fútbol - Primera División

Acabó la pesadilla del Barça

El equipo catalán suma su tercer triunfo consecutivo gracias al olfato de Aubameyang y a un gran Dembélé, coreado por la grada - Pedri dirigió la orquesta azulgrana

Frenkie De Jong y Dest celebran con Dembele el gol anotado por el extremo francés. |  // ALBERTO ESTÉVEZ

Frenkie De Jong y Dest celebran con Dembele el gol anotado por el extremo francés. | // ALBERTO ESTÉVEZ / JOAN DOMÈNECH

JOAN DOMÈNECH

Primera victoria sobre el Athletic esta temporada y primera racha de tres victorias seguidas, con cuatro goles en cada una. El tercer puesto ya está a tiro, a un punto, y con un partido menos que los disputados por el Betis. Son las señales de la recuperación del Barça. Primero se produjo en el césped, con el juego, y luego, como consecuencia de esa mejoría futbolística, se han arreglado los resultados.

El ambiente se acerca a la fiesta hasta el punto de que Dembélé fue coreado. Claro, porque marcó un golazo. Vitoreado se marchó el francés, igual que Luuk de Jong y el reaparecido Memphis, que destrozaron a un Athletic que se presentó con suplentes.

Debió gestionar el Barça hasta entonces el triunfo mínimo con el gol que firmó Aubameyang (el cuarto tanto en cuatro titularidades) pero, a diferencia de otras ocasiones, de las que había numerosos ejemplos incluso en el Camp Nou, el equipo no pasó angustias ni se puso de los nervios, temeroso de que le cayera el cielo encima como preocupaba a Astérix en una de sus historietas. El once azulgrana ejerció un control absoluto, sin llegar a reprimir del todo los intentos del Athletic que llegaron, eso sí, muy forzados.

No desaprovechó el Barça su condición de telonero por el trato que le dispensó Marcelino al confeccionar la alineación. El Athletic privilegió la semifinal de Copa del miércoles en Valencia. Su entrenador sentó a Iñaki Williams, el recordman en partidos consecutivos de Liga. Pero también sentó a Muniain, Dani García, Sancet, De Marcos e Iñigo.

Sin los mejores, que por eso son titulares, el Athletic se apoyó en su estupenda organización. El orden posicional caracteriza a los equipos de Marcelino. Procuraron los rojiblancos cerrar los espacios interiores para que el Barça llevara el balón a las bandas. La ausencia del sancionado Alba resultó sensible en la fluidez ofensiva.

Ejerció Dest de lateral izquierdo y su falta de costumbre (y su condición de diestro) se notó para que el Barça acusara la pérdida de peligrosidad por el flanco izquierdo. Se entendió bien el sustituto con Pedri y Ferran sin llegar nunca a la línea de fondo ni lanzar un centro envenenado. En cualquier caso, atender centros no supone ningún problema para la zaga del Athletic.

Una lesión de Raúl García permitió a Xavi preparar un primer cónclave en la banda para corregir posiciones y movimientos. Adama se montó una carrera en eslalon por el centro desbordando rivales (como hacía Messi). Al segundo intento del extremo, acabó en el suelo. Como solían tirar a Messi cuando podían. Al tercero, Balenziaga lo agarró por el cuello. Aquella fue la primera falta del Athletic (m. 35). Maldita falta, debieron pensar. El lanzamiento acabó en un córner que cabeceó Piqué al larguero y remachó Aubameyang.

Menos rotaciones, por no decir ninguna, había practicado Xavi tras el plácido regreso de Nápoles. Relevado Alba por Alves, cumplido su castigo liguero, solo entró Gavi por Frenkie de Jong. Gavi fue el factor distorsionador para desequilibrar por dentro al Athletic en la segunda mitad, cuando él y Pedri encontraron más espacios porque también los supieron crear con su movilidad.

Antes de que Nico Williams pudiera hacer daño a Alves con su velocidad, Dembélé cerró el partido y abrió la fiesta de un Camp Nou enardecido, dando por terminada la pesadilla.

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