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Vuelta de tuerca en la cantera

El Celta, sin renunciar al éxito deportivo que le ha acompañado estos años, trabaja en la idea de mejorar el trasvase entre sus equipos y que el peso de los futbolistas gallegos en el Celta B sea superior al de los últimos ejercicios

Los jugadores del Celta B celebran un gol de esta temporada. MARTA G. BREA

Aunque la atención, como suele ser habitual en estas fechas, está puesta en los movimientos en el primer equipo, el mayor alboroto que hay en estos momentos en el Celta se produce en la base, en la organización de la cantera. Ahí se amontonan las decisiones para dar forma a los dos equipos filiales y confirmar el giro que se pretende dar con estos dos equipos.

La temporada pasada fue más que notable para la cantera del Celta. El Celta B se quedó a un paso (por errores propios en los últimos partidos) de disputar la promoción de ascenso a Segunda División A por segunda temporada consecutiva; el Celta C Gran Peña completó su meta que era la de lograr el ascenso a Tercera Federación y el juvenil tuvo una temporada fabulosa en la que se proclamó campeón de su grupo con récord de puntos y disputó las semifinales de la Copa del Rey y de la Copa de Campeones. En ambas la suerte le volvió la espalda y le impidió lograr un éxito que hace tiempo merece la cantera viguesa.

El club quiere prolongar estos éxitos aunque pretende hacerlo ahora con un intento por potenciar un poco más el producto autóctono pensando sobre todo en el Celta B, equipo que en los últimos años ha tenido una notable presencia de jugadores cedidos de otros clubes y cuyo paso suele ser efímero por Vigo. Este proceso se repetirá una vez más este año, pero la intención de los responsables es que sea un grado más suave que otras temporadas y que a ese Celta B accedan numerosos juveniles así como futbolistas gallegos. Son los casos de jugadores como Pablo Durán (Compostela), Miguel Román (Pontevedra) o Brais Martínez (Bergantiños) en quienes piensa el Celta para su filial. A ese equipo también llegarán varios de los integrantes del juvenil que tan buenos resultados ha obtenido. De hecho, la idea es que casi toda esa plantilla encuentre destino ya sea en el Celta B o en el Celta C. Los habrá que estarán fijos en uno de los dos equipos y otros que navegarán entre las dos plantillas. La intención es que el Celta mejore precisamente ese tránsito entre equipos que tanto costó en algunos momentos de la anterior temporada y que generó excesivo debate y más de un malententido. Hace pocos días Carlos Hugo Bayón, responsable de la cantera del Celta, comentaba en Radio Vigo que aún tenían que decidir el destino de buena parte de los jugadores y que para ello se estaba analizando de forma detallada su situación y lo mejor para cada uno de ellos. En ese sentido hay que tomar decisiones importantes que atañen por ejemplo a los dos Hugos (Sotelo y Alvarez) que brillaron en el juvenil, o a los jugadores como Fran López, Gael Alonso o Darío Germil que esta temporada marcaron diferencias en el Celta C para conseguir el ascenso a Tercera. Todos ellos piden categorías superiores, pero el Celta trata de analizar cuál es su mejor destino para que continúen la progresión que apuntan.

En lo que respecta a los futbolistas del Celta B que solían tener presencia en el primer equipo ya parece una realidad que Carlos Domínguez y Gabri Veiga van a ser jugadopres a las órdenes de Coudet de manera sistemática y en el caso de Miguel Rodríguez no está tan clara la cosa. Seguramente su presencia sea discontinua (aunque hará la pretemporada con seguridad a las órdenes del argentino) y su mayor o menor presencia en la primera plantilla dependerá del criterio del técnico, de su propia evolución y de la situación en la que se encuentre el equipo principal.

En definitiva, días de profundo debate sobre la cantera con el fin de componer un complicado rompecabezas que el Celta pretende que suele más autóctono, más suyo.

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