Pese a empatar en la última jugada del partido con un cabezazo de Íñigo Martínez, la sensación de deriva de la selección parece haber instalado cierto pesimismo en un grupo que no termina de ser resolutivo en ataque y tiene enormes problemas en defensa. La lectura de lo ocurrido en Praga dejó titulares gruesos. “Estamos jodidos, no hemos estado a la altura del partido”, apuntó el central del Athletic. El propio Luis Enrique se sumó a la autocrítica advirtiendo: “Desde la primera jugada hemos estado incómodos. Nos ha faltado fluidez, profundidad, basculación... Un poco de todo. Hay muchas cosas que mejorar, yo el primero”.

Sin embargo, y después del paso de las horas tras el empate ante los checos, en la expedición ha surgido una corriente más optimista. La igualada en Praga deja a España a dos puntos de Chequia Portugal, que además se medirán entre ellas este jueves. Lo que permitirá a los del asturiano, en caso de ganar en Ginebra Suiza, farolillo del grupo con dos derrotas, recortar puntos a alguna de las dos selecciones, si no a ambas. Y eso la devolvería a la lucha por el liderato del grupo.

Comida de grupo

El seleccionador ha querido generar un ambiente más distendido y eso explica que el día después del partido en Praga, y antes de volar por la tarde a Ginebra, la selección aprovechó para salir a comer todos juntos en la capital checa. Algo que habían evitado en Sevilla, después del partido ante Portugal, donde se quedaron en el hotel hasta que partir al aeropuerto.

El seleccionador sigue apostando por relativizar todo, tanto en las victorias como en las derrotas. Y en los entrenamientos que se han celebrado tras el empate en Praga ha querido ser muy constructivo con sus jugadores. El grupo sabe que una victoria en Ginebra le devuelve a la pelea por el liderato de grupo, lo que asegurará el billete para jugar la Final Four el verano que viene. En estos entrenamientos Luis Enrique ha vuelto a trabajar a solas con Ansu Fatique sigue recuperando ritmo. El azulgrana fue el descarte del choque de Praga y ahora podría sentarse en el banquillo para el encuentro ante Suiza. Aún no ha jugado ningún minuto y el seleccionador no tiene intención de acelerar su ingreso en el equipo porque su idea es tenerle a pleno rendimiento para la Mundial de noviembre en Catar.

La selección española trabajó en la ciudad deportiva del Servette la puntería y la velocidad en la circulación de balón en varios ejercicios. Luis Enrique está preocupado por la dificultad que tiene el equipo para desequilibrar a rivales que se meten atrás. Y Marco Asensio, uno de los destacados ante Chequia tras salir desde el banquillo, habló en sala de prensa sobre la importancia de esta concentración: “El ambiente es muy bueno. De cara al Mundial, el trabajo de cada día, de cada partido, es muy importante para el técnico”.