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Fútbol

60 años de servicio en Valladares

Bruno Vila y Cristian Rois se retiran en el club en el que entraron cuando tenían seis y siete años respectivamente

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Cristian y Bruno, durante el homenaje que le hicieron el pasado domingo Alba Villar

La figura del “one man club”, el venerado futbolista en Inglaterra que se retira después de haber vestido una sola camiseta en el fútbol profesional, se les queda pequeña a Bruno Vila y Cristian Rois. Hace treinta años entraron de la mano de sus padres para empezar a entrenar en las escuelas del Valladares, el equipo de la parroquia en la que crecieron. Y allí han permanecido hasta durante tres décadas. El próximo domingo jugarán el último partido con esa camiseta azul y blanca que para ellos es como su segunda piel. Hace tres días se despidieron de A Gándara y el club les organizó un sentido homenaje en el que no faltaron amigos, compañeros, familia e incluso los entrenadores que tuvieron cuando eran unos críos.

En esos casi sesenta años que suman entre ambos defendiendo al Valladares, solo hay un pequeño lapso, el que pasó Bruno jugando en los juveniles del Colegio Hogar y en Tercera con el Alondras y Choco. Tres años de peregrinaje y vuelta a Valladares. En ese vestuario han ido de la mano. En categorías inferiores, debido a que Cristian (36 años) es ligeramente mayor que Bruno (35), compartían vestuario de forma alterna: un año sí y otro no. Tras el regreso de Bruno ya no se separaron hasta el último día. Cristian explica que el hecho de que dejasen el equipo al mismo tiempo es algo “que no habíamos organizado. Cada uno lo decidió por su lado. La verdad es que yo creía que Bruno aún iba a aguantar un año o dos. Ha sido todo una bonita casualidad”. En tono de broma el atacante recuerda que a sus 35 años y pese a estar toda su vida en Valladares “nunca pude ser capitán del equipo porque siempre tenía a Cristian por delante”.

Cristian jamás pensó en moverse de Valladares. Alguna vez llamaron a su puerta otros equipos, pero siempre priorizó quedarse en casa con los suyos: “Solo dudé un año que me llamó el Coruxo cuando estaba en Tercera. Pero era joven y entonces tiraban mucho los amigos”. Sobre el adiós al fútbol el defensa explica que “llevaba tres o cuatro años amenazando con dejarlo, pero siempre me quedaba. Pero ya casi tengo 37 años y me levanto a las seis de la mañana para trabajar...ya era hora”. Añade otra razón de indudable peso: “Juegas contra chavales de 18 o 19 años que son aviones porque ahora todos los jóvenes vuelan y te cuesta mucho...”. Profundiza en eso Bruno Vila, acostumbrado a dominar en su categoría y a ser un jugador especialmente importante: “Se nota mucho a nivel físico y a todo hay que ponerle un final. Cuesta competir contra chavales que son dieciséis años más joven. Yo siempre destacaba en el equipo, era de los que más goles marcaba y esta temporada mi papel ya no era el mismo. Yo me daba cuenta de eso y creo que lo mejor era dejarlo a tiempo. No tenía sentido otra cosa”.

Cristian y Bruno, junto a sus familias durante el homenaje Alba Villar

Bruno Vila reconoce que en casa su decisión ha sido acogida con “moderada alegría”. Hay cuestiones que se van a hacer más sencillas: “Mi mujer trabaja en el hospital y tenemos una niña. Los domingos con los partidos y esas cosas había veces que resultaba un poco complicado organizarnos. Ahora será más sencillo. A mis padres les da un poco más de pena. Ellos siempre lo han vivido más intensamente, mi padre jugó en el Valladares y ahí sigue jugando mi hermano...” En el caso de Cristian la noticia ha caído en su casa con “relativa normalidad”: “Mi mujer siempre ha estado a mi lado en todo y me ha apoyado. Hubo momentos en los que ella incluso tiraba de mí. Hace poco, después del parón por la pandemia, me costaba volver y ella fue muy importante para recuperar el ánimo. Me decía que era una decisión mía y que respetaba lo que yo decidiese”.

Los dos ponen como uno de sus mejores momentos el ascenso hace doce años a Preferente. “Para un equipo de barrio como el nuestro, modesto, no es fácil competir en esa categoría contra equipos apoyados por concellos” explica Cristian. “Y casi tan importante como el ascenso ha sido quedarse más de una década en la categoría. Tiene mucho mérito y me encanta haber podido vivir este tiempo” apostilla Bruno.

Un momento del homenaje que le hicieron el pasado domingo en A Gándara Alba Villar

El domingo no esperaban la magnitud del homenaje que les tributó su gente en A Gándara. “Hombre, sabíamos que algo habría, pero no que iban a esforzarse tanto y que sería así. Hay gente que se ha ido y también llevaba mucho tiempo al que no se les hizo algo parecido” explica Cristian. Bruno, que admite ser más emotivo, reconoce que “a mí me pilló un poco por sorpresa todo, pero estoy encantado. Son cosas que me voy a llevar para siempre porque no se olvidan. Menos mal que no me dieron el micrófono porque creo que no hubiese sido capaz de decir una palabra”.

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