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La leona de As Lagoas cruza el charco para 'rugir' en EE. UU.

La joven internacional Lucía del Campo afronta con “entusiasmo” su nueva etapa con las Lions de Lindenwood University

Lucía del Campo, ayer en As Lagoas. PABLO HERNANDEZ GAMARRA

Lucía del Campo, rugbier desde los siete años, medio melé en su formación, delantera en el equipo mixto sub 18 del Kaleido y tres cuartos en el sénior femenino, sabe anticiparse en las lecturas, capturar el oval en las montoneras y distinguir espacios entre los cuerpos que se abalanzan. A sus 17, en resumen, ha decidido su camino con una claridad que abruma. Primer canterano de ambos sexos en la historia del Vigo R.C. en ser convocado por una selección española absoluta, jugará la próxima temporada en la liga universitaria estadounidense. Ha firmado por Lindenwood University, de Misuri, donde también estudiará Medicina. Sucede igual por la oferta que por la demanda. Hace ya mucho que Lucía preparaba este salto.

Siempre ha sabido qué deseaba en etapas de la vida en las que se acostumbra dudar y ser voluble. Como cuando organizó aquella reunión con sus padres hace una década. Su hermano pequeño, Mauro, se había iniciado en el rugby pero a ella, que acudía a la grada de As Lagoas a presenciar los partidos, no le habían hecho caso en sus primeras insinuaciones. Hasta que se cansó.

–Quiero jugar al rugby y vosotros no me dejáis –les espetó, mirándolos de frente en el salón.

Carlos y Eva admitieron su error y la inscribieron. El tiempo ha confirmado la pasión de Lucía por el oval y su talento. Jugadora polivalente, de inteligencia y poderío, en mayo de 2021 la llamaron a participar en una concentración con la selección femenina absoluta de rugby seven. Un hito para el Vigo R.C. Otro paso en el itinerario trazado en su cabeza.

Cuando tenía 11 años, Lucía viajó a Estados Unidos para pasar el verano. Residió en Connecticut, en la costa este del país, con la familia Lanzillotti. Y se enamoró de la cultura americana. “Me gustó todo, pero lo que más fue la ética de trabajo que tienen”, relata. “Desde ese momento supe que quería estudiar allí”. Entendió además que sería el entorno adecuado para compaginar formación y deporte cuando llegase la encrucijada de cursar una carrera.

Aunque en Estados Unidos domina su fútbol propio, tan diferente en su mecánica, el nivel del rugby es elevado en el ámbito universitario y a nivel femenino –su selección se proclamó campeona mundial en 1991 y jamás ha bajado del séptimo puesto desde entonces–. Lucía y su familia conocieron además que Teresa Bueso, internacional española, había estudiado en un college americano gracias a una beca. Bueso se convirtió así en el modelo a imitar por Lucía. “Me di cuenta de que existía esa posibilidad”, confirma.

En este proyecto se ha comportado con tenacidad. Porque pronto tuvo tan claro qué profesión ejercer como el deporte a practicar. “En los siguientes años me dediqué a estudiar y a seguir disfrutando del rugby, cogiendo experiencia y aprendiendo mucho”, compendia. “En este último año, de Segundo de Bachillerato, estuve mirando opciones en las que pudiese combinar Medicina con el rugby de alto nivel. Decidí averiguar si era posible cumplir esa ilusión que tenía yo de estudiar en Estados Unidos. Resultó que sí”.

Lucía del Campo. PABLO HERNANDEZ GAMARRA

El equipo dominante

Lindenwood University es una institución privada ubicada en la localidad de Saint Charles, en Misuri, en el Medio Oeste.Su programa de rugby se cuenta entre los mejores de Estados Unidos, si es que no es el mejor. Los “leones” de Lindenwood, su apodo, compiten en la máxima categoría de las tres universitarias, la Division I. En las cuatro últimas temporadas han conquistado nueve títulos nacionales en rugby XV y en rugby seven, las dos modalidades que practica Lucía. En rugby XV encadenan 35 victorias consecutivas. Billy Nicholas, el estratega de Lindenwood, toda una leyenda, aprobó el reclutamiento de Lucía. “Han apostado por mí y yo he decidido apostar por ellos”, argumenta la viguesa. “Jugar allí garantiza un altísimo nivel de competición, lo que me asegura seguir aprendiendo mucho y mejorar mi juego. Es algo que podré seguir aportando cada vez que me convoquen con España”. Piensa doblemente como leona, como igualmente se conoce a las internacionales españolas. Voluntad y destino se alinean en las señales.

En la lectura emocional exhibe Lucía su firmeza, pero permite que asome la adolescente que afronta una aventura trascendental. “Estoy entusiasmada, superfeliz, y como que aún no me lo creo del todo. Pero al mismo tiempo me entristece dejar a mi familia y amigos. Siento que su apoyo me empuja hacia el cumplimiento de este sueño”.

El aprendizaje rugbier le ha enseñado que un individuo se apoya en el esfuerzo colectivo además de sobre sus propios méritos. Cuando conoció la convocatoria internacional con el seven, pidió a su entrenador permiso para hablar a sus compañeros del sub 18 mixto del Vigo en el vestuario, tras un partido en A Coruña contra el CRAT.

–Quiero daros las gracias. Esta convocatoria no habría sido posible sin vuestra ayuda –les dijo en su parlamento.

Hoy, a pocos meses de dar otra zancada, insiste en ese reconocimiento a todos los que la han acompañado hasta el momento en su camino, dentro y fuera de la cancha. “Que yo vaya a poder disfrutar de esta experiencia es gracias a las enseñanzas y el apoyo que he recibido desde el Vigo Rugby, el colegio y por supuesto mi familia. Conmigo y en mi rugby me llevo un poquito de cada uno de mis compañeros, entrenadores y las personas que han ayudado a formarme como persona y como jugadora”.

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