Real Madrid, campeón. Barça, Atlético y Sevilla, a la Champions. Betis y Real Sociedad, a la Europa League. Villarreal, a la Conference League. Y Granada, Levante y Alavés, a Segunda. Una nueva edición de LaLiga ha llegado a su final y lo ha hecho con pocas sorpresas en la parte alta y alguna que otra en la zona final de la tabla.

Para saber antes de tiempo cómo iba a acabar la temporada 2021/22 de LaLiga por la parte de arriba de la clasificación, prácticamente bastaba con consultar el listado de presupuestos de ingresos de los clubes. A modo de spoiler, una tabla y otra han ofrecido equivalencias casi exactas en las nueve primeras posiciones.

Habría que empezar realizando una salvedad importante, puesto que quien mayor cifra de negocio presupuestó fue el FC Barcelona (765 millones de euros) y, sabido es, el ganador del campeonato ha sido el Real Madrid (695). El dato, no obstante, tiene truco, pues Joan Laporta añadió en su previsión de ingresos acuerdos bastante optimista que todavía no se han realizado, en materia de traspaso de futbolistas y venta de parte de otros activos del club, como Barça Studios.

Esa disonancia en la cúspide de la clasificación, en fin, no empaña la realidad que ha ofrecido LaLiga este curso: quien más dinero tiene es quien más arriba ha quedado en la tabla. De este modo, el tercero ha sido el Atlético (sin datos oficiales, la estimación es de unos 400 millones) y cuarto el Sevilla (226). Son, en diferentes orden, los cuatro mismos equipos que el año pasado se clasificaron para la Champions a través de sus méritos ligueros.

También repiten con respecto a la temporada pasada los otros tres clubes que han logrado billete para EuropaBetis (144), Real Sociedad (136, aunque ha revisado la cifra a la baja) y Villarreal (139). Y octavo ha acabado el Athletic (136), que está enmarcado también en la misma horquilla de ingresos que los tres clubes que le han precedido en la clasificación.

A partir de esa posición, se observa un salto de puntos en la clasificación que también tiene su reflejo en los presupuestos. Tras el Athletic (55 puntos) aparece el Valencia (48), que previó unos ingresos de 104 millones, entre 30 y 40 menos que los clubes que han quedado por delante. Con la excepción del Espanyol, que no ha rentabilizado sus 80 millones de ingresos debido en parte a un final de temporada convulso, Osasuna (70) y Celta (72) mantienen por detrás la jerarquía presupuestaria de los 11 primeros de la clasificación.

Es a partir de esa posición cuando las equivalencias saltan definitivamente por los aires. La diferencia de puntos entre el 12º y el 18º, no obstante, ha sido de apenas cuatro puntos, lo que indica que el orden entre ellos ha quedado finalmente determinado por pequeños detalles. Estos siete clubes, a excepción del mencionado Espanyol, se mueve en un margen de apenas 11 millones de euros: de los 62 del Getafe a los 51 del Elche.

El descenso

En este apartado sí sorprende un hecho muy poco frecuente: los tres clubes que ascendieron la pasada temporada (Espanyol, Mallorca y Rayo) han logrado su objetivo de mantener la categoría, algo que no sucedía desde las temporadas 2017/18. Y, de ellos, solo el conjunto balear ha pasado verdaderos apuros, salvándose en la última jornada tras ganar en casa de Osasuna y aprovechar el pinchazo del Granada.

Quienes rompen definitivamente el orden económico son los dos últimos clasificados del curso. El Levante ha caído a Segunda con el 14º presupuesto de ingresos de la categoría y el Alavés con el 11º. Pero basta rascar un poco en la información económica que proporciona LaLiga para observar un patrón.

Sacando al Barça de la ecuación, Levante y Alavés han contado con el límite salarial más reducido de la categoría, 34 millones de euros en el caso de los valencianos y 42 en el de los vascos. Ambos han pagado salarios por encima de esa cifra, pero su mala digestión de la pandemia les ha impedido reforzarse con la libertad con la que sí han contado otros equipos.

Por supuesto, los motivos económicos no bastan para explicar el desenlace de la competición. El acierto en los fichajes, los cambios (buenos y malos) de entrenadores y la suerte son otros argumentos de máxima influencia. Pero, conviene no olvidarlo nunca, el dinero es el jugador más poderoso de este deporte llamado fútbol. Demostrado queda. Una vez más.