El Real Madrid se impuso ayer al Barça (83-86) en la segunda semifinal de la ‘Final Four’ de la Euroliga, remontando 13 puntos en el tercer cuarto y con un desenlace muy apretado, para llegar a la lucha por el título en Belgrado contra el Anadolu Efes.

Los de Pablo Laso fueron mejores en la segunda parte para buscar en el Stark Arena su undécima Copa de Europa, mismo escenario que la décima hace cuatro años. Fabien Causeur (18 puntos) y el paso adelante en defensa fueron las claves para un Madrid que derrotó al eterno rival cuando traía cinco derrotas seguidas en Clásicos.

Dos actores inesperados en el bando madridista, Causeur y Yabusele (también con 18 puntos), se erigieron en los verdugos de los barcelonistas, que aspiraban con dar el paso definitivo este año, pero que han llegado al momento de la verdad sin la frescura ni la confianza necesaria.

Las dinámicas de unos y otros han sido totalmente opuestas. El crecimiento del equipo de Laso ha sido espectacular en el último mes, en juego y en eficacia, como demostró ante al Maccabi. El Barça ha caído en una especie de depresión, de la que no se ha sabido levantar.

Por mucho que se conozcan ambos equipos, siempre hay margen para la sorpresa y el Madrid lo demostró con uno quinteto sin pívot titular, con el que ganó la iniciativa. El movimiento de Laso, emparejó a Sanli con Yabusele y el ala-pívot francés, mucho más móvil y con una excelente lanzamiento exterior, le dio los ocho primeros puntos al equipo blanco con dos triples y un contrataque. Tuvo que empezar a mover rápidamente el banquillo Jasikevicius para buscar respuestas a un partido que empezó torcido. La entrada de Davies y el protagonismo de Mirotic las dieron.

El Madrid le dio la vuelta al partido en el tercer cuarto pero en el último, dos triples consecutivos de Laprovittola en los últimos tres minutos parecieron devolver la esperanza. Finalmente, la aparición de Causeur con cinco puntos consecutivos firmó un final que muy pocos esperaban.