Natación

Tita Llorens conquista el Gran Rande en su tercer intento

La balear, de 53 años, completó los 54 kilómetros de ida y vuelta entre San Simón y Cíes

Tita Llorens, durante la travesía, entre bateas.

Tita Llorens, durante la travesía, entre bateas. / Enrique Prendes

Armando Álvarez

Armando Álvarez

Tita Llorens confiaba en el dicho y se ha cumplido. A la tercera ha ido la vencida. La nadadora menorquina ha logrado superar uno de los desafíos más difíciles a los que se ha enfrentado en su dilatada carrera deportiva. Completó los 54 kilómetros de la travesía a nado entre la isla de San Simón a las islas Cíes, con regreso a la isla de San Simón, en 17 horas, 17 minutos, 41 segundos y 92 décimas. Durante la travesía desde Cíes tuvo que ser asistida por los servicios médicos por molestias en ambas piernas, pero en la revisión médica realizada al finalizar la travesía solo pudieron apreciar en la nadadora de 53 años ligeros síntomas de frío, a pesar de nadar sin neopreno en el mar a una temperatura media de 16ª durante 17 horas.

"Estamos todos muy contentos", declara Llorens. "La vuelta me costó muchísimo, pero muchísimo porque las piernas me dolían mucho y casi no podía usarlas. Tardé mucho más porque tiraba de brazos. Pero lo conseguí, mi cabecita funcionó como tenía que funcionar y entre todos hemos conseguido algo grande" .

Fernando Goikoetxea, miembro del equipo de Tita en el Gran Rande y uno de los responsables de la organización de la Travesía a Nado Batalla de Rande, el mismo equipo que da soporte logístico a este evento y que acompañó a Tita durante toda la travesía, narra todo lo sucedido.

"El domingo tuvimos una reunión y vimos a Tita muy animada y mentalmente preparada para el reto. El parte meteorológico para el lunes era buenísimo, quizás un poco de niebla era la única preocupación. Pero el resto de las condiciones eran las ideales. La temperatura del agua aceptable para ella, muy poco viento, casi nada de ola. Y lo único que tenía que tener en cuenta era algo consustancial a la ría de Vigo y que ella ya sabía y conocía, las corrientes generadas por las mareas que inevitablemente afectarían a su ritmo de nado", explica. "En esa reunión concretamos la salida para las 5 de la mañana, con lo cual a las 4 teníamos que estar embarcados en el puerto de Cobres en el barco de la organización".

"Cuando nos encontramos se la veía feliz y muy tranquila", describe Goikoetxea. "Tita se lanzó al agua a las 5 de la mañana y en el primer tramo del recorrido iba muy cómoda. Ayudada por la corriente durante las tres primeras horas, llegamos volando hasta Cangas. Allí cambió un poco la corriente y se levantó un poco de ola pero llegamos a Cíes sin imprevistos en 7 horas y 59 minutos, a las 13.00 horas. Hizo pie en la playa pequeña al lado del restaurante de Rodas. Al ponerse de pie se le revolvió un poco el estómago y empezó a quejarse también de problemas musculares en las piernas. Los nadadores de aguas abiertas apenas usan las piernas al nadar y los abductores se le iban sobrecargando por no usarlos y por el frío del agua. Aunque estaba a entre 16.8 y 17.8 para ella sigue siendo fresca, acostumbrada a nadar en el Mediterráneo".

Tita, en su llegada a San Simón.

Tita, en su llegada a San Simón. / Enrique Prendes

Había que afrontar la segunda parte del reto: "Salimos de regreso a San Simón y en el primer tramo tuvo que ser atendida por el equipo médico al respecto de esas molestias en las piernas y fue tratada con ibuprofeno. Enseguida continuó a pesar de no remitir las molestias. Fue el momento más crítico para Tita en el Gran Rande, ya que las molestias condicionaban su ritmo de nado y por momentos se le vio dudar, se le notaba un cierto bajón anímico".

Pese a la incertidumbre, Llorens continuó: "Con la corriente a favor empujándola hasta Cangas poco a poco fue recuperando el ánimo y la confianza. Se notaba que su fortaleza mental había servido de soporte a su fortaleza física en los momentos de flaqueza. Aunque el cansancio empezaba a notarse en su ritmo de nado afloró con brillantez su fortaleza mental inquebrantable. Ella estaba convencida de que iba llegar y afrontó con valentía y sin duda alguna el cambio de la corriente que la puso a prueba durante 6 horas nadando contra la corriente".

Avituallamiento desde un kayak.

Avituallamiento desde un kayak. / Enrique Prendes

"Y así llegamos hasta el kilómetro 37 del total de 54 que suman el reto, era el paso por a Borneira, se paró para el avituallamiento y ya empezó a ver a lo lejos el puente de Rande y eso la reforzó en su ánimo y se vino arriba. Aunque continuaba con molestias su ritmo de nado no decaía, incansable hasta el objetivo. Era evidente al superar el polígono de bateas de Moaña que Tita iba a llegar a San Simón y vislumbrar Rande al alcance de la mano no hacía más que reforzar ese pensamiento", describe Goikoetxea. Solo faltaba un gesto de la protagonista para confirmar que Tita iba a conquistar el Gran Rande, y fue el momento en que la menorquina invitó a su habitual compañera de nado, Sofía, a que le acompañara nadando en el paso por debajo del puente de Rande. Era evidente que a Tita ya no la paraba nadie hasta llegar al kilómetro 54. Y así lo manifestó en el preciso momento que pasaba debajo del puente de Rande con una frase que quedará para el recuerdo, se paró un momento y dijo: "El puente de Rande es mío". Ella estaba convencida de que iba a llegar a la Isla de San Simón y todo el equipo lo celebró con júbilo.

Tita, durante su travesía.

Tita, durante su travesía. / Enrique Prendes

"Una vez pasamos el puente de Rande la corriente cambió y ya la fue empujando hasta San Simón pausadamente. Cuando llegó a tierra los barcos de Cobres y Cesantes acompañaron su llegada con sus bocinas y fue un momento muy emocionante que fue correspondido por una emocionada Tita", indica Goikoetxea. "Si algo impresionó al equipo médico que acompañó la prueba fue la impresionante fortaleza de Tita. Después de más de 17 horas nadando solo tenía ciertos problemas de frío, a pesar de nadar sin neopreno. Los servicios médicos no pudieron más que congratularse de la fortaleza física de Tita Llorens, la conquistadora del Gran Rande".

Tita Llorens inscribe su nombre como primera deportista en conquistar el Gran Rande con un crono a batir de 17:16:42.91. La nadadora menorquina realizó un doble intentó en 2021, primero el 4 de julio pero tuvo que abandonar después de estar luchando contra unas condiciones meteorológicas endiabladas durante más de 7 horas. "Hoy no ha sido el día", afirmó entonces al tiempo que se comprometía a volver a intentarlo. Se enfrentó con valentía de nuevo el 20 de agosto pero otra vez tuvo que abandonar ante los evidentes síntomas de hipotermia a su llegada a Cíes. Decidió no continuar después de haber nadado sin neopreno 26,5km en 9 horas 53 minutos y 18 segundos, con una temperatura del agua entre 14 y 16°, con niebla persistente y mar exigente que llevaron a la menorquina a tirar de coraje para llegar a Cíes, unas condiciones que la llevaron prácticamente a la extenuación. Tuvo que ser atendida por los servicios médicos que forman parte del equipo organizador de la Batalla de Rande que acompañó a la nadadora que afrontó el desafío como en ella es habitual sin neopreno, y solo con el apoyo de dos kayaks, una neumática y una embarcación dotada de los recursos médicos necesarios para paliar situaciones de riesgo que pudieran sobrevenir como la hipotermia de 2021. En esta ocasión a la tercera fue la vencida y el Gran Rande es de Tita Llorens.  

Tita celebra haber completado el reto.

Tita celebra haber completado el reto.

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