El duelo entre el belga Wout Van Aert (Jumbo Visma) y el neerlandés Mathieu Van der Poel (Alpecin Fenix) centra el foco principal en la 119 edición de la París-Roubaix, la prueba por excelencia de los adoquines que se disputa hoy con un recorrido de 257,2 kms entre Compiégne y Roubaix.

“El Infierno del Norte”, tercer monumento del año, ofrece la gloria que puede justificar toda una carrera profesional para un ciclista. Son muchos los llamados, pero pocos los elegidos, aunque a veces hay cabida para las sorpresas.

Los señalados son Van Aert, recién recuperado del Covid-19, con 4 victorias este año, y Van der Poel, ganador del Tour de Flandes y cuarto en la Amstel. Ambos corredores encabezan las quinielas para la “clásica de las clásicas”.

No serán los únicos candidatos, pues aspirantes sobran. El esloveno Matej Mohoric (Bahrain), ganador de la Milán San Remo, el belga Victor Campenaerts (Lotto Soudal), el danés Kasper Asgreen (Quick Step) y el potente Ineos con Kwiatkowski y Ben Turner, ganadores de la Amstel y Flecha Brabanzona respectivamente, son algunos nombres que aspiran al adoquín de oro.

Tamién habrá opciones para ciclistas experimentados como el Greg Van Avermaet, Stefan Kung o Mads Pedersen, si bien cotizan a una escala inferior a los anteriores.

Para la cita de la París-Roubaix, el Movistar, con ausencia de Alex Aranburu, formará con Iván García Cortina, Imanol Erviti, Johan Jacobs, Matthias Norsgaard, Íñigo Elosegui, Oier Lazkano y Albert Torres. La legendaria carrera que celebra su edición 119 tendrá 30 sectores adoquinados que sumarán 54,8 km de “pavé”.

Prueba femenina

Por su parte, Elisa Longo Borghini (Trek Segafredo), ciclista italiana de 20 años, remató con un triunfo en solitario el ataque que lanzó a 34 kilómetros de la meta en la prueba femenina que vivía su segunda edición. Ganadora del Tour de Flandes en 2015 y de la Strade Bianche en 2017, Longo, añadió a su brillante historial la gran clásica del pavés tras cubrir los 124,7 km en un tiempo de 3h10:54.