sus otros títulos ni sus variadas experiencias, como en la vela oceánica. Pero ningún palmarés cura de disgustos; no tanto del cuarto puesto en Río 2016, ya en 49er FX, como de esa misma posición, acariciando la medalla, en Enoshima.

Del sol naciente regresó con dudas. Otras singladuras la tentaban a sus 38 años. Barceló la convenció. La pandemia, que retrasó los Juegos de Tokio hasta 2021, ha acortado el trayecto a Marsella, sede de la vela en 2024, y su desgaste. Si quedaban titubeos sobre la energía competitiva de la pareja, este Mundial de clases olímpicas en Nueva Escocia los ha disipado.

Tamara se afana en empacar enseres y supervisar que el barco y el material queden debidamente guardados en el container que los devolverá a Europa. “Sin lugar a duda el análisis es muy positivo”, dice sobre un Mundial que ganó en 2016 (Clearwater, EE.UU.) y 2020 (Geelong, Australia). El contexto fomenta la satisfacción. “Veníamos aquí sabiendo que nuestra preparación no había sido óptima en relación a nuestras principales rivales. Pero queríamos venir y volver a competir, ver dónde estábamos respecto a la flota. Para nosotras es un gran resultado poder estar en el podio. Quiere decir que tenemos un gran potencial. Somos conscientes de todo lo que tenemos que entrenar si queremos luchar por estar en el primer cajón”.

Echegoyen y Barceló han exhibido regularidad durante las 16 mangas. A la Medal Race final llegaron consolidadas como terceras; cierto que sin opciones de alcanzar a las neerlandesas Aanholt y Duetz y las suecas Bobeck y Netzler. “Las sensaciones han sido muy buenas, de recobrar el ritmo competitivo, estar entre las mejores de la flota y sobre todo percibir el respeto que nos tienen. La alegría de vernos de vuelta es una gran motivación para preparar lo que viene. Estamos ontentas con nuestras medalla y con muchas ganas de seguir preparando las siguientes competiciones”.

Porque la aventura olímpica recién comienza, en un sistema singularmente cruel. El Mundial de 2023 repartirá diez plazas entre países. Será la Federación Española, si se consigue, la que decida su pareja representante. Y como principal adversaria de Támara irrumpe Patricia Suárez. “Me encanta tener competencia”, asegura sobre la joven viguesa. “Te permite estar despierta, no dormirte. Bienvenida sea. A trabajar por el siguiente reto”.

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