El baloncesto español perdió ayer a Lorenzo Alocén Castán, uno de los grandes jugadores de la historia del baloncesto español. Internacional con España, jugó, entre otros, en el Real Madrid de Pedro Ferrándiz. De la mente del gran estratega blanco salió la jugada que marcó su carrera y la historia del baloncesto. En un partido europeo contra el Ignis de Varese, la situación se estaba calentando y complicando en la pista. El duelo estaba igualado, quedaba una sola acción y el empate obligaría a la prórroga a un Real Madrid que estaba empezando a perder jugadores. La eliminatoria se decidía por la diferencia de puntos global de los dos partidos. Así que Ferrándiz ordenó a Alocén anotar en su propia canasta, perder el partido solo por dos puntos y sentenciar en Madrid en el encuentro de vuelta.

“Sacaba Lluis Cortés, Emiliano estaba al palmeo por si la fallaba y Lolo Sáinz en medio del campo. Faltaban dos segundos, la pedí, me la pasaron y la metí perfecta”, rememoraba Alocén. La reacción del público pasó de la alegría a la indignación. “Me empezó a empujar Emiliano, la gente se cachondeaba y cantaba Lorenzini, Lorenzini, pero cuando se dieron cuenta de la jugada, cogieron cajas de cerillas las vaciaron, les metieron liras y nos las tiraban, nos escupieron y nos tiraron de todo”, recuerda. Esa acción obligó a la FIBA a tomar cartas en el asunto: desde entonces es ilegal meter una autocanasta.

A lo largo de la jornada de ayer se sucedieron las muestras de condolencias de todo el mundo del baloncesto. La Federación Española, la ACB, la Asociación de Baloncestistas Profesionales, múltiples clubs, incluyendo por supuesto a su CN Helios, nuclear en su carrera, y al Casademont Zaragoza, y particulares como Aíto García Reneses, que fue su entrenador en su debut en los banquillos, destacaron la talla humana de este aragonés, historia del baloncesto español.