El piragüismo gallego ha vuelto a vivir otro día de gloria. La primera jornada de finales del Mundial de Halifax (Canadá) ha deparado el oro histórico del K4 500 español -en el que están el cangués Rodrigo Germade y el betanceiro Carlos Arévalo- y la confirmación de que Teresa Portela es eterna. La canguesa, a sus cuarenta años, consiguió la plata en el K2 200 junto a la asturiana Sara Ouzande (miembro del Kayak Tudense). Pudo ser mayor la fiesta de Teresa ya que antes de subirse al podio en el K2 se le escapó de las manos el “doblete” porque el K4 femenino, en el que también figuraba la pontevedresa Carolina García, se quedó a solo tres centésimas de la medalla de bronce en una regata electrizante.

Rodrigo Germade, Carlos Arévalo, Saúl Craviotto y Marcus Cooper, tras su victoria. // RFEP

Antes de que el protagonismo fuese para Teresa Portela se produjo una de las noticias de este Mundial con el triunfo de España en el K4 masculino. Un acontecimiento histórico ya que por fin los españoles conseguían doblegar a la intocable embarcación alemana, campeona por sistema de esta modalidad. Pero el equipo formado por Craviotto, Cooper y los gallegos Arévalo y Germade hicieron una de las regatas de su vida. Tomaron la cabeza en el primer tramo y luego sostuvieron la velocidad hasta terminar conquistando el oro. Hace un año en los Juegos de Tokio lo rozaron y tuvieron que confirmarse con la medalla de plata. Pero en Canadá han completado esa búsqueda que iniciaron hace años cuando la federación decidió formar un K4 ambicioso que fuese capaz de superar a Alemania en una gran competición. Y ese día llegó al fin. España acabó en un tiempo de 1:20.83 y distanciaron a los alemanes en 43 centésimas.

El K4 femenino no tuvo tanta suerte. El bote en el que paleaban Ouzande, Lasachs y las gallegas Teresa Portela y Carolina García se quedó a solo tres centésimas de la medalla de bronce tras una prueba que resolvió el foto finish. De todo modos, el resultado es un gran espaldarazo para los Juegos Olimpicos de París donde esta embarcación espera estar en la pelea por las medallas. Se ha formado el equipo con vistas a esa cita y en el próximo Mundial es cuando se espera que ya estén en el podio.

Teresa Portela y la asturiana Ouzande tuvieron su consuelo poco después en la final del K2 200, una prueba explosiva (que no está en el programa olímpico de París) que se adapta de maravilla a las condiciones de ambas palistas. Pese al cansancio en el cuerpo ya que poco antes habían disputado la final del K4 Teresa y Ouzande realizaron una final extraordinaria. No firmaron la mejor de las salidas, pero a partir de ese momento fueron aumentando su ritmo de palada hasta superar sobre la misma línea de meta a Canadá por tres centésimas. Solo Hungría fue mejor que ellas.

Por otro lado, Tano García y Pablo Martínez conquistaron el oro en el C2 500 en otra de las grandes noticias de este campeonato al tratarse de una medalla de enorme mérito en una pareja tan joven y con un futuro tan ilusionante por delante.

Las buenas sensaciones de Tano García y Pablo Martínez, mejor tiempo en las tres series de clasificación, se confirmaron en la gran final en la que se proclamaron por primera vez campeones del mundo. La dupla sevillana venía de ser novena en el pasado Mundial y realizó una exhibición de fortaleza con una marca de 1:46.32, 48 centésimas por delante de los polacos Wiktor Glazunow y Tomasz Barniak y 58 a los chinos Kao Liu y Bowen Ji.

“Hemos tenido problemas en el último mes y los hemos podido superar para acabar siendo campeones del mundo. Solo pensábamos en dar lo máximo. Entrenamos para lograr este éxito. Agradecemos el apoyo de todo el mundo para ser los número uno del mundo”, declararon los campeones del mundo nada más acabar su prueba.