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“Los Pedros” siguen la estela de los Alcántara

Fernández y Villar, infantiles del Val Miñor, jugarán en el Barça a partir de la próxima temporada | El Celta pretendía su fichaje

Los herederos de los hermanos Alcántara se llaman Pedro

Los herederos de los hermanos Alcántara se llaman Pedro. Ricardo Grobas / Edición: Marta Clavero

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Los herederos de los hermanos Alcántara se llaman Pedro. Óscar Méndez

Los nombres de Thiago y Rafinha Alcántara son historia del fútbol vigués. Forjados en el antiguo Ureca de Nigrán, los dos hijos de Mazinho recalaron en el FC Barcelona cuando tenían 14 y 12 años respectivamente. Muchos aficionados todavía recuerdan sus diabluras en los campos de la comarca. Ahora, diecisiete años después, cogen su testigo “Los Pedros”, dos jóvenes promesas todavía en edad infantil del ED Val Miñor (antiguo Ureca) que a partir de la próxima temporada defenderán la camiseta del conjunto azulgrana, uno de los equipos que más interés han mostrado en los últimos meses para tratar de hacerse con sus servicios.

Quienes los conocen aseguran que tanto Pedro Fernández como Pedro Villar son dos chicos tímidos que siempre han tenido claros sus objetivos. “Uno es un mediapunta con muchísimo talento, de lo mejor que se ha visto aquí en los últimos años, mientras que el otro es un mediocentro o volante que ha ido mejorando enormemente con el paso de los años”, asegura Alejandro Villar, coordinador deportivo del equipo nigranés.

El interés del FC Barcelona se hizo mucho más fuerte en los últimos meses gracias a la aparición de Eduardo Covelo, ojeador blaugrana pero también directivo y entrenador de porteros en Val Miñor. “Él los conoce muy bien porque los ha visto crecer, deportiva y físicamente. Siempre vio su potencia y de hecho años atrás intercedió para que fuesen una semana a entrenar a las instalaciones deportivas del Barça”, comenta Villar, que reconoce que el club catalán no era el único interesado en los dos jóvenes futbolistas.

Pedro Fernández y Pedro Villar, en el campo de Condomínguez. Ricardo Grobas

El Val Miñor es un equipo convenido con el Celta y en el marco de dicho acuerdo está escrito que cuando un tercer club llega con una propuesta para llevarse a uno de sus jugadores deben comunicárselo a la entidad viguesa para conocer si ellos también quieren al mismo futbolista. En este caso fue así, aunque la decisión final siempre depende de las familias. “Creo que lo entienden porque estamos hablando del Barça, es otra dimensión que es casi imposible de igualar. No estamos hablando de que los dos muchachos se van al Deportivo o al Villarreal, con todos los respetos, sino que lo hacen a uno de los equipos más importantes del mundo”, asegura el coordinador del equipo nigranés, que además es padre de uno de los dos chavales.

"Seguramente si solo se fuera uno de los dos nos lo habríamos pensado mucho más porque te genera mucha más intranquilidad por la distancia, la soledad... Ahora sabemos que estarán bien"

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Inseparables casi desde la cuna, ambos están unidos desde el primer día que vieron la luz. Nacieron con apenas 24 horas de diferencia y desde muy pequeños han compartido juegos, equipo e ilusiones. El fútbol les ha hecho todavía más inseparables y esta nueva oportunidad es un sueño hecho realidad para ellos. Y también para las familias, que ven como los dos amigos seguirán juntos en una ciudad desconocida, algo que les da mucha tranquilidad. “Seguramente si solo se fuera uno de los dos nos lo habríamos pensado mucho más porque te genera mucha más intranquilidad por la distancia, la soledad... Ahora sabemos que estarán bien”, reconoce un ilusionado Villar.

Los prometedores futbolistas que jugarán en el Barça. Ricardo Grobas

La oportunidad que les presentó el Barça era “prácticamente irrechazable” y además era un tren que no pasaría dos veces. A esas edades, conforme los jugadores se acercan a la edad juvenil las puertas están cada vez más cerradas. El equipo catalán les instó a aceptar la propuesta esta primavera para que los dos pudieran empezar la etapa de cadetes en La Masía y tras mucho pensarlo, aceptaron. “Viajamos allí, vimos las instalaciones, nos explicaron lo que harían los chicos, qué planes tenían para ellos.... La verdad es que nos encantó lo que escuchamos. Otros equipos de España que también los querían nos mostraron instalaciones espectaculares, pero el Barça es el Barça”, asegura Villar.

El hecho de que abandonen el hogar tan temprano “asusta” a las familias, pero ven este paso como una etapa natural que viven muchos jóvenes a su edad. “Hay niños y niñas que se van un año entero a estudiar a Inglaterra. ¿Por qué no pueden probarlo ellos en Barcelona mientras hacen lo que más les gusta? Al hacernos esa pregunta fue cuando tomamos la decisión definitiva”, explica el padre de Pedro Villar.

"Otros equipos de España que también los querían nos mostraron instalaciones espectaculares, pero el Barça es el Barça"

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En el Val Miñor saben que de no haber aceptado esta propuesta el camino natural de ambos jugadores les acabaría llevando al Celta, que ya había mostrado interés en sus fichajes en repetidas ocasiones. “De pequeños jugaron varios torneos con ellos y durante una época siempre les seleccionaban porque tenían muchísimo nivel. Nosotros estábamos muy contentos porque seguían en el entorno familiar, que era lo que queríamos al menos hasta esta etapa”, explica Villar, que ahonda en las “buenas” relaciones que mantienen ambos equipos. “El trato del Celta es muy bueno y en todo momento han estado informados de las diferentes ofertas”. El Barça, además, concede muchas facilidades a los padres que tienen a sus hijos en La Masía para que puedan ir a visitarlos. “La verdad es que todo lo que nos dijeron nos tranquilizó mucho y entre las dos familias, que estamos muy unidas desde hace muchos años, iremos a verlos cada poco tiempo”, apunta Villar.

Ambos jugadores vestirán la blaugrana. Ricardo Grobas

“Los Pedros” están ahora centrados en terminar de la mejor manera su temporada en el Val Miñor, club con el que acostumbran con chicos de uno o dos años más de edad que la suya. En el Barça no será tan sencillo porque la exigencia será mayor para ellos. Los Alcántara mostraron el camino a seguir para los jóvenes valores del Val Miñor y ahora los tocayos quieren hacer su propia historia. Lo harán, eso sí, de la mano, como han hecho hasta ahora dentro y fuera del campo.

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