Al entrenador del Acanor Novás Valinox, Álvaro Senovilla, se le agotan los calificativos igual que las casillas en el parte de lesionados. “Es una barbaridad”, exclama del rendimiento de su plantilla, admirado, igual que podría decirlo, horrorizado, de la sucesión de desdichas. Al entrenamiento del jueves se le presenta un jugador que da positivo por COVID en los test de control. Viene de quedarse sin Henrique Petter, su máximo goleador, que se ha fracturado un dedo en el partido anterior. Su segundo máximo goleador, Martin Molina, se rompió el tendón aquíleo en pretemporada. Reciben al Villa de Aranda, recién descendido de Asobal. Seis son las ausencias locales, en total. El capitán, Manu Martínez, se añade como la séptima al dañarse el hombro ya con el juego en marcha. Senovilla apenas dispone de un puñado de jugadores en la segunda mitad; solo tres ofensivos en la primera línea, más un cambio en defensa. Los rosaleiros ganan 26-19. Su cuarta victoria en los cinco partidos de 2022. Se han aupado a la segunda plaza provisional. Acarician ya la clasificación para la liguilla de ascenso. Senovilla resume con orgullo: “Un temporadón”.

En Honor Plata, los veinte equipos se dividen en dos grupos. Los cinco primeros de cada uno se dirimirán el ascenso; los cinco últimos, el descenso. Arrastran, en cada caso, los resultados contra rivales directos. El Acanor Valinox flirteó el año pasado con subir a la máxima categoría. Repetir la participación en la liguilla de ascenso, asegurando de paso la permanencia, era el planteamiento. “En nuestras circunstancias, otros hubieran desestimado ese objetivo. Nosotros nunca hemos cambiado el discurso. Estamos luchando a muerte y ya casi lo tenemos”, celebra Senovilla.

Las “circunstancias” se iniciaron en pretemporada con una “plaga” de positivos que condicionó la preparación, además de la grave lesión de Martín. “Nos lastró al principio, como es lógico. Sufrimos muchísimo”, recuerda el entrenador. 2021 se cerró con derrota por 25-26 ante el Cisne, intratable líder, y con el equipo de O Calvario en la sexta posición.

No se presentaba más halagüeño el cambio de año. Al Acanor Valinox se le acumulaban en el calendario las jornadas programadas y los aplazamientos por recuperar. Cinco citas del 22 de enero al pasado domingo. Siempre un “sobreesfuerzo” en una plantilla amateur en su mayoría. Una auténtica tortura con tantos hombres lesionados y otros tantos apretando los dientes. Uno juega con una costilla hundida; otro, con un hueso de la nariz roto. Al exterior se ocultan los nombres por intentar camuflar tanto dolor.

El rendimiento ha sido extraordinario. Los rosaleiros han ganado a Alcobendas (20-26), Burgos (27-23), Soria (29-30) y Villa de Aranda. Han perdido con el Teucro (27-26). Derrota paradójica, ante el colista, pero a la vez inocua. Son puntos que no cuentan para la segunda fase si se completa la clasificación por arriba. Los otros sí están implicados en esa carrera. “Hemos leído muy bien la competición, que es diferente a una liga regular”, explica Senovilla sobre la gestión de energías.

“No hay palabras para describir el esfuerzo, la entrega y la concentración, con tantas adversidades en el camino”, indica emocionado. “No he visto muchos equipos que se sacrifiquen tanto, con gente que tiene su trabajo fuera y que se juega su salud”. Un talante colectivo que atribuye al carácter de cada individuo y a la cultura que se ha edificado en el vestuario. “Desde la directiva nos apoyan muchísimo”. añade.

El éxito también reside en la ductilidad táctica. Las bajas han impedido al Acanor Valinox desplegar con frecuencia el balonmano alegre que lo caracteriza. En varios partidos se ha guarecido en un perfil más rocoso. En otros, como ante el Aranda, ha mostrado las dos caras. “Necesitamos muchos planteamientos para que las cosas salgan adelante. ya no es plan A ni B. Nos hemos pasado el abecedario”, bromea. “A veces la máquina no da para más y experimentamos bajones mentales. Pero todos estamos muy integrados y sabemos qué hacer. Somos un equipo versátil”.

Faltan entre tres y cinco partidos para concluir la primera fase. El Novás sumó 27 puntos el año pasado, pero solo arrastró 9. Aunque concluya ahora con menos, seguramente arrastrará más. Dependerá de los enfrentamientos que restan contra Zarautz y Guadalajara, el gran favorito junto al Cisne. Petter, pendiente aún de si debe operarse, estará ausente entre seis y ocho semanas. Martín espera reaparecer en el inicio de la segunda fase. El regreso de Chaparro está pendiente de los trámites burocráticos del visado. Son tantos los afectados que es difícil pronosticar cómo evolucionarán y si el infortunio persistirá. En todo caso, Álvaro Senovilla se aferra a la certeza del corazón de sus hombres: “No renunciamos a ninguna meta. Vamos a dar guerra, sin ambicionar nada. Somos supercompetitivos; un equipo experto, difícil de derrotar y al que los rivales respetan muchísimo. Saben que somos peligrosos”.No escoge ningún animal totémico aguerrido para representar a los suyos; ni un león rampante ni un dragón voraz. “Somos la hormiguita que va callada y sigue adelante”.