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Adiós, Condomínguez

Pedro Villar, Pedro Fernández e Iker Folgar viven su último entrenamiento con quienes han sido sus compañeros desde los tres años en el Val Miñor | Los “Pedros” jugarán en el Barcelona; Iker se marcha al cadete del Villarreal

Pedro Fernández, Iker Folgar y Pedro Villar, junto a sus compañeros. Alba Villar

“La tecnología ha conseguido que hoy nadie se vaya suficientemente lejos como para perder el contacto”. Una frase que se repite con frecuencia a la hora de analizar el cambio que ha sufrido en los últimos años nuestra manera de comunicarnos. Seguro que en las últimas horas la han escuchado de forma recurrente Pedro Villar, Pedro Fernández e Iker Folgar, los tres jugadores del Val Miñor que en unos días inician una nueva etapa de sus vidas en las filas del Barcelona o del Villarreal. Asentirán con la cabeza aunque saben que hay cosas que ya no volverán a ser lo mismo. Ayer se despidieron en el campo de fútbol de quienes han sido sus compañeros desde que entraron en la escuela del Val Miñor con solo tres años. Un último entrenamiento juntos a modo de adiós. La tristeza de algo que se acaba, pero también el orgullo de quienes con su esfuerzo diario ayudaron a que sus compañeros fueran mejores y lleguen ahora tan lejos.

Pedro Villar y Pedro Fernández, de catorce años, se marchan a mediados de mes para instalarse en La Masía y comenzar a jugar en el cadete B del Barcelona. La marcha de Iker Folgar, un año mayor que sus compañeros, es más inmediata. Este mismo domingo parte rumbo a Villarreal para conocer su nuevo entorno y comenzar los entrenamientos en el cadete A del conjunto castellonense. Ayer incluso el alcalde de Nigrán, Juan González, acudió al campo de Condomínguez a desearles suerte, entregarles unos recuerdos y destacar el orgullo que para que un concello como el de Nigrán supone el trabajo del Val Miñor “por impartir la mejor formación deportiva y técnica a más de 200 niños de Nigrán y 400 de la comarca, poniendo siempre por encima de todo los valores de la amistad, la humildad, el compromiso y el respeto”.

El presidente de la E.D.Val Miñor-Nigrán, Juan Díaz, destacó el orgullo y la alegría que supone para la entidad favorecer la progresión de sus jugadores, como ya ocurrió con los hermanos Alcántara, Rodrigo Moreno o Santi Comesaña. “Espero que tengan mucho éxito en el ámbito deportivo y, sobre todo, que sigan creciendo como las excelentes personas que son hoy porque son unos chicos realmente excepcionales”, subraya.

En los jóvenes protagonistas de esta historia se agolpan ahora mismo toda clase de sentimientos. Pedro Villar, nieto de la leyenda del Celta Luis Villar y que mantiene su brazo escayolado tras romperse en junio el cúbito y el radio en un partido con la selección gallega en el Campeonato de España de selecciones autonómicas, explicaba que “no estoy nervioso para nada. Voy tranquilo y confiado, pero reconozco que me preocupa dejar aquí a mi familia y a mis amistades. Su inseparable Pedro Fernández, su mejor amigo desde que ambos comenzaron a caminar, admite que sí está algo más inquieto producto de su carácter: “Nunca pensé que nos podría querer el Barcelona. Nacidos ambos con 24 horas de diferencia en enero de 2008, ‘culés’ de siempre , ahora compartirán habitación en la Masía, una realidad que les da mucha seguridad a ambos. “Que dos chavales del mismo equipo sean fichados por el Barça es algo extremadamente raro, y somos conscientes de esa suerte y queremos aprovecharla”, explican.

En el caso de Folgar, no estará solo en Villarreal. Su madre dejará Nigrán para instalarse a poca distancia de la residencia de la ciudad deportiva del equipo castellonense que será donde él vivirá. Se marcha tranquilo aunque no conoce nada de sus nuevos compañeros y su único contacto con el nuevo club ha sido una conversación telefónica con su nuevo entrenador.

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