Los goles de Ferran Torres y de Memphis Depay, tras un protestado penalti a escasos minutos del final, permitieron al Barcelona remontar en la segunda mitad ante un buen Elche que se adelantó en el marcador tras un tanto de Fidel a un minuto del descanso y que soñó durante buena parte del partido con dar la sorpresa.
El guion del partido quedó definido desde el primer minuto: dominio del Barcelona y el Elche, con una defensa adelantada, a la espera de su opción al contragolpe.
Démbelé, uno de las novedades en la alineación de Xavi, fue el jugador más activo del ataque barcelonista en los primeros minutos, aunque no estuvo preciso ni en los disparos ni en los centros.
El Barcelona se adueñó de la posesión y movió una y otra vez la pelota en su centro del campo, aunque sin la precisión, velocidad y profundidad de anteriores jornadas. Ya en los últimos instantes del primer periodo, una imprecisión de Pedri, que despejó un balón hacia su propio campo, permitió a Fidel, uno de los más activos del Elche, encarar a Ter Stegen, al que superó con un disparo cruzado.
La insistencia del Barcelona encontró recompensa, aunque de forma inesperada, ya que en pleno acoso estéril, Ferran Torres recogió un mal remate de Alba para marcar a placer ante la pasividad de la defensa local.
Instantes después, el valenciano, de nuevo tras asistencia de Alba, estuvo a punto de volver a marcar, pero su remate en el interior del área salió alto, pero la réplica del Elche fue contundente, ya que Pere Milla, tras pase de Fidel, obligó a Ter Stegen a realizar una gran parada.
Francisco entendió que el partido no estaba solo en defender y refrescó su ataque con los argentinos Ponce y Carrillo, quienes aumentaron el poder de intimidación del equipo ilicitano.
El Barcelona encontró auxilio de forma inesperada en el VAR, ya que el colegiado Hernández Hernández fue advertido de un penalti por una mano de Barragán que inicialmente pasó inadvertida.
Depay, a cinco minutos del final, anotó desde el punto de penalti el segundo gol del Barcelona ante la incredulidad de los jugadores del Elche y la indignación de los aficionados, que poco después reclamaron una pena máxima en el área catalana por mano de Jordi Alba, que el colegiado no concedió.