El remodelado Hayward Field, hogar del equipo de atletismo de la Universidad de Oregón, acoge desde hoy un Mundial de atletismo marcado por la incertidumbre, por la ausencia de los rusos y por el deseo de los velocistas norteamericanos de recuperar el trono perdido en los últimos años. Sucederá en Eugene, el lugar en el que hace casi sesenta años un atleta llamado Phil Knight y su entrenador, Bill Bowerman, fundaron una pequeña marca de material deportivo a la que actualmente se conoce como Nike. Hoy son una multinacional gigantesca que abarca cualquier modalidad deportiva, pero en el origen de las cosas la razón de ser de la firma era el atletismo. Por eso este deporte ha sido siempre una de las principales bases de su negocio y han mantenido su sede central en Oregón. Este es el Mundial de Nike. Se celebra en su casa y es el primero que se celebra en toda la historia en suelo estadounidense. Una cita que llega un año tarde (estaba previsto para 2021 pero se retrasó para dejar el pasado verano libre para los Juegos Olímpicos de Tokio) y en el que por ejemplo faltarán los rusos.

La contribución gallega llega de la mano de la lanzadora de Mugardos Belén Toimil y del mediofondista Adrián Ben. Ellos forman parte de una selección de 55 atletas que envía la Federación Española y que tendrá sus mejores opciones (salvo agradables sorpresas) en las pruebas de marcha. Toimil y Ben tienen su objetivo en lograr el puesto de finalista, que sería un premio considerable en ambos casos. La lanzadora viene de conquistar hace un par de semanas su tercer Campeonato de España consecutivo aunque esta temporada ha estado lejos de su mejor marca de siempre que son los 18,80, récord absoluto de España. Para conseguir el puesto de finalista debería estar en esa marca o incluso por encima, un interesante reto para la gallega en su segundo Mundial.

Adrián Ben regresa al Mundial después de su extraordinaria participación en la edición de 2019 celebrada en Doha en la que consiguió ser finalista tras dar una lección de descaro y sentido táctico. Otra vez asoma en los 800 metros, una de las pruebas más brutales de este Mundial por la cifra tan elevada de atletas en marcas extraordinarias. Una batalla cruenta desde el primer día. Ben acaba de ser segundo en el Campeonato de España solo superado por Alvaro de Arriba y por delante de Mariano García, campeón del mundo en pista cubierta hace unos meses. Los tres competirán en Eugene con el deseo de ser finalistas aunque con el convencimiento de que tendrán que estar muy bien de piernas, pero también de cabeza porque el 800 se ha convertido en una de las carreras más salvajes del calendario internacional. Adrián Ben, siempre de menos a más, tratará de volver a dar la sorpresa y acercarse a su mejor crono de 1:44.18 que logró hace un año. Pero al margen de marcas, en Eugene contará el sentido táctico y tener piernas en esa agónico doscientos final.

Faltará a la cita otra gallega ilustre: Ana Peleteiro. La triplista, que sería la más firme esperanza española de lograr una medalla en Eugene, no competirá debido a su reciente embarazo. Esta es la gran competición que sacrificará por su deseo de ser madre.

Al margen del papel de los gallegos y de la delegación española (llena de jóvenes talentos que acuden con el objetivo de consolidarse a nivel internacional) muchos de los ojos de este Mundial estarán puestos en las carreras de velocidad. Después de unos Juegos Olímpicos de Tokio algo decepcionantes, con un vacío histórico, Estados Unidos busca la redención en su casa. Todo está preparado para recuperar los títulos perdidos en Tokio en los 100 metros (Fred Kerley, Trayvon Bromell son los grandes favoritos), los 200 metros (Erriyon Knighton y Noah Lyles). Pero no les faltarán rivales de primer nivel que van a apretarles y a tratar de acercarse a los récords mundiales de Usain Bolt en ambas distancias. Ojo al italiano Jacobs, campeón olímpico en 100 aunque lastrado esta temporada por las lesiones que le han mantenido lejos del primer nivel, o al cubano Mena en el 200.

finales atletismo W Faro

Otras estrellas del Mundial deberían ser la venezolana Yulimar Rojas (a quien finalmente no se deja doblar en longitud y triple por una irregularidad en la zapatilla con la que consiguió la mínima en el salto único), el genial mediofondista noruego Jakob Ingebrigthsen que persigue contra el imperio africano el doblete en 1.500 y 5000 que solo logró Bernard Lagat, las jamaicanas de la velocidad (otro duelo entre Shelly-Ann Fraser y Elaine Thompson), el pertiguista sueco Mondo Duplantis, el impresionante Karsten Warholm que llega para renovar su control en los 400 vallas después de una lesión que deja dudas sobre su rendimiento o la estrella norteamericana Sydney McLaughlin que buscaró otro récord del mundo en los 400 vallas. Alicientes sobrados en el Mundial que aspira a ser un festival norteamericano.