El atletismo en Vigo nunca habría sido lo mismo sin Alfonso Posada. Entrenador, fundador del Celta, presidente eterno, cronista en el Faro desde hace más de setenta años...su vida era el atletismo. Cuidar en todo lo posible a los deportistas, verles crecer, cantar sus logros. Hace catorce años en Vigo entendieron que su figura merecía una cita especial y nació entonces el Trofeo Alfonso Posada, una reunión programada habitualmente a comienzos del mes de junio que fue ganando peso en el atletismo gallego.

La familia de Posada posa con los atletas del Celta, antiguos deportistas y las autoridades. // Ricardo Grobas REDACCIÓN

La edición de este año llegaba solo un par de meses después del fallecimiento de Alfonso Posada con lo que el trofeo adquiría un componente emocional que ayer se respiraba con facilidad en la pista de Balaídos. Todo el que alguna vez se cruzó con Posada hizo lo imposible por estar. De un modo u otro. Hubo competición, pero también momentos para el reconocimiento y la emoción. El secretario xeral para ó Deporte, José Ramón Lete; el concejal Manel Fernández; el presidente de la Federación Gallega, Isidoro Hornillos; los grandes símbolos del atletismo vigués (Carlos Pérez, Alvarez Salgado, Ortega, Sole Castro), olímpicos como Franco Cobas; y sobre todo su familia. Su viuda Mari y sus hijos Rosi y Alfonso acudieron a la cita y participaron en un sencillo pero intenso homenaje en el que José Ramón Lete desveló que de acuerdo con la Federación Gallega de Atletismo han propuesto al Concello de Vigo que las pistas de Balaídos (que están cerca de iniciar su necesaria remodelación tras el acuerdo entre las dos instituciones) lleve el nombre de Alfonso Posada. Sería lo más lógico y una buena manera de que el nombre de Alfonso Posada llegue a las generaciones de atletas que no tuvieron la suerte de compartir su tiempo con él.